El gran déficit de la sociedad dominicana, y tengo años diciéndolo, es la ausencia de un autentico movimiento popular organizado con una identidad de sus intereses claros y precisos. La carencia de organizaciones de los pobres con liderazgo es la gran ventaja de los empresarios del transporte autoproclamados sindicalistas. Para colmo las instituciones estatales no cumplen con su deber a la hora de regular, controlar y obligar a los chóferes a respetar las leyes dominicanas, que por si no lo sabían deben ser cumplidas por todos y todas.
Al ciudadano de a pie, estos tipos le venden gato por liebre, lobo por oveja. Los muy prósperos empresarios del transporte brindan el peor servicio de la bolita del mundo. Todo usuario y usuaria tiene al menos un pantalón o un vestido o falda que ha sido víctima de los esprines de algún asiento en malísimo estado. Hablemos del calor y el hacinamiento en las guaguas, de los aumentos unilaterales y de los cobros abusivos, los recortes de rutas, el irrespeto al peatón y a las leyes.
Hablemos de la forma mafiosa en que se organizan las rutas del transporte urbano y la insolencia con la cual se manejan los empresarios del volante autoproclamados sindicalistas. De los muertos en pleitos por rutas. No hay libre empresa en el transporte urbano dominicano. ¿Acaso hemos olvidado el Plan Renove? Ha sido imposible juzgar a todas las personas involucradas porque los apoyos políticos las han sacado del expediente y los que fueron juzgados y condenados han sido indultados.
En más de una ocasión me ha tocado ver Conatras y Fenatranos por la Tiradentes y la Máximo Gómez subir raudos en vía contraria, construyendo tres carriles en donde sólo existen dos. Y, ¿Amet? Bien, gracias.
Se aprovechan del subsidio al gas propano y quieren más subsidio. Se han gastado un montón de dinero anunciando en la prensa la necesidad del subsidio y comprando bocinas de ambos sexos para que les defiendan. ¿De dónde sale tanto dinero? Hay chóferes pobres, son los obreros que trabajan para los burgueses seudodirigentes sindicales que se dan la gran vida.
Y tienen el descaro de anunciar huelgas y pedir el apoyo de la población a la cual maltratan y engañan. Nunca entenderé a los grupos populares que van a la cola de estos prósperos empresarios que andan como chivos sin ley.
¿Quién será capaz de ponerle el cascabel al gato choferil?
Ramón Tejada Holguín
Perspectiva Ciudadana
10 marzo 2011