Hay un capital social que juega un papel importante en el desarrollo humano, en ese desarrollo que coloca el acento en las personas, en la ampliación de las libertades y capacidades humanas, que estimula que la gente sea dueña de su propia historia, protagonista de la película de su progreso. Puede ser una herramienta para lograr ampliar la capacidad política de los sectores excluidos. Este capital social habla de cooperación, de asociación, de confianza mutua entre las personas para poder plantearse objetivos comunes. Por eso debemos verlo no sólo como una categoría económica o una categoría social, sino también como una dimensión política importante. En esa dimensión del capital social, el liderazgo y los partidos juegan un papel de primer orden. Según la visión clásica de los partidos, estos tienen la responsabilidad de ser promotores de la acción colectiva. Se supone que deben ser quienes se aprovechen de las fuerzas asociativas de la sociedad para mejorarla, que deben ser defensores de la cooperación, constructores de la confianza interpersonal y en las instituciones. Se supones que deben jugar el rol principal en la constitución de las normas formales que definen el pacto social que da sentido a una nación. Asociación, cooperación, normas, confianza son los componentes reconocidos del capital social. La conclusión es que los partidos son partes constitutiva del capital social de una nación, quizás sería mejor deben ser partes constitutiva para el desarrollo humano de una nación.
La pregunta cae desde de una mata de mango: ¿forman parte los partidos dominicanos del capital social del país? Según las cuatro encuestas Demos realizadas desde el 1994 al 2004, cuando a la gente se le preguntaba a quien representan los partidos, cerca de la mitad sostenían que sólo representan los intereses de los políticos, mientras que entre el 36% y el 43% decía que representan los intereses de algunos grupos o personas. Apenas entre el 10% y 7% sostuvo que representaban a todos los grupos de la sociedad. Estamos hablando de cuatro encuestas realizadas en un periodo de diez años, y en las cuatro los resultados fueron similares: menos del 10% de las personas creen que los partidos dominicanos representan los intereses de la sociedad. Este dato se agrava cuando observamos que para el año 2004 se observó que todas las personas tenían algún nivel de clientelismo: el 36% tenía un nivel bajo, el 28% un nivel moderado, el 23% un nivel alto y el 12% un nivel muy alto.
El clientelismo explica el apoyo al sistema de partidos. Pero es un apoyo que se sostiene mientras el partido pueda controlar recursos que le permitan responder a la clientela. Empero, los recursos son escasos y la ausencia de políticas sociales provoca rupturas en el sistema clientelar de parte de quienes no son beneficiados. Los resultados se verán en el futuro, pero mi hipótesis es que si los partidos dominicanos y su liderazgo no cambian el rumbo y buscan estimular mejor el capital social como gatillo del desarrollo humano, el sistema partidario tal como lo conocemos sufrirá cambios y nacerán nuevos liderazgos y muchos de los actuales morirán de inanición política.
Ramón Tejada Holguín
El Caribe
2 de Noviembre 2006
La pregunta cae desde de una mata de mango: ¿forman parte los partidos dominicanos del capital social del país? Según las cuatro encuestas Demos realizadas desde el 1994 al 2004, cuando a la gente se le preguntaba a quien representan los partidos, cerca de la mitad sostenían que sólo representan los intereses de los políticos, mientras que entre el 36% y el 43% decía que representan los intereses de algunos grupos o personas. Apenas entre el 10% y 7% sostuvo que representaban a todos los grupos de la sociedad. Estamos hablando de cuatro encuestas realizadas en un periodo de diez años, y en las cuatro los resultados fueron similares: menos del 10% de las personas creen que los partidos dominicanos representan los intereses de la sociedad. Este dato se agrava cuando observamos que para el año 2004 se observó que todas las personas tenían algún nivel de clientelismo: el 36% tenía un nivel bajo, el 28% un nivel moderado, el 23% un nivel alto y el 12% un nivel muy alto.
El clientelismo explica el apoyo al sistema de partidos. Pero es un apoyo que se sostiene mientras el partido pueda controlar recursos que le permitan responder a la clientela. Empero, los recursos son escasos y la ausencia de políticas sociales provoca rupturas en el sistema clientelar de parte de quienes no son beneficiados. Los resultados se verán en el futuro, pero mi hipótesis es que si los partidos dominicanos y su liderazgo no cambian el rumbo y buscan estimular mejor el capital social como gatillo del desarrollo humano, el sistema partidario tal como lo conocemos sufrirá cambios y nacerán nuevos liderazgos y muchos de los actuales morirán de inanición política.
Ramón Tejada Holguín
El Caribe
2 de Noviembre 2006