Me sentí optimista al escuchar que el sistema permitiría saber el estado de situación de un caso en cualquier momento, así como tener el control de los bienes incautados y el lugar en que se encuentran. Se suponía que el sistema se generalizaría rápidamente, lo que permitiría la elaboración de estadísticas confiables y la evaluación del desempeño de los jueces y las juezas. Se nos dijo que el sistema era la panacea para reducir el uso indebido de los bienes incautados, el engavetamiento de los expediente y la gran cantidad de presos preventivos.
En aquella época escribí en el vespertino Última Hora que "si no existe una Masa Crítica de policías, jueces, abogados y fiscales que efectivamente se sientan comprometidos con los cambios, y de ciudadanos que demanden una administración de justicia con altos niveles de equidad, todas las bondades del sistema serán sólo promesas incumplidas. ¿Qué es una Masa Critica? En términos físicos es cuando un cuerpo se ha inyectado de una cantidad de energía tal que desencadena una reacción en cadena. En otras palabras, el uso de la informática es un gran paso de avance, pero no es la panacea, hay que prestarle atención, también, al factor humano, a los agentes promotores del cambio."
Hace nueve años de aquel viernes 15 de febrero, ¿alguien me puede decir cuánto invirtió la USAID y el Poder Judicial en este proyecto y cuál es su estatus actual? ¿Por qué persisten los mismos problemas? ¿Seguimos necesitando agentes de cambio, o sea una verdadera Masa Crítica?
Ramón Tejada Holguín
24 de febrero de 2011
Perspectiva Ciudadana
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