La facultad es del Senado, y las consecuencias serán para la democracia

El Senado de la República es la única institución con facultad para elegir a las personas miembros de la Junta Central Electoral (JCE); pero el Senado representa a la población votante, por lo que no debe dejar de prestar a tención a las opiniones de los diversos sectores nacionales. Las opiniones de las diversas instituciones civiles, de los partidos y de la prensa no deslegitiman al Senado. Lo único que podría deslegitimarlo sería el hacer una elección carente de sensatez y de sentido común, y de espalda a la normativa existente.


El PLD, como partido que controla el Senado, no debe escuchar a quienes le recuerdan la forma balaguerista de elección, o las juntas perredeistas. El mal comportamiento ajeno, no justifica el propio. La nación no soportará más comillas sobre los triunfos electorales.

Humildemente creo que el Senado debe tomar en cuenta el uso que la Cámara Administrativa de la JCE ha dado a los ingresos provenientes de los actos del estado civil. El Senado tiene la oportunidad de mostrar un rostro transparente, si además exige que se investiguen las denuncias que se han realizado sobre irregularidades en la forma en que se ha manejado el contrato de automatización del registro civil, si atiende las denuncias de conflictos de intereses en el seno de la JCE y reclama mayor transparencia en el uso de los fondos asignados a esa institución y gobernados por la Cámara Administrativa.

Ha hecho bien el Senado convocando a vistas públicas, ha hecho bien entrevistando candidaturas, y no debe terminar mal. Si las vistas públicas no tienen consecuencias, una parte de sociedad se sentirá engañada y nada es peor que sentirse engañado, las promesas insatisfechas son la principal fuente de deslegitimación de los congresos dominicanos.

Ramón Tejada Holguín
Perspectiva Ciudadana
30-09-2010

Objetivos de Desarrollo del Milenio: Entre la política social y la económica

Será difícil cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y una parte del liderazgo político juega ping pong con la culpa.

Hipólito (2000 al 2004) y Leonel (2004 a la fecha) han gobernado el país desde que se firmó aquella "Declaración del milenio" con la cual el Estado dominicano –y no un partido en específico– se comprometió a cumplir los ODM.

Ambos tienen "culpas", sus partidos deberían empeñarse en demostrar que están dispuestos a no repetir los errores cometidos y a definir de manera realista cuál será el programa que aplicarán a partir de ahora. Jugar al ping pong con la culpa evidencia que la preocupación principal es escurrirle el bulto al problema.

Desde otros litorales se habla de los ODM y su relación con los rezagos en política social, pero no se menciona la política económica. Para algunos estudiosos la mejor política social es una buena política económica. Sostienen que la "buena" política económica traerá bienestar porque la creación de riqueza a todos beneficia.

No es verdad. El modelo de crecimiento económico dominicano provoca la desigualdad e inequidad. Por lo tanto hablar de ODM es hablar de la política social y la económica.

Para cumplir con los ODM hay que dejar de ver la política económica como algo diferente a la social. Como si lo social fuera residual o una especie de "curita" que se coloca en el cuerpo social para aliviar los efectos –inevitablemente negativos– de la política económica.

Como dice la mayoría de los economistas de ambos partidos una buena política económica debería traducirse en el mantenimiento de la estabilidad macroeconómica, la consolidación del crecimiento económico y la superación del atraso competitivo en un mundo de mercados abiertos.

Pero unos olvidan que la política económica, además, debe propiciar la generación de empleos de calidad y estar acompañada de una política fiscal y monetaria que ayude a reducir los niveles de desigualdad e inequidad existentes en la actualidad. Ninguno debe perder de vista que una cifra que se modifica tiene consecuencias importantes para los seres humanos.

Hay que humanizar la economía. Quienes diseñan las políticas deben entender que detrás de las cifras hay seres de carne y hueso que sienten y padecen.

Si bien durante el gobierno del PRD se tocó fondo debido a errores en las políticas económicas, y el PLD puede vanagloriarse de haber mantenido la estabilidad macroeconómica, en ambos gobiernos se ha carecido de la necesaria articulación entre lo social y económico.

Para cumplir los ODM se necesita que la política económica y la social sean definidas partiendo de una misma visión, que sean vistas como hermanas siamesas inseparables, unidas por un mismo corazón y cerebro. Es necesario que los equipos económicos y los sociales trabajen de manera mancomunada, sin celos ni competencias, y bien articulados.

Ramón Tejada Holguín
El Caribe
28 de Septiembre 2010

Quién o Cómo

Cual personaje de Gómez Bolaño, hay quien mira el sistema político exclamando: "Y ahora, ¿quién podrá defendernos?".

Revisemos la historia: uno de los problemas de la nación es que mucha gente ha buscando un "quién" que diga exactamente lo que hay que hacer, para seguirle.

Pero, cuidado, ser líder absoluto tiene riesgos: generalmente cuando este no satisface las demandas colectivas lo convierten en el máximo responsable de la catástrofe.

Hoy necesitamos cómo y no quién.

¿Cómo se puede participar de un tipo de liderazgo que abra las puertas para la edificación de una democracia con mecanismos de participación institucionalizados?

¿Cómo participar de un tipo de liderazgo que nos permita establecer con claridad el hacía dónde vamos como nación y lograr que la normativa institucional se respete evitando que sigan primando las voluntades personales y particulares por encima de las necesidades nacionales?

La búsqueda de un "líder fuerte" ha hecho que el relevo de los liderazgos políticos tradicionales se evidencie como una peligrosa nostalgia del pasado caudillista y hatero.

Hablemos claro: será difícil fortalecer las débiles normativas institucionales, mientras el poder personal de los líderes se base en la apatía de unos y el seguidismo ciego de otros.

Es momento de aprender de la historia, de no permitir que nos sirvan "pasado en copas nuevas", de tener pendiente que nada ha sido más dañino para el país que los liderazgos personalistas y avasalladores.

Los actuales líderes no deben olvidar que el liderazgo construido a sangre y fuego, generalmente tiene pies de barro y, cuando han dejado de tener la capacidad de movilizar grandes cantidades de recursos, han caído cual enormes moles de paja que sucumben ante movimientos inesperados de quienes se creían estaban controlados.

La ciudadanía no debe olvidar que los liderazgos tradiciones sólo pueden ser sustituidos por la acción colectiva. Si no hay participación activa nos seguirán ofertando "pasado en copas nuevas".

Ramón Tejada Holguín
Perspectiva Ciudadana
26 de septiembre 2010