Vendas y cortinas caerán estrepitosamente el 21 de mayo de 2012, día en que la ciudadanía sabrá quién será el presidente de la República para el cuatrienio 2012-2016. Caerá la cortina que nos impide ver sopesada e inteligentemente los resultados de las encuestas, y sabremos cuáles firmas encuestadoras ofrecieron resultados que no se correspondían con la realidad.
Se confirmará, estoy seguro, por enésima vez, que las encuestas no crean, ni ayudan a crear las preferencias electorales, sino que captan por quién se inclinan la ciudadanía. Son herramientas para el diseño de políticas exitosas, no para la manipulación.
Pero, algunos políticos y estrategas piensan que vendiendo la idea de que un candidato está puntero, gana más votos. Como quien dice, que la gente vota por el que cree que tiene probabilidades de ganar. Pero, no es así. Tomemos por ejemplo las encuestas de la firma Gallup, para ilustrar nuestra idea.
La encuesta Gallup-Hoy publicada en agosto de 2011 (realizada entre el 11 y el 15 de ese mes) tuvo los siguientes resultados: 33.4% de Danilo frente a 47.9% de Hipólito, para una ventaja de este último de 14.5 puntos porcentuales. En ese momento el triunfalismo de quienes apoyaban a Mejía y al PRD creció, incluso se habló de lo imposible que era revertir esa tendencia. Si fuera cierto que la gente vota por el que se percibe como ganador, la posibilidad de crecimiento de Mejía debió incrementarse.
Sin embargo, la encuesta publicada por la misma firma en noviembre del mismo año (realizada del 11 al 14 de ese mes) mostró que la diferencia se acortaba inexorablemente: Danilo se situaba en 42.6%, mientras que Hipólito seguía en 47.9%, la diferencia se reducía a 5.3 puntos porcentuales. La percepción del candidato Mejía como ganador caía estrepitosamente. Se llegó a decir que quien estuviera puntero en noviembre tendía a ganar las elecciones.
En varios artículos insistí que las preferencias electorales no son fórmulas matemáticas ni están determinadas por la percepción acerca de quién tiene la probabilidad de ganar. Pero, la guerra de las encuestas no se hizo esperar. Para mantener esa percepción y siempre creyendo en que quien está puntero tiende a atraer más votantes, el equipo del PRD se dedicó a publicar encuestas que colocaban su candidato en primer lugar. El equipo de Danilo respondió con sus propias mediciones.
La última encuesta Gallup-Hoy nos muestra que nada ha detenido el crecimiento de Danilo, quien alcanza un 48.7%, mientras Hipólito sigue bajando moderadamente con 45.2%. No ha sido la guerra de las encuestas que ha contribuido al cambio de escenario. La explicación hay que buscarla en la estrategia de cada equipo de los candidatos y en la percepción de la ciudadanía de la calidad de cada una de las candidaturas. Se malgastan las municiones y energías cuando se hacen intentos de vender una candidatura como ganadora con datos que no se corresponden a la realidad. La realidad es tozuda y está por encima de las percepciones.
Ramón Tejada Holguín
El Caribe
Perspectiva Ciudadana
13 marzo 2012
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