Hay un déficit de representatividad que afecta a los partidos políticos. No se trata de si la gente vota o no, sostengo que los partidos no están representando el interés de la sociedad en su conjunto a la hora de la definición de las políticas públicas. ¿Cuántas reuniones ha realizado el presidente electo con los grupos comunitarios, las organizaciones más activas en materia de políticas de salud, educación y vivienda? Sin embargo, el presidente electo se interesa esencialmente en los asuntos económicos y particularmente en la reforma fiscal, para lo cual se reúne con los sectores empresariales y se propone una cumbre con el presidente saliente para hablar de esos asuntos tan serios e importantes. Pero, no ponen en agenda el más grave problema nacional: la ausencia de claras y definidas políticas sociales que vayan en beneficio de los sectores excluidos y pobres.
Lo grave es que nos han vendido que el problema nacional se soluciona con una reforma fiscal, pero nadie habla de cómo solucionar la evasión de impuesto. No, señores, deben aprender de las experiencias. Recuerden que la estabilidad macroeconómica mantenida durante los cuatros años del PLD no filtró hacia los pobres. Sí, este gobierno lo hizo peor, pero el anterior perdió estrepitosamente en el 2000 porque su modelo de crecimiento se basó en la idea de que desarrollando el sector privado las riquezas caerían como cascada hacia los desposeídos. Y no fue así. Eso no deben olvidarlo. Lamentablemente, los aprestos de cumbre y la discusión están de nuevo colocando en primer lugar al empresariado como el protagonista y están obviando la existencia de esos sectores pobres que pusieron la mayoría de los votos. Las autoridades electas deben saber que la sociedad civil no es homogénea, y que necesitan concertar con la sociedad dominicana en conjunto y no con una parte de ella. No deben cometer el mismo error de sus primeros cuatro años. Hay que hacer apuestas, y entender que tratar de conciliar las demandas de todas las organizaciones resulta muy difícil, por no decir imposible.
Los líderes de la sociedad civil también deben repensar sus estrategias. Toda política pública, ya social o económica, beneficia a unos y penaliza a otros. Es decir que en la sociedad civil se evidencian niveles de competencia en lo que a la composición del presupuesto nacional se refiere, y en cuanto a la forma en que se deben captar los fondos a gastar. En esta lucha quienes están en mayor desventaja son los sectores no organizados y aquellas organizaciones que no se detienen a observar las contradicciones que hay entre sus demandas y las demandas de otros sectores de la sociedad civil. Están en desventajas ahora, pero y esa es la gran experiencia electoral, a la hora de votar esos sectores no organizados están castigando duramente a sus verdugos. Como el déficit de representación afecta a la sociedad civil también, en el sentido de que los pobres no están bien representados, en el futuro podrían darse estallidos espontáneos difíciles de controlar por Peme o Pepe.
Ramón Tejada Holguín
El Caribe
16 de junio 2004
Lo grave es que nos han vendido que el problema nacional se soluciona con una reforma fiscal, pero nadie habla de cómo solucionar la evasión de impuesto. No, señores, deben aprender de las experiencias. Recuerden que la estabilidad macroeconómica mantenida durante los cuatros años del PLD no filtró hacia los pobres. Sí, este gobierno lo hizo peor, pero el anterior perdió estrepitosamente en el 2000 porque su modelo de crecimiento se basó en la idea de que desarrollando el sector privado las riquezas caerían como cascada hacia los desposeídos. Y no fue así. Eso no deben olvidarlo. Lamentablemente, los aprestos de cumbre y la discusión están de nuevo colocando en primer lugar al empresariado como el protagonista y están obviando la existencia de esos sectores pobres que pusieron la mayoría de los votos. Las autoridades electas deben saber que la sociedad civil no es homogénea, y que necesitan concertar con la sociedad dominicana en conjunto y no con una parte de ella. No deben cometer el mismo error de sus primeros cuatro años. Hay que hacer apuestas, y entender que tratar de conciliar las demandas de todas las organizaciones resulta muy difícil, por no decir imposible.
Los líderes de la sociedad civil también deben repensar sus estrategias. Toda política pública, ya social o económica, beneficia a unos y penaliza a otros. Es decir que en la sociedad civil se evidencian niveles de competencia en lo que a la composición del presupuesto nacional se refiere, y en cuanto a la forma en que se deben captar los fondos a gastar. En esta lucha quienes están en mayor desventaja son los sectores no organizados y aquellas organizaciones que no se detienen a observar las contradicciones que hay entre sus demandas y las demandas de otros sectores de la sociedad civil. Están en desventajas ahora, pero y esa es la gran experiencia electoral, a la hora de votar esos sectores no organizados están castigando duramente a sus verdugos. Como el déficit de representación afecta a la sociedad civil también, en el sentido de que los pobres no están bien representados, en el futuro podrían darse estallidos espontáneos difíciles de controlar por Peme o Pepe.
Ramón Tejada Holguín
El Caribe
16 de junio 2004