Equilibrio, Virtud y desafíos: Fiesta y reflexión no son incompatibles

Equilibrio I

Nos han dicho y enseñado que fiestas de fin de año y Navidad son, para El Caribe, bacanal y exceso. ¿Cierto? Uno se hace divertido practicando la diversión, se hace político haciendo política, y se hace virtuoso practicando la virtud, porque las cosas se cambian con acciones, aunque se planifiquen con palabras. ¿Somos en El Caribe sólo jolgorio y placer? Hay un cierto equilibrio, aunque a veces nos inclinamos por unos de los lados.

En ocasiones el turista (y hay turistas de la vida, gente que nace y vive en El Caribe, pero nunca pertenece a él), decía que el turista real y el de la vida ve una sola cara de nuestras acciones, y hay quienes confunden lo que decimos, con lo que hacemos.

No sé, pero por alguna razón pensando en estas cosas y ante las perspectivas de un año 2009 lleno de dificultades y obstáculo (o de oportunidades y desafíos, según queramos verlo), estas fiestas me recuerdan a Aristóteles, Ética para Nicómaco para ser exacto.

Somos lo que hacemos

Escribió Aristóteles: "Es razonable decir, pues, que realizando acciones justas uno se hace justo [...] Y sin hacerlas nadie tiene la menor posibilidad de llegar a ser bueno. Ahora bien, la mayoría no practican estas cosas, sino que se refugian en la teoría y cree filosofar y poder llegar así a ser hombre íntegro. Su comportamiento es similar al de algunos enfermos que escuchan atentamente a los médicos y no hacen nada de los que les prescriben."

Verdad y acciones

Amigos, amigas; si bien es indudable que "conociendo la verdad, la verdad nos hace libre", también es irrefutable que "por nuestros hechos nos conocerán". Este año que viene, que a algunas personas ya acongoja e intimidad, necesitará de acciones contundentes de nuestra parte, y de capacidad para desentrañar la verdad de los hechos sociales y políticos que nos rodean.

Equilibrio, fortuna y voluntad

No debemos caer presa de un agobio castrante e inmovilizador, pero tampoco podemos obviar la realidad. Complejidad de complejidades ¿Hemos de practicar el equilibrismo en la cuestión de ver el futuro, o sea ni optimismo, ni pesimismo?

Recuerdo a Gramsci: pesimismo del análisis, optimismo de la voluntad.

La voluntad ha de guiar la práctica. Es cierto que el azar (o sea la fortuna, en el sentido de Maquiavelo, como bien me ha dicho Pedro) juega un papel, pero para aprovechar la fortuna necesitamos de la voluntad, la fortuna será agua y sal si la voluntad no es capaz de sustentar y sostener lo que el azar nos ha dado.

Equilibrio II

Disfrutemos con moderación las navidades y el año nuevo, porque para ser moderado hay que practicar la moderación. Pero, no dejemos de disfrutar porque la amargura no construye lo bueno.

Praxis y voluntad

Muchos de nosotros y muchas de ellas han tenido un año fructífero de conversaciones y apariciones en la prensa, han y hemos usado la palabra con responsabilidad y compromiso. Las acciones van por cuenta de cada quien y cada quien sabrá si realmente lo que hacemos nos permite acercarnos a lo que queremos ser: Las acciones y las omisiones revelan nuestras esencias.

Insistir en el equilibrio

No debemos quedarnos en las palabras, presos o atrapadas en la reflexión estéril y el pensar eterno. Las palabras, la reflexión y el pensar tienen un puesto en el ser humano, de importancia, innegable; pero, no pueden separarse de la acción. ¿La acción se guía en función de las palabras y la voluntad, y de la filosofía por la que se apuesta? Es una pregunta que aparenta ser mecánica, pero busca que la respuesta vea la complejidad de la práctica.

Diversión y reflexión: viva el equilibrio

Les deseo felices fiestas, y ojalá que estas navidades y festividades del año se conviertan en una forma de cargar las baterías, de inyectarnos de energía y de nuevos bríos para enfrentar con sobriedad, justicia y templanza los desafíos del año venidero. No dejemos de disfrutar. No dejemos de ver la complejidad de las cosas.

Entre la consolidación que no llega y la transición insoportablemente leve

Este texto fue escrito en el 2001. Sorprende por lo actual. Y da tristeza, por lo permanente de nuestros problemas institucionales.

Ramón Tejada Holguín

¿Tiene la persona dominicana una personalidad autoritaria?


La mayoría de los intelectuales dominicanos tienen la percepción de que en República Dominicana existe una tradición autoritaria y paternalista que ha afectado a todas las organizaciones del sistema político y de la sociedad en su conjunto, lo que obstaculiza la consolidación de la democracia dominicana y el establecimiento de instituciones sanas y confiables[1]. Esa característica de la personalidad política tradicional de la población dominicana ha obstaculizado los procesos de modernización, y provoca la debilidad institucional y la preeminencia de las relaciones primarias antes que la formalización de instituciones y reglas del juego estables y respetadas por todos.

Para analizar la forma en que funciona la democracia dominicana y el tortuoso camino que recorre hacia su consolidación, es de vital importancia conocer cómo piensan y actúan sus ciudadanos, cuáles son los obstáculos y bloqueos culturales que debe enfrentar una cultura de participación y los procesos de ciudadanización. El fortalecimiento de las instituciones democráticas es impensable sin la participación de la ciudadanía. Democracia implica un proceso de ciudadanización, en el cual todo miembro de la sociedad se reconoce como tal y con derechos a decir y hacer en libertad, pero con el deber de cumplir reglas con las cuales se medirán a todos por igual.

Uno de los primeros en anotar los efectos del autoritarismo en la personalidad política de los dominicanos fue Jesús de Galíndez, intelectual español muerto por el trujillismo. Según sus planteamientos el poder de la dictadura de Trujillo se basan en que este había creado entre los dominicanos y dominicanas una visión del mundo en la cual para poder realizar cualquier acción cotidiana y normal, como conseguir trabajo o simplemente circular libremente, se debía expresar una clara adhesión al régimen trujillista[2]. Con la muerte del dictador en el 1961 el país comienza a construir organizaciones gremiales, sindicales y ciudadanas, y se inician las actividades públicas de los partidos políticos creados en el exilio o la clandestinidad.

Desde cierto punto de vista la visión de Galíndez se ve confirmada por la historia del país. Dos encuestas nacionales sobre la cultura política dominicana, Demos 94 y Demos 97[3], ofrecen evidencia de que esta percepción del mundo todavía se encuentran enraizada en una proporción importante de la ciudadanía. Hay avances importantes como se verá más adelante, pero también hay todavía un largo trecho que recorrer en la construcción de una democracia estable.


Principal obstáculo para el desarrollo institucional del país

Los hallazgos de ambas encuestas sugieren que el primer muro que ha tenido que enfrentar el proceso de ciudadanización es la llamada externalidad o exteriorismo. Es decir, esa tendencia a no confiar en sus propias fuerzas, a buscar la fuente de lo bueno y lo malo fuera de uno mismo, a creer en las fuerzas del destino y desconfiar en la capacidad de la gente para construirse su propio futuro. “La conducta basada en la externalidad se opone, pues, al criterio de actuar según su propia determinación individual”[4]. Se podría decir que en la externalidad se encuentra la base del paternalismo y autoritarismo dominicanos.

Esa creencia en fuerzas superiores que orientan y dirigen las acciones de la gente, abre las puertas a la mentalidad del dominado que se cree incapaz de dirigir su destino. Las figuras de autoridad, principalmente masculinas, son vista como depositarias de una sabiduría inaccesible al común de la gente. Un buen presidente, un buen padre, un hermano mayor, regañan y castigan porque en el fondo buscan el bien de todos y todas, y aunque a veces sus motivaciones no sean del todo claras se cree que quieren el bienestar de quienes “están bajo su responsabilidad”.

El exteriorismo es uno de los factores que influyen en que una proporción importante de la población dominicana prefiera el uso de mecanismos informales en sus forma de relacionarse e interactuar, antes que los mecanismos institucionalizados y modernos. Uno de esos mecanismos informales, que se diría es una institución nacional, es el enllave[5]. Se dice que tener un enllave ha facilitado todo tipo de tramites administrativos, ha posibilitado la consecución de buenos empleos, y ha dado ciertos niveles de impunidad ante algunas violaciones a las leyes de transito, impositivas y otros delitos.[6] El enllavismo al mismo tiempo es el principal puntal del clientelismo político y el tradicionalismo que obstaculiza el desarrollo institucional.


La participación como pilar del proceso democratizador

Pero, la sociedad dominicana ha ido cambiando. Luego de la muerte del dictador y la inestabilidad política que le siguió, los procesos de democratización dominicana conocen dos momentos de gran importancia: la primera entrega pacifica de gobierno de un partido a otro distinto ocurrida en el 1978[7] y el pacto por la democracia de 1994.

El “Pacto por la Democracia” de 1994, con el cual se puso fin a una crisis post-electoral permitió que en el país se instaurara la doble vuelta electoral, la prohibición de la reelección presidencial por dos períodos consecutivos y creó el Consejo Nacional de la Magistratura constituyendo este hecho uno de los pasos más relevantes para la construcción de un poder Judicial Independiente.

La década de los noventa es importante para la historia política del país no sólo por la firma del “Pacto por la Democracia”, con el cual se enterró la virulencia de las crisis electorales, si no también por la forma en que irrumpieron en el escenario político dominicano diversas organizaciones de la sociedad civil. El asociacionismos creció substancialmente en la década, los partidos políticos mismos comenzaron a tener mayores niveles de apertura y a realizar elecciones internas con la participación de todos sus miembros y simpatizantes[8]; al mismo tiempo el tipo de liderazgo político tradicional han ido cambiando.

Todavía persisten dificultades importantes. La participación amplia es tanto más necesaria en cuanto el país tiene un consenso social débil sobre los grandes objetivos de desarrollo y bienestar y sobre los compromisos y esfuerzos requeridos para lograrlos. De hecho, todavía predominan visiones particulares sobre las prioridades de desarrollo y suele haber más divergencia que convergencia entre los actores políticos relevantes y los principales agentes económicos.

En ese contexto dar respuesta a la demanda de participación de parte de la población se convierte en uno de los puntales para el desarrollo del Capital Social en el país, y el combate del autoritarismo y el paternalismo que ha caracterizado el temperamento nacional. La presente década ofrece una oportunidad de primer orden para que el país avance hacia la consolidación de los procesos de institucionalización, como lo revelan los siguientes indicadores:

1. La Encuesta Nacional de Cultura Política señala que entre 1994 y 1997 se incrementó el número de personas que “participa en las reuniones para resolver demandas y problemas sociales de barrios, comunidades y ciudades del país”, pasando de 46.7 % en el 1994 a 57.0% en el 1997. 52.7 % de los y las entrevistados en la Demos, 97 pertenecía por lo menos a una organización de algún tipo, ya sea política, territorial, laboral comunitaria. Además del incremento en los niveles de asociatividad, se ha evidenciado que existe una tendencia de los dominicanos a confiar más en las instituciones electorales que en el pasado[9]. Este nivel de confianza en los mecanismos de elección evidentemente que contribuye con la gobernabilidad democrática, y puede aprovecharse para extender los niveles de confianza hacia todo el sistema político.

2. Si bien la participación en las organizaciones tradicionales de la sociedad es un elemento positivo, tanto más interesante e importante es notar el reclamo de la ciudadanía de que se creen nuevas formas de participación. En efecto, según la Demos-97 el 94.7% de los y las entrevistados(as) dijo estar de acuerdo con que se deben “crear nuevos mecanismos para que la gente participe en las decisiones que les afectan”. En el 1994 cuando se hizo la misma pregunta un 87.9% de las personas encuestadas dijeron lo mismo[10]. En este sentido la búsqueda de formas innovadoras de asociacionismo y la participación de la población canalizaría una gran energía de la sociedad hacia la creación de metas comunes, energía que evidentemente en el momento es subutilizada.

3. Desde la sociedad civil se ha intentado dar respuesta a esa demanda de innovación en las formas de participar, aunque sus frutos son todavía embrionarios. En efecto, se han creado espacios para la concertación y el trabajo en conjunto: 1) desde 1996, el movimiento cívico Participación Ciudadana, coordina un esfuerzo que involucra a más de 100 organizaciones de diversos tipos para observar los procesos electorales, teniendo éxitos indudables; 2) existen organizaciones de apoyo a la democracia, como el Proyecto para el Apoyo a las Iniciativas Democráticas, en el marco del cual se realizan importantes procesos educativos que involucran a sectores organizados y no organizados a favor de la democracia; 3) en un esfuerzo conjunto organizaciones de la sociedad civil dominicana han creado un grupo llamado Foro Ciudadano en el que participan más de 200 organizaciones comunitarias, territoriales y empresariales. 4) existe una organización que agrupa a la mayoría de las organizaciones de interés social, Alianza ONG; y 5) en los últimos años se ha creado otro organismo importante en los procesos de fortalecimiento de la asociatividad de los dominicanos: el Programa de Fortalecimiento de la Organizaciones de la Sociedad Civil, FOSC.

Como se ve la demanda de participación de la sociedad civil dominicana va en aumento, y la sociedad política, de alguna manera, ha sabido captar estas demandas de participación. Cada vez son más los sectores políticos que entienden que crear mecanismos institucionales que posibiliten la apertura de la sociedad, ayudará a la reducción de la exclusión social, política y económica deviene en una tarea prioritaria. Hay mucha energía social que bien canalizada contribuirá con el progreso integral del país.

Lamentablemente, si bien se han incrementado los espacios de participación, en muchos de estos sólo interactúan las organizaciones de la sociedad civil y no se da un proceso de sinergia con las instituciones políticas y de gobierno, además de que algunos de los espacios creados han estado asociados a procesos muy puntales y sin continuidad en el tiempo.

Los pasos de avances entre la relación gobierno y sociedad civil tienen todavía que sedimentarse, darle continuidad en el tiempo, y convertirse en un issue político de primer orden. El Diálogo Nacional fue un paso de avance importante[11] para el establecimiento de prácticas de inclusión ciudadana en las decisiones de interés colectivo, pero los resultados del mismo no fueron incluidos en la agenda gubernamental, lo que desestimula la participación.

Actualmente (febrero 2001) el acercamiento entre la ciudadanía y las autoridades gubernamentales tienen un nuevo espacio de importancia, los Consejos de Gobiernos que realiza el actual mandatario en diversas comunidades, en la cual se escuchan las demandas de esas localidades.

Además, se ha estado creando marcos institucionales importantes, tales como el decreto que crea el Consejo Nacional de Seguimiento de las Asociaciones sin Fines de Lucro, instancia mixta con participación del Estado y de la sociedad civil, el que establece los Consejos de Desarrollo Regionales, Provinciales, Municipales y Sectoriales y que deben constituirse en un puntal importante para la descentralización. También el que establece el Consejo de Lucha Contra la Pobreza; el que instituye el Gabinete Social, y el que crea la Comisión Especial de Reforma Constitucional, de cuya matrícula una parte importante son personas e instituciones de la sociedad civil

Se diría que en los últimos años se han evidenciado avances importantes en el establecimiento de marcos institucionales adecuados para la consolidación de la democracia y la participación ciudadana Los marcos institucionales adecuados son necesarios porque reducen la corrupción, estimulan la responsabilidad social y la participación, dan confianza a los agentes económicos y sociales y potencializa el capital social del país.

De igual forma se ha dado participación a la sociedad civil en el Consejo Asesor en Materia de Lucha Anticorrupción de la Presidencia de la República, que constituye un punto de avance en los procesos de rendición de cuentas que ha demandado la sociedad dominicana. Pero, la lucha contra la corrupción no ha logrado insitucionalizarse, y dos proyectos de ley se encuentran estancado en el congreso dominicano, uno es el de inversión del fardo de la prueba, es decir que sean los funcionarios a los cuales se les compruebe que han incrementado su patrimonio al pasar por el ejercicio de funciones publica quienes prueben que dicho incremento no se hizo a través del usufructo de los bienes del estado, y la creación de un fiscal especializado en la anticorrupción.

De todas maneras, los decretos y leyes que acercan al estado y la sociedad civil, deben ser aplicados y profundizados para convertirse en un paso trascendental en el cambio de un tipo de participación comunitaria ligada más que nada a demandas de soluciones a problemas locales y puntuales, hacia una participación mucho más significativa, efectiva y eficaz que interviene tanto en la definición del problema como en la forma de solucionarlos y la ejecución de las acciones.

La mejor forma de combatir el exteriorismo es la participación real y efectiva, que la gente crea en sí misma porque siente que los resultados sociales son también propios. La participación acrecienta el sentido de pertenencia y la cohesión social, y reduce el sentido de exclusión y desamparo potencializando de esta manera las energía sociales. De esta manera, además, se profundiza y consolida la democracia y se crean las bases para una estable y prolongada gobernabilidad [12].

Gobernabilidad y buen gobierno no son sólo atributos del Estado; la sociedad civil en su conjunto juega un papel de primer orden. Los procesos de toma de decisiones que afectan la economía, la política y la implementación de políticas públicas de un país, son los tres aspectos básicos de la gobernabilidad. La gobernabilidad remite a la idea de buen gobierno en la visión del PNUD, es decir, un gobierno cuyas metas están relacionadas a la asignación y administración de recursos para responder a los problemas colectivos, cuya característica principal es la participación, transparencia, rendición de cuentas y la responsabilidad política[13]. El logro de un gobierno que responda a estas características incluye la promoción y el desarrollo de una sociedad civil responsable, con capacidad y vocación para el dialogo.

Administración de justicia

La mayoría de los juristas coinciden en que la independencia del poder judicial busca que las decisiones de los jueces se hagan con base en el derecho y en la aplicación de principios y leyes preestablecidas, sin que se tome en cuenta el rol social, económico o político de una o más de las partes en conflicto; así como tampoco se deje influenciar de agencias gubernamentales o no gubernamentales y/o personas que ocupen puestos dentro del tren gubernamental o el sector privado.

Con el Pacto por la Democracia se inició un proceso importante de reforma del poder judicial, cuyo eje central lo constituye el establecimiento de su independencia, este proceso ya ha comenzado a dar su fruto pero sobre el cual todavía quedan tareas pendiente de importancia.

Los punto incluidos en fueron: 1) La creación del Consejo Nacional de la Magistratura, el cual se encargaría de designar a los Jueces de la Suprema Corte de Justicia. El Consejo quedó integrado por el Presidente de la República, dos senadores (de partidos distintos), dos diputados (de partidos distintos) y dos miembros de la Suprema Corte de Justicia incluyendo su Presidente; organizaciones importantes de la sociedad civil contribuyeron en el proceso de selección de los jueces de la Suprema, constituyendo este proceso todo un hito en la historia republicana del país. 2) Se le otorgó a la Suprema Corte de Justicia la potestad de designar a los demás jueces del país, lo cual era antes realizado por el Senado de la República, 3) Se le otorgó al poder judicial autonomía presupuestaria y administrativa, 4) Se establecieron la carrera judicial y la inamovilidad de los jueces, y 5) se le dio a la facultad a la Suprema Corte de conocer de manera directa sobre la constitucionalidad de las leyes.[15]


Avances desde la Suprema Corte

Con algunos tropiezos, y criticas de algunos juristas, la Suprema Corte de Justicia ha ido construyendo su autonomía. La promulgación de la Ley de Carrera Judicial en agosto de 1998 y la aprobación por parte de la Suprema Corte en noviembre del 2000 del Reglamento de Carrera Judicial constituyen otros dos hitos importantes en la construcción de una justicia independiente de los demás poderes del Estado. Al decir del presidente de la Suprema Corte de Justicia “en esta estabilidad reside parte de la fortaleza del Poder Judicial, debido a que por primera vez en la historia judicial dominicana, los magistrados pueden desempeñar su función de administradores de justicia sin estar sujetos a los vaivenes inherentes a las pugnas políticas”[16].

Se diría que desde la Suprema Corte se realiza una ardua labor en la modernización del sistema judicial, comenzando por la selección de los jueces de los Departamentos Judiciales del país, dando participación a la sociedad civil para que hicieran observaciones u objetaran a los candidatos. Se evaluó la integridad y la competencia de 2, 657 abogados, de los cuales fueron seleccionados 493 jueces, de los cuales el 48% fueron mujeres, con un 34% de jueces confirmados. Se ha llevado al cabo el mejoramiento de la infraestructura de los tribunales, la informatización de los procedimientos de la Suprema Corte de Justicia, la instalación de la Escuela de la Magistratura, además del establecimiento de diez jurisdicciones especiales de niños, niñas, y adolescentes.[17]

Además, recientemente la Suprema Corte de Justicia sustituyó a gran parte de los jueces del Tribunal de Tierras porque encontró altos niveles de parcialidad en su seno, al mismo tiempo se ejecuta, con un préstamo del BID, un proyecto de modernización de la jurisdicción de tierras.

Otro de los puntos de avances importantes que vale la pena destacar es el proceso de consulta ciudadana llevado al cabo entre octubre y diciembre del 2000 por la Suprema Corte de Justicia con el apoyo de dos importantes organizaciones de la sociedad civil, la Fundación Institucionalidad y Justicia –FINJUS- y Participación Ciudadana. En estas consultas participaron representantes de grupos comunitarios –rurales y urbanos-, asociaciones de diverso tipos, gremios profesionales, legisladores, gobernadores provinciales y diferentes representantes de la diversas confesiones religiosas. La misma constituyen un buen ejemplo de trabajo conjunto entre organizaciones de la sociedad civil y uno de los poderes más importantes del Estado.

Más de 1,500 personas participaron en estas consultas, evidenciándose que los mayores niveles de preocupación de este segmento de la sociedad civil organizada giraban en torno a “la institucionalización del Poder Judicial, la celeridad de los procesos, las condiciones económicas del sector, la capacitación de los jueces y del personal administrativo y la relación entre la ciudadanía y el Poder Judicial, y otras como las relativas al ministerio público y a las cárceles, que escapan a la jurisdicción del Poder Judicial como tal” [18].

El proceso culminó con la celebración de la “II Conferencia del Poder Judicial: Definiendo Estrategias para el Siglo XXI” celebrada el día 2 de febrero del 2001 a la cual asistieron todos los jueces del país con el objetivo de diseñar la planificación del Poder Judicial para los 5 años siguientes, es decir del 2001 al 2005. Las autoridades del Poder Judicial trabajan y defienden la independencia del poder que representan.

Pero, existe un largo trecho por recorrer. La independencia del poder judicial no sólo depende de la Suprema Corte de Justicia. Es necesario que la sociedad misma perciba y trabaje porque la decisiones de los jueces no estén mediada por ningún otro poder, ya sea político o económico, y los demás poderes del Estado deben respetar y defender esa independencia, deben estar convencidos y conscientes.

Sin embargo, en el último año han ocurrido algunos aspectos preocupantes que comprometen la independencia del poder judicial, y en el cual se han visto envuelto representantes del Congreso. En varias ocasiones se ha estado hablando de la necesidad de reformar la Constitución Dominicana, se ha abierto un debate público en cuanto al tema, entre los aspectos que se establecieron como punto a discutir, estuvo el de la inamovilidad de los jueces de la Suprema Corte de Justicia, un sector del Congreso y algunos juristas cuestionaron la inamovilidad de la actual Suprema Corte de Justicia. Si embargo, la mayoría de las organizaciones de la sociedad civil que laboran en el área de la judicatura, y otros sectores no organizados, entienden que “de mantenerse el sistema de inamovilidad que rige actualmente, ahora provisto de un buen reglamento de carrera judicial, los jueces tienen sus posiciones seguras mientras se desempeñen con honradez y eficiencia y hasta la edad de retiro obligatorio y nadie fuera de estos casos puede desplazarlos de sus posiciones, asegurando de esta manera su completa independencia”[19].

Hasta el momento ha resultado evidente que la independencia del Poder Judicial será defendida por una gran mayoría de representante de la sociedad civil organizada, por el mismo gobierno central y una proporción de los senadores y diputados del país. De todas maneras cabe advertir la necesidad de mantener dicha autonomía como una garantía de que el Estado de Derecho no sucumbirá en la República Dominicana y de que la aspiración de justicia para todos será una realidad en un futuro no muy lejano. (Estamos en el 2008: ¿nos equivocamos?)

La Garantía de los Derechos

Cabe destacar que la independencia del Poder Judicial no es una panacea, que en sí misma no es garantía de que la población dominicana tendrá igual acceso a la justicia, y que habrá equidad en las decisiones y órdenes de los jueces.

La ciudadanía dominicana ha considerado en el pasado que sus derechos de protección jurídica y el derecho universal, consignado en la constitución del país, de igualdad ante las leyes no se aplica totalmente. En la Demos, 97 se establece que “un conjunto mayoritario de la población entrevistada percibe que, en la sociedad dominicana, la ley no se aplica o carece de importancia frente a factores como el estatus social, el clientelismo, la riqueza y el líder fuerte”[20]. Sin embargo, entre 1994 y 1997 la percepción de la ciudadanía sobre la justicia mejora substancialmente, ya que mientras en el 1994 el 22.3% evaluaba la justicia como buena o muy buena, en el 1997 hacía lo mismo un 31.4%. Sería interesante investigar la percepción de la población sobre este aspecto en los momentos actuales, pero no se tiene información al respecto.

Se diría que la ciudadanía percibe que existe una voluntad de cambio importante en el ambiente judicial dominicano, lo cual todavía no ha logrado traducirse en una administración de justicia con equidad, eficiencia y calidad. Es cierto que todavía es muy temprano para evaluar lo resultados de las acciones que se toman desde el poder judicial, y de los diversos proyectos que desde su seno se llevan acabo.

Considerando el Sistema Judicial en su conjunto, se diría que no hay una garantía total para el ejercicio de una justicia basada en la eficiencia, eficacia y equidad. En el país no existen mecanismos de protección a los derechos de las víctimas, a menos que se constituyan en parte civil dentro de un proceso penal. Una de las principales causas de las limitaciones y dilaciones de la administración de justicia y, por tanto, de la falta de protección jurídica adecuada es la tajante separación existente entre la función de investigación, asignada a la Policía Nacional, y las demás funciones judiciales encomendadas al Ministerio Público. Además de que la policía no actúa como auxiliar del ministerio público, ni respeta la jerarquía que la ubica como dependiente de la Secretaría de Interior y Policía.

Se diría que la principal fuente de amenaza y de posible violación de los derechos se encuentra en la organización policial dominicana[21]. La situación ha sido catalogada de grave por diversas organizaciones y estudiosos del problema policial, tanto que se habla de refundar la Policía Nacional, convirtiéndola en una policía comunitaria, y estableciendo mecanismos efectivos que garanticen el "control de la eficacia de la organización policial para cumplir la misión que tiene encomendada y el control del comportamiento de los miembros de dicha organización para que la eficacia pretendida se logre sin menoscabo de los derechos de todos los componentes de esa sociedad y sin desviaciones de conducta respecto de las leyes o reglamentos" [22]

La inoperancia del Sistema Judicial y la desconfianza sobre su imparcialidad, no sólo constituye una amenaza de violación, y en ocasiones violación misma de los derechos de la ciudadanía, sino que además afectan severamente el crecimiento económico. La falta de confianza en que los conflictos que eventualmente se presenten en el desarrollo de un contrato serán resueltos de manera rápida, poco costosa e imparcial, frenan sensiblemente la inversión y los negocios. Muchos contratos exigen trámites, previsiones y recursos cuantiosos para cubrir riesgos de incumplimiento, lo cual encarece sensiblemente la actividad económica, y aumenta los costos de transacción.

La reforma del sistema judicial en su conjunto no sólo en lo que corresponde a los jueces, es por tanto, una pieza fundamental para el afianzamiento de los derechos humanos y el desarrollo económico. La Comisión para la Reforma y Modernización de la Justicia ha tenido logros significativos, y por supuesto, se tiene todavía un enorme retos para lograr un aparato judicial equitativo, eficiente, eficaz y oportuno. Entre los logros de esta Comisión vale destacar el establecimiento de comisiones de actualización de los Códigos Civil, Penal, Procesal Criminal y de Comercio; programas de capacitación a los funcionarios judiciales; apertura de nuevas áreas en materia de justicia, como la protección a la propiedad intelectual, y el establecimiento de un programa de defensoría pública. El Comisionado ha promovido, además, el respeto del Poder ejecutivo a la ejecución presupuestaria del Poder Judicial.

Hay avances, pero existe un largo trecho a recorrer. Uno de los retos importante en los actuales momentos es darle continuidad a los procesos de reformas que se ha iniciado en gobiernos anteriores y que han rendido frutos de importancia.


[1] Cfr.: Brea, Ramonina; Duarte, Isis; Tejada Holguín, Ramón, y Báez, Clara: “Estado de Situación de la Democracia Dominicana”. Santo Domingo: PUCMM, 1995;
[2] Galíndez, Jesús de: La Era de Trujillo : un estudio casuístico de dictadura hispanoamericana. Santiago de Chile: Editora Del Pacífico, 1956.
[3] El informe final de la Demos, 94, fue escrito por Duarte, Isis; Brea, Ramonina; Tejada Holguín, Ramón, y Báez, Clara, y publicado bajo el título de “Cultura Política y democracia en la República Dominicana, 1994”. Santo Domingo: PCUMM, PROFAMILIA y USAID, 1996. De su parte el informe de la Demos 97 fue escrito por Duarte, Isis; Brea, Ramonina; y Tejada Holguín, Ramón, bajo el título de “Cultura Política y democracia en la República Dominicana, 1997”. Santo Domingo: PCUMM, PROFAMILIA y USAID, 1998. Ambas se aplicaron a personas mayores de 18 años (edad adulta según la constitución del país), de ambos sexos y de todo el territorio nacional.
[4] Duarte, Isis; Brea, Ramonina; y Tejada Holguín, Ramón; 1998. Pág. 27. Ob. Cit.
[5] Tener un enllave, significa ser amigo o familiar de alguien que ocupa un alto puesto en una empresa, un partido o el mismo estado; algunos estudiosos de los fenómenos políticos llaman a esto el enllavismo.
[6] “Entre las razones por las cuales el “enllavismo”, el patrimonialismo y el presidencialismo están profundamente metidos en la mente y las acciones de los dominicanos, es decir forma parte de nuestra cultura, es porque la mayoría cree que no puede controlar sus propias vidas, no confían en sus propias capacidades, piensan que las cosas se resuelven por la voluntad divina, el destino u otras fuerzas externas a ellos.” (Tejada Holguín, Ramón: “El Régimen Democrático y la democracia dominicana”. Santo, Domingo: PUCMM/CUEPS, segunda edición, 1999. Pág. 22).
[7] Según “Estado de la democracia Dominicana” de Brea, Duarte, Tejada Holguín y Báez, 1995 (Ob. Cit.), la gran mayoría de los estudiosos de la sociedad dominicana colocan esa fecha como el punto de inicio del actual proceso de democratización y consolidación de la democracia dominicana.
[8] “Hay signos de avances hacia mecanismos de elección de las candidaturas (de los tres partidos mayoritarios: PRD, PLD y PRSC) que viabilizan una mayor participación de las militancias, y se observa el interés en determinados sectores de los partidos de que los procesos eleccionarios se realicen con reglas del juego claramente definidas, lo que redunda a favor de la transparencia y diafanidad de los procesos” (“Observación de la Selección de los Candidatos”, Serie Observamos, no. 1. Movimiento Cívico Participación Ciudadana, 1999. Pág. 22)
[9] Duarte, Brea y Tejada Holguín, Demos-97. Ob. Cit. Pp 81-104.
[10] Duarte, Brea y Tejada Holguín, Demos-97. Ob. Cit. Pág. 127.
[11] El Diálogo Nacional fue un espacio amplio de discusión sobre las prioridades nacionales, que no contó con la participación oficial del partido de oposición mayoritario, pero una proporción importante de sectores, organizaciones y autoridades municipales de ese partido asistió a las diversas sesiones de trabajo.
[12] Para el PNUD la gobernabilidad se refiere al “ejercicio de la autoridad económica, política y administrativa para administrar los asuntos de un país en todos los niveles. Comprende los mecanismos, procesos e instituciones a través de los cuales los ciudadanos y los grupos articulan sus intereses, ejercitan sus derechos jurídicos, cumplen sus obligaciones y median sus intereses”. PROGRAMA DE NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO. ‘‘Governance for Sustainable Human Development’’. Nueva York: PNUD, MDGD-BPP, UNDP Policy Document, 1997; pág. 2.
[13] PROGRAMA DE NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO. ‘‘Reconceptualizing Governance’’. New York: PNUD, MDGD-BPP, Discussion Paper no. 2, 1997
[15] Álvarez Valdez, Francisco: “Incidencia de la sociedad civil en la reforma judicial la experiencia dominicana”. Conferencia dictada en el marco del encuentro: “Reforma Judicial: Una tarea inconclusa. Perspectiva de la sociedad civil.” Ciudad de panamá, 24 y 25 de octubre de 2000 (http://www.pciudadana.com).
[16] Subero Isa, Jorge, Juez Presidente de la Suprema Corte de Justicia, conferencia en ocasión de la apertura de la “II Conferencia del Poder Judicial: Definiendo Estrategias para el Siglo XXI”, 2 de febrero del 2001, (http://www.suprema.gov.do/novedades/discursos/discursos.htm)
[17] Subero Isa, Jorge: “Discurso en el Día del Poder Judicial”, 7 de enero de 1999. (http://www.suprema.gov.do/novedades/discursos/discursos.htm)
[18] Subero Isa, 2001. Ob. Cit..
[19] Documento de la Coalición por una Justicia Independiente, dado a conocer el 7 de febrero por Fundación Institucionalidad y Justicia (FINJUS); Participación Ciudadana; Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE); Asociación Nacional de Abogados Empresariales (ADAE); Centro de Estudios Padre Juan Montalvo; Asociación Americana de Juristas (AAJ) y Centro de Investigación y Asesoría Legal (CEDAIL).
[20] Duarte, Brea y Tejada Holguín; 1998. Pág. 75. La conclusión de los autores de la encuesta se basa en que el 80.4% de los entrevistados sostiene que no hay igualdad de ricos y pobres ante la ley, el 91.4% declaró que siempre o casi siempre la ley sólo se aplica al que está abajo, el 88.7% cree que un enllave en un alto cargo siempre o casi siempre vale más que la ley, y el 50.4% cree que un líder fuerte haría más que todas las leyes juntas.
[21] “El perfil del delincuente que maneja la policía y las características de los jóvenes residentes en los barrios pobres es parecido. Esta definición provoca una cierta segregación espacial. Los jóvenes de los barrios pobres tienen dificultades para transitar por los lugares frecuentados por los sectores medios y altos, ya que se convierten en sospechosos.” (Tejada Holguín, Ramón; El Siglo 11-06-2000, sección Enfoque, pág. 5)
[22] Perroud, Murrielle, ex coordinadora del Programa Policía y Ciudadanía de la Fundación Institucionalidad y Justicia, (El siglo, 01-10-1999).

Apuntes para el estudio de la gobernabilidad en República Dominicana

Presentación en PowerPoint, de la conferencia realizada en el marco del seminario: "GOBERNABILIDAD DEMOCRÁTICA Y DIÁLOGO POLÍTICO ESTADO SOCIEDAD CIVIL", realizado en Santo Domingo, R.D. los días 21, 22 Y 23 de Octubre, 2008. la presentación se realizó el día 22 de octubre.

1

La Genealogía del concepto

Origen conservador:
Huntingtons en los 60: la relaciona al exceso de demandas de la sociedad hacia el Estado. Gobernabilidad como forma de generar estabilidad política.

La Trilateral lo retoma en su informe del 1975: Los estados en vías de modernización NO PUEDEN (debido a restricciones económicas, entre otras) responder a las demandas “excesivas” de la población, por lo que la solución al problema de gobernabilidad es contención de la demanda y no ampliación de la oferta.

2

Para la Trilateral son las elites políticas, auxiliados de los medios de comunicación los encargados de establecer el tipo de arquitectura institucional para lograr la gobernabilidad. No olvidar que el objetivo de la gobernabilidad para La Trilateral es la contención de las demandas sociales insatisfechas.

¿Y la democracia, qué? Todo proceso de ampliación de la democracia implica un proceso de ampliación de las demandas. ¿Democracia vs gobernabilidad?

3

La mutación

En los 90 el concepto está listo para mutar y ser aceptado por diversos círculos académicos, por diversas razones:

La caída del muro y la mirada en los aspectos institucionales y la satisfacción de la ciudadanía.

La banca multilateral “descubre” el papel de la institucionalidad en el rendimiento económico. Capital social, gobernabilidad, tejido social, institucionalidad, promoción de la sociedad civil. (Ver: 1- Governance and Development (1992) del Banco Mundial; 2- Gobernabilidad y Desarrollo, El estado de la cuestión (1992) del BID. )

Grupos intelectuales diversos se suman al entusiasmo por el concepto. Pero, no resuelve su ambigüedad, ni su diferenciación.

4
Su formulación actual

Es diversa:

Para el PNUD, por ejemplo, la gobernabilidad se relaciona a los procesos de toma de decisiones que afectan la economía, la política y la implementación de las políticas públicas.

Capacidad de una sociedad (estado y sociedad civil) para auto-gobernarse y enfrentar positivamente los desafíos que se le presentan.

Capacidad para procesar el conflicto social. Ojo: no anularlo, sino enfrentarlo y manejarlo.

Atributo del Estado y de la Sociedad Civil.

Sigue siendo general y en ocasiones parecería ser sinónimo de institucionalidad y de democracia misma.

5

Para el Banco Mundial, en palabras de Daniel Kaufmann, Director en el Instituto del Banco Mundial (WBI), la gobernabilidad: “es el conjunto de tradiciones e instituciones mediante las cuales se ejerce la autoridad en un país en pos del bien común. Quedan comprendidos en esta definición el proceso de elección, supervisión y reemplazo de quienes ejercen esa autoridad (la dimensión política), la capacidad del gobierno para gestionar eficazmente los recursos y poner en práctica políticas acertadas (la dimensión económica) y el respeto de los ciudadanos y del Estado por las instituciones del país (la dimensión del respeto institucional)”.

Es medible dice Kaufman:

6

La gobernabilidad en República Dominicana 1998, 2002, 2003 y 2007 según seis dimensiones elaboradas por Kaufman y su equipo.


7

La gobernabilidad en República Dominicana 1998, 2002, 2003 y 2007 según seis dimensiones elaboradas por Kaufman y su equipo. Continuación




8

La gobernabilidad en República Dominicana y el promedio de la región caribeña, 2007 según seis dimensiones elaboradas por Kaufman y su equipo




9.

FUENTE: Kaufmann D., A. Kraay, and M. Mastruzzi 2008: Governance Matters VII: Governance Indicators for 1996-2007

—Note: The governance indicators presented here aggregate the views on the quality of governance provided by a large number of enterprise, citizen and expert survey respondents in industrial and developing countries. These data are gathered from a number of survey institutes, think tanks, non-governmental organizations, and international organizations. The aggregate indicators do not reflect the official views of the World Bank, its Executive Directors, or the countries they represent. The WGI are not used by the World Bank Group to allocate resources or for any other official purpose.

10

Ha sido tratado como tema subsidiario

—En República Dominicana, hay muy pocos estudios, especifico sobre el tema. En general es un tema subsidiario, muy usado por la prensa, y las organizaciones internacionales de cooperación.

En la Prensa: como sinónimo de buen gobierno. O de eficiencia. O impunidad. O acuerdo de aposento. O cualquier cosa que significa que "el gobierno gobierna..."

—Los grupos de cooperación. Varían. Por ejemplo: la USAID, identifican gobernabilidad, casi como sinónimos de institucionalidad o democracia: “Los hitos del triunfo político en la República Dominicana a menudo consisten en proyectos de infraestructura completados o en crecimiento económico logrado, en lugar de ser la construcción de instituciones o la oferta de una buena gobernabilidad orientada hacia la ciudadanía.” (Una mirada retrospectiva a la asistencia de la USAID en el fomento de la institucionalidad desde el 2000 hasta el 2006).

—Hasta el momento la USAID ha entendido que las carencias dominicanas están en los ámbitos: Electoral, sistema de partido (aunque en este ítem apoyan a la sociedad civil, para que esta mejore los partidos), Estado de Derecho y Derechos Humanos, Corrupción.

Dónde aporta sus recursos la USAID revela su visión sobre en cuáles dimensiones existe mayores deficiencia en términos de Gobernabilidad. En ese sentido esta institución ha dejado de aportar en materia electoral.

11

¿Diagnóstico?

—Si bien en términos de las ciencias sociales, no soy de los partidarios y entusiastas del concepto, pero como ciudadano activo acepto su presencia y existencia, y reconozco su uso cuando del activismo politico hablamos.

—Así que puestos a hablar de la gobernabilidad, me atrevería a decir que es un atributo tanto del Estado como de la sociedad civil. O mejor dicho de las organizaciones civiles. La veo como la existencia de mecanismos de participación efectivos, sean institucionales o no, y como establecimiento de reglas democráticas del juego claras. Como una consigna de movilización política.

—Como no hay tiempo, veremos el diagnóstico junto con los desafíos

11

Retos gobernabilidad Democrática en República Dominicana

—Fortalecer capacidad del gobierno de asegurar bienes públicos.

—Disminución de las desigualdades y mayor inclusión. (Reglas y consensos no pueden perder de vista conflictos de redistribución existentes).

—Combatir abuso del sistema legal e impunidad.

—Fortalecer sociedad civil, y generar formas novedosas de cogestión social. Existe un reflujo en este aspecto, e incluso una perdida de capacidad de incidencia.

—Universalización de la ciudadanía (derechos civiles, políticos y sociales).

—Vigorizar sistema político tradicional para mantener diversidad, y fortalecer el control sobre el poder ejecutivo. La reforma constitucional en Marcha fortalece al ejecutivo.

12
—Aceptación de las diferencias existentes entre las distintas organizaciones de la sociedad civil dominicana, convivir con ellas y dar ejemplos en la construcción de espacios para la concertación y el diálogo, sin obviar la diversidad de intereses como heterogénea es la sociedad dominicana.

13

¿Conslusiones?


—Saque cada cual su conclusión… a eso vinimos, ¿no?

Demasiadas palabras, poca acción y las comebolas

Desde los ochenta los dominicanos escuchamos a diversos sectores
hablar de la necesidad de lograr un consenso nacional que nos
catapulte hacía el desarrollo del país. En ocasiones la idea se queda
sólo en el ámbito de los políticos y son los partidos y sus
representantes los convocados a discutir el futuro del desarrollo
nacional. A veces se trata de lograr que grupos de ciudadanos
organizados en diversos tipos de entidades se comuniquen entre sí y
presenten propuestas a los grupos políticos, es lo que muchos llaman
la creación de espacios de articulación de la sociedad civil.

La mayor parte de las veces las propuestas de diálogo se quedan en
simples declaración de intenciones, en otras se hacen con evidentes
intenciones de manipulación de sectores específicos, y en algunos
caso se profundiza en la definición de una agenda nacional, pero
nunca se han llegado a ejecutar las propuestas surgidas desde esos
espacios de discusión en su totalidad. Algo le está faltando y no son
propuestas. Sí, de algo adolece nuestra sociedad que bloquea la
materialización de una agenda nacional de desarrollo.

Parecería que no es voz lo que falta. Es posible que lo que falte
sea "una autoridad política y moral" que no sólo siente en la mesa de
negociaciones a los principales actores políticos del país, sino que
además vigile el cumplimiento de lo que se ha pactado.

Es posible que el problema radica en que en República Dominicana el
proceso de ciudadanía se encuentra inconcluso, en que no hay quien
ejerza ciertos niveles de fiscalización de las actividades del estado
dominicano. El 11 de noviembre del 2000 en un encuentro del Foro
Ciudadano la Doctora Carmen Imbert Brugal planteó que las
organizaciones de la sociedad civil deben esta alerta y "prestas más
que al consenso a la vigilancia. Desde los 80 la desmovilización
social se gestó y permitió la inercia de sectores contestarios por
demás sensatos que podía contribuir a la gobernabilidad, sin
claudicaciones penosas".

Hoy, al parecer las tendencias con menos vocación democrática, con
menor capacidad para el ejercicio de la crítica, la tolerancia y
aceptar la diferencia se convierte en hegemónica, lo que podría
lograr que el Foro Ciudadano y otros mecanismos de articulación
pierdan capacidad de incidencia en la sociedad dominicana.

Parafraseando el editorial del número 117 de la Revista Estudios
sociales, necesitamos una sociedad civil activa, articulada,
consciente de su papel, que reclame la información debida, que opine,
proponga y ejerza funciones de contraloría social. La sociedad civil
debe usar todo su cuerpo y no sólo la boca y los oídos. El cerebro
por ejemplo. Pero, se come mucha bola.

De Dinosaurios, Comebolismo, autismo y politicas asistenciales

I

Instrucciones para dejar de comer bolas


Comer Bolas es el deporte nacional de una gran cantidad de personas dentro de organizaciones sin fines de lucro, de universidades, de organizaciones comunitarias, de movimientos cívicos, de partidos políticos grandes y pequeños, revejíos y emergentes.

Comer bola es uno de los grandes obstáculos para lograr influir de manera real en las políticas públicas y en particular en las políticas sociales. Claro se puede comer bolas por diversas razones y de diversas maneras. Pero lo peor es cuando el comebolismo se une al autismo y a la autosatisfacción. Ahí es que la cosa es grande, damas y caballeros.

Se come bola cuando se habla mucho, se critica hasta la saciedad y cuando existe la oportunidad real de participar en un espacio estatal en el cual se toman decisiones se escurre el bulto o simplemente se dice,” es que esa gente no va a hacer nada”. Y cuando alguien le dice, "¿pero puedes ver esta arista del problema?” el autismo se hace presente, y la persona comebolas ataca demostrando su autosatisfacción con unas prácticas que no logran modificar las políticas sociales, pero les da importancia a las personas comebolas, les da distinción y caché.

En esta ocasión se me ocurre una fórmula para que organizaciones de la sociedad civil organizada (sí, es redundante decirlo, pero lo digo pá que no quede dudas, y lo repito en especial para que estemos claros que la sociedad civil es una cosa mucho más grande que su organización o la mía: organizaciones de la sociedad civil organizada)...

En qué estaba. Ah sí: Decía que en esta ocasión creo que tengo una humilde fórmula para comenzar a dejar de comer bolas, o al menos para reducir el comebolismo en materia de política social.

Sabemos los problemas de la seguridad social. Sabemos que existe una cosa llamada Sisalril o sea la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales, que es una institución que debe regular, obviamente porque es una superintendencia. Sisalril ha dicho que va a auditar a las siete Administradoras de Riesgos de Salud (ARS) con mayor número de afiliados y afiliadas. Puede hacerlo, está dentro de sus funciones, y lo interesante es que la Sisalril, según el Diario Libre del 6 de octubre, ha dicho que: “no se trata sólo de auditorías financieras, las cuales se realizan regularmente conforme a los plazos fiscales establecidos, sino de un examen más profundo, que permitirá a la institución obtener informaciones sobre el desempeño del sistema, lo cual será de gran importancia para su perfeccionamiento”.

Ahora bien, no están claros los criterios para las tales auditorias, o mejor dicho, no lo han hecho público, y al parecer algunas organizaciones que han hecho contribuciones importantes en materia de la seguridad social, y a las cuales hago la sugerencia con humildad, no le ha prestado atención al tema. O quizás algunas personas, comebolas, quieren comer bolas de frutas, y luego fajarse a criticar.

Tomemos en cuanta que las organizaciones que trabajan el tema de la salud hablan de la denegación de derechos, de que la ARS engañan a los pacientes, de que no dan lo que le corresponde, de que le meten a la gente planes complementarios sin que sean tales, sino que tó lo que dicen que son planes complementarios son en realidad parte de lo que deben dar o sea del PDSS. Además dicen que las ARS tienen pingues beneficios. Y yo, estemos claros, creo que hay evidencias de que algunas ARS efectivamente tienen el comportamiento que dicen las organizaciones civiles.

¿Nos damos cuenta? Por un lado nos quejamos de las ARS, por el otro la institución que debe regularlas dice que las auditará, y ¿qué hacen las organizaciones que trabajan el sector salud? Hasta ahora no tengo evidencias de que hayan visto en esto una oportunidad de participar en las auditorias como mecanismo para logar mayor nivel de incidencia en la seguridad social, y el mejoramiento del sistema.

Pues como parte de las instrucciones para dejar de comer bolas, recomiendo que las organizaciones hagan una campaña mediática y por los espacios disponibles para exigir que las auditorias sean transparentes y sus resultados permitan, efectivamente, saber lo que ha pasado en este año de aplicación de la seguridad social.

Para lo cual se pueden tomar en cuenta las siguientes acciones:

1) Exigir que se haga de conocimiento público los criterios que se usarán para realizar esas auditorias, y que se tenga la oportunidad de opinar sobre los mismos.

2) Que tomando en cuenta el espíritu del decreto que crea las auditorias sociales, y de la ley de acceso a la información, a las organizaciones civiles se les dé participación en calidad de observadoras o veedoras del proceso.

3) Que se reserven, las organizaciones civiles que quieran participar en las mencionadas auditorias, el derecho a realizar un informe alternativo.

4) En caso de que no se de participación se hace una campaña al respecto, explicando el derecho de las organizaciones a la participación, y cómo una auditoría de las ARS sin veeduría de las organizaciones civiles puede motivar la duda con respecto a sus resultados.

Creo que esta es una forma de dejar de comer bolas y hacer política en serio, y contribuir para tener mejor salud todos y todas. Espero que esta semilla de mostaza encuentre tierra fértil como la del Cibao, como la de mi natal San Francisco de Macorís, ojalá las personas comebolas no se sientan aludidas y no reaccionen de manera desmedida y violenta.

II

Un cuento enorme


El cuento más pequeño del mundo tiene siete palabras, es de Monterrosso y dice así: "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí".

Mi cuento tiene 28 palabras, pero es larguísimo, tiene la duración de una política social asistencialista, sin controles, y que destruye el tejido social y dice así:

Cuando revisó la práctica de una gran cantidad de organizaciones civiles, se dio cuenta que parte del problema es que los y las comebolas no despiertan, sino que siguen comiendo lo mismo.

III

¿Cómo reconocer una persona comebolas?


Cuando lee esto, coge toda la cuerda, y no ve la substancia, las ideas, o sea se pone el sombrero. Es cuestión de estilo literario, escribí esto con aire de ironía, para consumo de unos amigos y amigas, pero al llegar a manos de personas comebolas, estas reaccionaron violentas, precisamente porque son comebolas.

Entrevista: ningún poder del estado puede tirar la primera piedar

"En todas las instituciones del Estado hay corrupción"

Ramón Tejada Holguín, ex representante de la sociedad civil en la Comisión de Ética.

Por Tomás Vidal / El Caribe Lunes 29 de septiembre del 2008

¿Considera usted que hay corrupción en las instituciones del país?

La corrupción se encuentra absolutamente en todas las organizaciones estatales y ningún poder del Estado puede tirar la primera piedra.

Por el momento, desde el Gobierno no existe un programa coherente destinado a reducirla.

¿Cree que el informe de Transparencia Internacional lo confirma?

La República Dominicana se quedó en el lugar tres en orden de 1 al 10; el país quedó en el orden 102 de 180 naciones que fueron estudiadas y esto se debe a que otras naciones han mejorado, pero nosotros permanecemos estancados.

Esto confirma que el Gobierno y el conjunto de organizaciones que luchan contra la corrupción están haciendo un trabajo mediocre.

¿Por qué sigue estancada la lucha?

Porque no se respetan las normas existentes. En segundo lugar, porque el Poder Judicial es independiente en algunos aspectos, pero ante los grandes empresarios todavía provoca que se dicten fallos favorables en la dirección de donde soplan sus vientos.

¿Cuáles son las leyes que podrían ayudar a reducir la corrupción que no se están cumpliendo?

Las leyes de contrataciones y compras. Si estas normas se cumplieran la corrupción fuera mínima, porque se eliminaría la discrecionalidad en el uso de los recursos por parte de los funcionarios y los fondos públicos se utilizarían en las actividades que deben ser usados.

¿Por qué no se están respetando las leyes del país?

Porque las clases políticas están acomodadas a las cosas que les protegen sus intereses; no tienen interés en cambiar nada, no existe liderazgo capaz de mirar hacia el futuro y nadie es capaz de presentar nuevos ideales.

Olvidan los proyectos que dan beneficios a largo plazo por temor a las dificultades y las contradicciones que generan los sectores que se están beneficiando de las debilidades de una nación. Todavía en el país la clase media y los empresarios no han comprendido que si no luchan contra la corrupción sus medios de producción podrían resultar afectados y los sectores sociales continuarán fragmentándose.

¿No ha cambiado el Poder Judicial?

El Poder Judicial ha mejorado pero para garantizar los contratos de los grandes empresarios y de las corporaciones. Todavía hace falta mejorar el acceso a la Justicia de las clases humildes, por eso continúan los problemas, los linchamientos de ciudadanos y la gente cree que las leyes no sirven para nada.

¿Cómo ve el Ministerio Público?

Tiene debilidad porque es un organismo incapaz de realizar investigaciones. Todavía favorece los niveles para enfrentar la impunidad y que se continúen implementando los efectos dominós: si otro incurrió en actos de corrupción y no pasó nada, yo también lo puede hacer.

¿Qué ha hecho la sociedad civil contra la corrupción?

Las organizaciones de la sociedad civil han fallado porque no han logrado consolidar un movimiento social capaz de crear entre la población niveles de conciencia para luchar contra la corrupción, donde todos los ciudadanos hagan que les respeten sus derechos fundamentales.

¿Por qué usted renunció de la Comisión de Ética?

Renuncié de la Comisión de Ética porque esa entidad no tiene el apoyo de las grandes instancias gubernamentales.

Por ejemplo, hice una comunicación en diciembre del año pasado dirigida a los funcionarios para que no recibieran canastas navideñas onerosas, y que tampoco se la enviaran a los directores de medios de comunicación, pero nadie me hizo caso y el primero que la violó fue el presidente de la República, Leonel Fernández. En definitiva, me dejaron solo.

¿Qué consejo daría a jóvenes para que no caigan en corrupción?

Les diría que si ustedes no se involucran en la lucha contra la corrupción y no comienzan a buscar soluciones colectivas a través de las agrupaciones sociales, la sociedad, todo, marcharía hacia una división que comenzará en los barrios, donde predominará la inseguridad y nadie podrá caminar en horas de la noche.

Los corruptos, que continúan obteniendo grandes beneficios, siguen viviendo bien con todos sus problemas resueltos.

RD sigue con altos niveles y no mejora

Según Transparencia Internacional, República Dominicana mantuvo la puntuación tres en el índice, con relación a su anterior informe que bajó del lugar 99 al 102 entre los 180 países del mundo cubiertos por el estudio, en virtud de que Tanzania, Líbano y Ruanda tuvieron notables mejoría en la lucha contra la corrupción administrativa y les permitió sobrepasar algunos niveles.

Dentro del área de las Américas, República Dominicana está en el orden 22 de los 32 países cubiertos, lo que muestra que es una de las naciones de las percibidas como de las más corruptas de la región, sólo superadas por Venezuela, Ecuador, Paraguay, Argentina, Haití, Nicaragua, Guyana, Hondura y Belice, según el informe.

“El Poder Judicial ha mejorado pero para garantizar los contratos de los grandes empresarios y de las corporaciones. Hace falta mejorar el acceso a la Justicia de las clases humildes, por eso continúan los problemas, los linchamientos de ciudadanos”.

Debilidad. “Según Transparencia Internacional, el país sigue estancado en el lugar tres, en un orden de uno al 10, porque no hay una política clara y definida para enfrentar la corrupción desde el Estado”.

Ccolaboración. “Se necesita más unidad de las entidades comunitarias y exigir que las políticas sociales de la salud y la vivienda lleguen a los más pobres de una manera transparente”.

Fracaso. “Las reglamentaciones y leyes existentes no han surgido del interés de la nación, no han sido asumidas por el liderazgo nacional y por eso no se cumplen”.

Quién es

Educación: Sociólogo político
Oficio: educador y dirigente de la sociedad civil.

Letras contra hechos, o ¿viceversa?

El liderazgo, político social y económico padece de una insoportable pasión por el cambio cosmético, mientras irrespeta leyes, decretos y Constitución. ¿No está la ciudadanía, como lo estoy yo, harta de que cada cierto tiempo nos creen y recreen la realidad a fuerza de decretos, leyes y reformas constitucionales, mientras que en la práctica la institucionalidad perversa que tenemos empobrece la sociedad espiritual y materialmente? Se lo juro, soy rosca izquierda: quiero menos letras, menos palabras y más acción.

Ramón Tejada Holguín
El Caribe
19 de septiembre del 2008

Una renuncia, dos cartas y múltiples razones

Renuncié a la Comisión Nacional de Ética y Combate a la Corrupción el 1 de septiembre del 2008. El 3 de septiembre en la noche Clave Digital publicó una reseña parcial, vio sólo una arista del problema, de una carta dirigida a las organizaciones de la sociedad civil a las cuales representaba.

Clave Digital no reseña mi renuncia a la CNECC, reseña la comunicación que dirigí a las organizaciones que yo representaba en la CNECC, en la cual les hablaba del porqué de mi decisión de renunciar. Algunas personas me preguntaron la razón de escribir dos cartas y en una, dicen, fui más explicito que en la otra.

Les explico a continuación.

Escribí una carta al Presidente de la República, vía el presidente de la Comisión Nacional de Ética y Combate a la Corrupción (CNECC) porque fui nombrado a través de un decreto presidencial. Mi epístola al Presidente debía conservar las formalidades diplomáticas del caso. La carta la podrán leer más abajo. Como verán, sostengo que se “establezcan mecanismos eficientes para que sus decisiones y acciones (las de la CNECC) sean acatadas por todos los funcionarios públicos”. He ahí la primera pista de una de las razones de mi renuncia.

En la misma esquela al presidente sostengo que la sociedad civil dominicana es múltiple, fragmentada, por lo que “resulta provechoso que otra persona tenga la oportunidad de representarla en mecanismos de esta naturaleza”, he ahí la segunda razón de mi renuncia.

En efecto, era obvia la existencia de una desconexión entre las acciones que yo llevaba a cabo en el seno de la Comisión, y las actividades que las organizaciones civiles llevaban a cabo en lo externo.

En los hechos una de las coaliciones que yo representaba había desaparecido: la Coalición por la Transparencia y la Institucionalidad (CTI) tenía más de un año que no se reunía, y en su última reunión el quórum fue precario, ni siquiera había podido realizar su asamblea eleccionaria. La otra agrupación a la que yo representaba era el Foro Ciudadano, institución que realiza un excelente trabajo en materia de política social y que había delegado en la CTI los aspectos relacionados con la anticorrupción.

En la última reunión que sostuvimos la Coalición, el Foro y yo, la dirección de la CTI se comprometió a elaborar un plan de trabajo para hacer presión de manera que la comisión cumpla con su rol, o en términos de unos meses renunciaríamos. Hace un año de dicha reunión y el plan nunca se elaboró, y nunca volvió a convocarse una nueva reunión.

No acepté representar a las organizaciones citadas de primera intención. Pero, se me aseguró que las organizaciones civiles y un organismo de cooperación bilateral darían apoyo seguro a nuestra "gestión". Sabía que sería una actividad enteramente pro-bono, pero hace mucho que fui picado por el gusanillo de la política y la participación pública, y realmente pensé que sería un espacio para demostrar que en nuestro país podemos ayudar a reducir la opacidad gubernamental.

La CNECC significaba para mí una carga, tanto en términos de tiempo como monetarios. Ningún miembro del Consejo Rector o de la Unidad Técnica cobra salario, viáticos o dieta de algún tipo. Al menos, garantizo que nunca los cobré yo. Pero, se compensaba con la idea de que estábamos realizando una contribución a la reducción de la opacidad. Ese granito de arena que todo ciudadano debería aportar, creía, estaba aportando yo desde la CNECC.

Por eso, luego de entregar la carta al presidente de la CNECC, hombre de reconocida honestidad, escribí a las organizaciones civiles un mensaje explicando las razones por las cuales renuncié de manera individual.

En la segunda misiva digo que no soy iluso, porque desde que entré a la Comisión sabía que ningún gobierno iba a dar transparencia por voluntad propia, sino que debía ser presionado por la ciudadanía y sus organizaciones. Y esa era la labor que creía nos correspondía. He ahí que sostengo que la transparencia no es dádiva, sino conquista. Y he ahí que digo que debemos autocriticarnos, porque no cumplimos ese rol.

Ambas carta las escribí para interlocutores que sabían de qué estaba hablando. Ambas cartas fueron pensadas como comunicaciones internas. Quería esperar las reacciones para hacer el hecho público de manera satisfactoria para las partes y sin que la verdad sufriera.

No tenía ningún interés en criticar a las organizaciones civiles, sé por las dificultades que pasan, no tenía tampoco ningún interés de echar lodo a la CNECC, porque sé que hay personas que hacen un esfuerzo real por mejorar el entorno institucional. La ausencia de voluntad política para combatir la corrupción es un dato que siempre ha existido, desde que se formó la CNECC sabíamos que era así, y si aceptamos el reto es porque, tanto las organizaciones como yo, pensamos que podíamos contribuir en algo en la construcción de la voluntad política.

No soy persona que escurre el bulto, ni busco justificaciones pueriles, acepté un reto y las cosas no salieron como lo esperábamos. Debo revisar mi práctica, es posible casi seguro que cometí algunos errores.

Ojalá las organizaciones civiles vean las cosas en su justa dimensión, y no busquen justificaciones de los errores cometidos, tanto por ellas como por mí. Muchas veces, y eso lo he aprendido en el seno de nuestras organizaciones uno no "es el protagonista de su propia historia".

La CNECC siempre la vi (¿la vimos?) como un escenario más de la lucha contra la opacidad, y en su seno hay aliados importantes. Desde el inicio sabía (¿sabíamos?) las limitaciones de la CNECC, pero pensé que todas las organizaciones entendían las razones por la cual estabamos en la comisión. El objetivo era presionar desde dentro, no abandonar un espacio de lucha.

Creo que la CNECC pudo haber hecho un mejor trabajo en el gobierno, si las organizaciones civiles hubieran presionado más para que las cosas positivas que salían de la comisión fueran respetadas por todos los funcionarios. Sí, nunca confié en que el gobierno por sí solo nos daría la transparencia, pero pensé que éramos capaces de entender lo tortuoso y arduo del camino. Que podíamos "jalar pál mismo lao".

Quizás por eso algunas personas no entendieron las razones por las que escribí dos cartas, y la diferencia de contenido entre ambas cartas. También, otras personas, sobre todo en la prensa, quisieron manipular las cartas para ver sólo lo que querían ver, y obviar todo el panorama pintado en ellas.

Algunos directivos de las organizaciones civiles comparten mi visión crítica de la forma en que muchas organizaciones se movilizan en función de la moda de los financiamientos internacionales, y no en función de los diagnósticos realizados, o de agendas propias. Uno de los problemas de la comisión es que nunca hubo financiamiento para las actividades de las organizaciones civiles que se relacionaban con la comisión.

Una gran parte de las organizaciones civiles hacen un trabajo de importancia, excelente. Pero, es tiempo de revisar nuestros métodos de lucha, no podemos seguir sin agendas claras y colectivas, o sólo siguiendo las agendas de las instituciones que financian las actividades. Al menos habría que saber combinar las agendas de las agencias de financiamiento y las agendas propias.

Sé que se hicieron intento de conseguir un pequeño financiamiento para tener una unidad de trabajo que me ayudara en las actividades de la CNECC. De hecho durante unos 6 meses, de los tres años y medio que fui miembro de la CNECC, las organizaciones de la sociedad civil me nombraron un asistente y se creó una unidad de seguimiento al Plan Nacional de Ética. Pero, la unidad fue efimera, y al asistente sólo se le contrató por seis meses.

Sé las dificultades por las que pasan las organizaciones de la sociedad civil en este momento, y para colmo es obvio el reflujo existente. Quizás la falta de financiamiento, quizás… no sé. Pero, debemos ver el interior de nuestras organizaciones y tratar de mejorar, pensar de manera crítica, así como somos capaces de criticar a los partidos y sus formas organizativas, debemos vernos a nosotros mismos. Se necesita sangre nueva en las organizaciones, ¿qué pasa que no hay sangre nueva? Hay que estimular que una nueva generación tome la antorcha, que asuma el relevo.

¿Nos debemos sentir satisfechos y satisfechas con nuestra participación en la CNECC? No me respondas a mí, busca la respuesta para ti y tú organización. Porque, no sólo le estoy diciendo al gobierno que la lucha contra la corrupción es una ficción en este momento, sino que les digo a mis compañeros y compañeras de la sociedad civil que cuando se acepta el reto de formar parte de un organismo de coordinación entre sociedad civil y gobierno, hay responsabilidades que cumplir, y que debemos saber cumplir, para tener la moral y la autoridad sufienciente para criticar las cosas incorrectas. Huyendo a nada ayudamos, como tampoco entregándonos acriticamente.

Es obvio que en el gobierno la mayoría prefiere la opacidad, quiere conservar la situación actual. Somos una nación diezmada por el clientelismo. Pero, como he dicho muchas veces, una de las desgracias de nuestra nación es la ausencia de una estrategia clara para enfrentar la corrupción, en ese contexto clientelar y rentista en que se mueve el sistema político dominicano.

Consultores internacionales son contratados para repetir experiencias en sus países de origen, pero, ¿han reducido esas experiencias la corrupción en sus países? ¿Se aplatanan esas herramientas que nos traen? ¿Se toman en cuenta nuestras necesidades como nación? ¿Qué de nuestras características culturales? ¿Por qué se crean organizaciones que compitan con las ya existentes? ¿Cómo, cuándo, dónde y con quiénes construyen sus estrategias esas organizaciones que financia la lucha contra la corrupción?

En definitiva, cuando supe que yo me había quedado en una especie de limbo, que no representaba realmente a nadie, y que si bien tengo buenas relaciones y respeto de una parte importante de la sociedad civil, la cotidianidad de la mayoría de las organizaciones y la búsqueda de financiamiento le había reducido su campo de acción, renuncié. Y renuncié pidiendo que se nombrara otra persona como representate de las organizaciones civiles.

Creo en y práctico la transparencia, lo que significa que no me molesta que las cartas se hayan filtrado a la prensa el día tres en la noche. Lo que me molestó fue que se quiso ver una arista de este problema, un lado de este triangulo equilátero...

Yo NO me lavo las manos, y reconozco mi cuota de responsabilidad en todo esto. Eso sí, admito diversos "quizás". Quizás debí ser más proactivo a la hora de plantear las cosas a lo interno de la sociedad civil, quizás debí ser más claro con las organizaciones que financian la lucha contra la corrupción, quizás debí escribir cartas más explicitas al Poder Ejecutivo y a las organizaciones civiles, quizás...

Hay muchos "quizás" en los que sigo pensando, y ojalá podamos reflexionarlos juntos. Y a propósito de quizás, quizás nunca sabremos si la CNECC pudo haber hecho un mejor trabajo de haber las organizaciones civiles cumplido con el compromiso de presionar más y de coordinar más con la representación que tenía a lo interno. Quizás nunca lo sabremos…

Más abajo las dos cartas de renuncia, y háganse su propia idea.


Carta al Presidente

Santo Domingo, República Dominicana. 1 de septiembre de 2008
Doctor
Leonel Fernández Reyna
Presidente de la República
Su Despacho

Vía: Doctor José Joaquín Bidó Medina, Presidente de la Comisión Nacional de Ética
y Combate a la Corrupción

Excelentísimo Señor Presidente:

Por este medio formalmente le comunico mi renuncia irrevocable a la Comisión Nacional de Ética y Combate a la Corrupción (CNECC). Le agradezco sinceramente que me haya considerado para formar parte tanto de la Unidad Técnica como del Consejo Rector, en representación del Foro Ciudadano y de la Coalición por la Transparencia y la Institucionalidad.

Con el debido respeto, le expreso mi opinión sobre el necesario relanzamiento y redefinición de la CNECC, de tal manera que se consoliden los aspectos logrados, y se establezcan mecanismos eficientes para que sus decisiones y acciones sean acatadas por todos los funcionarios públicos.

Entre los aspectos importantes a redefinir, se encuentra la representación de las organizaciones civiles; ya que como usted sabe la sociedad civil dominicana es múltiple, cual Agramón el personaje de la novela “Historia interminable”, por lo que resulta provechoso que otra persona tenga la oportunidad de representarla en mecanismos de esta naturaleza.

Sin otro particular, se despide con sentimientos de aprecio y estima,

Ramón Tejada Holguín
Representante del Foro Ciudadano
y de la Coalición por la Institucionalidad y la Justicia

CC: a los miembros de la CNECC
Dr. César Pina Toribio
Dr. Radhamés Jiménez
Dr. Ramón Ventura Camejo
Dr. Octavio Líster
Lic. Daniel Omar Caamaño
Lic. Julio Aníbal Fernández
Mons. Benito Ángeles
Sr. Celso Marranzini

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Carta a la sociedad civil:


1 de Septiembre del 2008. Santo Domingo República Dominicana
Señores:

Organizaciones de la Coalición por la Transparencia
y la Institucionalidad;
Organizaciones del Foro Ciudadano;

Amigos de las organizaciones de la sociedad civil Dominicana
Sus manos.

Estimados amigos y estimadas amigas:

Hoy, lunes 1 de septiembre del año 2008, he renunciado de la Comisión Nacional de Ética y Combate a la Corrupción (CNECC) de manera irrevocable. Acabo de comunicar mi decisión al presidente de la CNECC, Doctor José Joaquín Bidó Medina, a quien entregué una escueta carta para el Presidente de la República.

Les doy las gracias por haber confiado en mí para representar sus intereses en el seno de la CNECC, y lamento tener que haber tomado esta decisión por mi cuenta, un año después de la última reunión sostenida con representantes de la CTI y del Foro Ciudadano. Algunas personas se sorprenderán por mi decisión; otras, quienes han seguido de cerca mi participación en la CNECC y la relación con el Foro y la CTI, podrán concluir que mi decisión no fue inesperada, y ojalá la mayoría vea mi renuncia como correcta y justa.

¿Razones de la renuncia? Son múltiples, y van desde la obvia inercia de un sector gubernamental, la escasa transparencia de grupos mayoritarios en el Poder Ejecutivo, el poco apoyo brindado a la CNECC, hasta la nula coordinación entre las dos agrupaciones de la sociedad civil a las cuales representaba.

No soy ingenuo. Tampoco soy un iluso. Sé que ningún gobierno de la República Dominicana, clientelar y rentista, dará transparencia y rendición de cuentas a la ciudadanía de manera voluntaria. Si queremos cambios, la lucha contra la opacidad y la corrupción debe convertirse en un fuerte movimiento social incontenible, como agua de río incapaz de ser refrenada, como torrente endemoniado que desborda presas y se lleva de encuentro instituciones opacas y funcionarios corruptos.

Debe ser un movimiento que no teme luchar en cualquier campo de batalla, y la CNECC pudo haber sido un espacio mejor aprovechado. La transparencia y la rendición de cuentas son como las atalayas que deben ser conquistadas a sangre y fuego, o al menos a golpes de estrategias de comunicación y presiones ciudadanas. La transparencia y la rendición de cuentas no son obsequios que el sistema político ofrece a la ciudadanía. Para conquistar atalayas hay que tener un norte claro, una visión de futuro bien pensada, y hay que elaborar estrategias racionales que nos permitan acceder a ese futuro, a ese norte.

La CNECC pudo haber sido un escenario aprovechable, si tan sólo las organizaciones representadas hubiesen trabajado en dos niveles: 1) aprovechando a su representante en esta comisión, haciendo propuestas y trabajando más estrechamente, por ejemplo, con la Ley de Acceso a la Información y el decreto que permite la conformación de comisiones de auditorias sociales y 2) presionando para que las propuestas sean aceptadas, para que se conformen comisiones de auditorias sociales, para que se fortalezcan las RAI, para que los funcionarios respeten las decisiones emanadas de la CNECC. Debemos todos nosotros autocriticarnos en este aspecto: no supimos combinar la lucha a lo interno, con las actividades a lo externo. Cada organización trabajaba su propia estrategia en materia de anticorrupción, y el representante desempeñaba su representación con demasiada libertad, y con muy poca supervisión de parte de las organizaciones representadas.

La última reunión de coordinación en la que participamos las organizaciones representadas y el representante se realizó hace un año, en los salones de CEPAE. Estaban presentes representantes de la CTI y de la Secretaría del Foro Ciudadano. En dicha reunión se decidió elaborar un Plan Maestro para organizar nuestra renuncia de la CNECC.

La filosofía del plan era sencilla: tomando en cuenta el decreto que crea la CNECC y los reglamentos de esta, se comenzaría a mantener un nivel de presión pública sobre la CNECC para que cumpliera con su labor, si cumplía, pues era un éxito y no necesitábamos renunciar, y si no cumplía teníamos los argumentos y la autoridad necesarias para salir. Lamentablemente nunca se volvió a convocar una nueva reunión, y mucho menos se elaboró el mencionado plan.

Finalmente creo que las organizaciones civiles deben definir una estrategia en materia de lucha contra la corrupción común, compacta, clara, definida, tomando en cuenta las necesidades nacionales, y negociando con los organismos internacionales y las organizaciones de cooperación bilaterales sus propias agendas.

Pueden contar conmigo, como siempre, en los temas que manejo y en mi experiencia como investigador, pero, debido a mis múltiples compromisos y a los aspectos indicados tanto en esta carta como en la que escribí al Presidente Fernández, me es imposible seguir en la CNECC y sentirme en paz conmigo mismo, y sentir que estoy cumpliendo con mi deber como ciudadano activo.

Con sentimiento de aprecio y respeto:

Ramón Tejada Holguín

Anexo: Carta de Renuncia de la CNECC

En el corazón del mito americano existe el mito dominicano

Ruth Herrera, editora de Alfaguara, hizo una larga entrevista a Junot Díaz, pero por razones de espacio se publicó una versión reducida, corta, en el Listin Diario. La entrevista completa no tiene desperdicio. Gentilmente Ruth me ha permitido publicar la entrevista in extenso en este País de Alicia.

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Junot Díaz:
“En mi novela el fukú no toma las decisiones por nadie. Solo hace horribles las consecuencias de las malas elecciones.”

“¿Para qué sirve nuestro privilegio si no tratamos de ayudar a la sociedad que hace posibles esos privilegios?”

Entrevista a propósito de la publicación dominicana en Alfaguara de La breve y maravillosa vida de Óscar Wao, premio Pulitzer 2008

Ruth Herrera

SANTO DOMINGO. No sé cómo suena su voz (esto va por la web); sí oigo sus palabras escritas, duras, suaves, neutrales, de doble sentido. Palabras… Lo dijo en una entrevista (una de sus tareas frecuentes en estos días, concederlas): el inglés es brutal, y es el idioma en que escribe; el español es íntimo, y es el que no domina. Si vamos a juzgarle por sus palabras, por sus historias, Junot Díaz, el dominicano que logró un premio Pulitzer por su novela “La breve y maravillosa vida de Óscar Wao” (Alfaguara, 2008), parece un hombre contradictorio, inmerso en el conflicto, en la desazón, en medio de dos razas. O es, sencillamente, un escritor exigente consigo mismo, que hurga en sus personajes y los exprime hasta sus últimas consecuencias, y es lo que refleja.

[Días después, tras un par de jornadas con Junot. Le he oído responder a todo tipo de interlocutores: los que se quedan en la superficie y lo baladí, los que comentan a fondo y sintonizados en los laberintos de la creación. Él no deja pregunta sin respuesta, alguna vez calla de golpe porque va a revelar demasiado. Y resultó que el español le sale con mucha fluidez y soltura (que sí, que lo machaca, que sí, que lo salpica de muchos coños y vainas), aunque luego de muchas horas usándolo, en medio del cansancio, prefiere el inglés porque el español se le está “desintegrando”. Lo que no decae nunca son sus criterios, sus convicciones, su dedo que señala. Esta es la entrevista completa que sostuve con él y que, por razones de espacio, no salió así en el Listín Diario.]

P. ¿Está bien que te entreviste de tú? [Luego de conocerlo, te das cuenta de lo inútil de la pregunta, pero él siempre da buenas respuestas.]
R. Preferiría estar bailando, pero es mucho mejor que estar corrigiendo exámenes. Todavía estoy sorprendido y agradecido de que alguien quiera hablar conmigo acerca de cualquier cosa.

P. De tu primera infancia en Villa Juana a enseñar escritura creativa a las “mentes brillantes” del MIT, dime una sola cosa que has sacado o aprendido en este tránsito.
R. Es una pregunta enorme. Imagino que si algo he aprendido es que me llevo mejor con los jóvenes y los viejitos. Y que si alguien puede hacerte sonreír o lograr que la esperanza vuelva a tu vida, es un joven o un viejito.

P. Viviste una parte de los Doce Años de Balaguer en Santo Domingo, además tu padre fue militar en ese entonces. ¿Puedes relacionar alguna vivencia infantil con tu postura de adulto muy cuestionadora frente a dicho gobernante, que también se plasma en Óscar Wao?
R. Una cosa especial sobre los 12 años era la música. No sé por qué, pero los gobiernos opresores sacan la mejor música de las comunidades que oprimen. Adoro la música de ese período. Mi madre siempre la ponía en nuestro apartamento en New Jersey. Cuando pienso en ser feliz, en estar en casa, recuerdo esos álbumes que ella ponía. Hay, por supuesto, un lado oscuro en mis memorias de los 12 años. Era un niño en Santo Domingo y vi el cuerpo de un pobre izquierdista a quien habían asesinado en plena calle y recuerdo que la policía ni siquiera se molestó en cubrirlo. Se paraban sobre el cuerpo riéndose. La música y la risa guiaron mi mano mientras escribía esta novela.

P. Ya has aclarado que los diez años entre Drown y Óscar Wao se debieron a que escribes muy despacio y aplicándote la extrema autocrítica, por la que botas cualquier cantidad de páginas escritas si no te complacen. Con todo, y con el compromiso de una siguiente obra, ¿fueron angustiosos esos años, qué monstruos tuviste que liquidar?
R. Sí, fueron años duros. Estaba deprimido gran parte del tiempo, pensé que nunca iba a terminar la novela. Pero también hubo buenos momentos. Tuve la oportunidad de viajar. Fui a Japón, viví seis meses en Amsterdam, un año en México. Fui dos veces a Cuba y dos a Australia. Conocí a Juleyka Lantigua (la sobrina de Dr. Rafael Lantigua) y a Tony Capellán, el más grande artista dominicano vivo, y ambos son mis amigos entrañables. Aprendí mucho sobre mí mismo. Es fácil ser buena gente cuando todo te sale bien, pero es difícil ser amable y agradable cuando todo lo que intentas termina en el zafacón. Aprendí a ser humilde. Una persona no puede parecer sencilla cuando está siendo entrevistada o cuando está en una gira de promoción de un libro, pero créeme, pasa diez años escribiendo una novela y aprenderás algo sobre la humildad.


P. Has comentado que Óscar Wao te llegó a la cabeza en una noche de tragos mexicana, pero, ¿te llegó el nombre, derivado del escritor Oscar Wilde, o el personaje que resultó?
R. Como dije: estaba viviendo en México. Debería haber estado viviendo en República Dominicana pero necesitaba alejarme de la familia, de todo, así que me mudé al Distrito Federal. Quería estar donde Diego y Frida y Trotski y el Che y Pichirilo habían bebido tequila. Viví en un apartamento con fundas de basura por cortinas y todo lo que escribía era basura. Una noche que estaba con unos amigos (la mexicana de la que estaba enamorado no estaba, así que me sentía deprimido) la idea me llegó de repente. Shazam. Todo me vino aquella noche. El nombre de Óscar. Su carácter. Su familia De León-Cabral. Después de esa noche todo lo que tuve que hacer fue encontrar cómo contar la historia, y entonces, contarla. Eso me tomó ocho años.

P. ¿Trabajas con un plan o le dejas cancha a la improvisación?
R. Siempre tengo un plan. A la mayoría de la gente no le importa o no lo creería, pero la estructura de Óscar Wao es bastante compleja y requirió gran cantidad de ajustes. Mi inspiración (estructuralmente) vino de la película Zardoz y del ouroboro, la imagen mítica de una serpiente que se come su propia cola. De modo que sí, hay mucho trabajo puesto en esta vaina, pero también me esfuerzo en que mi trabajo se sienta espontáneo, improvisado. Como dijo Frank Sinatra una vez: Si pueden notar que estás trabajando es que no te estás esforzando lo suficiente.

P. En un momento del proceso editorial con esta novela, señalaste lo que parecería una obviedad: Óscar Wao es ficción, no un libro de historia dominicana. Sin embargo, la narración de episodios y la recuperación de ciertos personajes de la historia dominicana construyen fuertes contextos y permiten trazar jugosas comparaciones en la novela. ¿Qué pretendes de la historia puesta al servicio de la literatura?
R. La historia ES una forma de literatura, de ficción. Si digo algo más estaré diciendo demasiado. Y sonaré más tonto de lo usual. Mejor nos lo ahorramos.

P. ¿Y de dónde sale esa imagen postmoderna de Trujillo cayendo bajo las balas de sus matadores como un Tony Montana?
R. Vino de uno de mis parientes que, hablando sobre la muerte de Saddam Hussein, comentó: por lo menos Trujillo murió como un hombre. Fue una típica declaración machista, pero también me hizo reír e inspiró la descripción tipo Matrix de su muerte. El narrador Yunior odia a Trujillo pero por lo menos tiene que reconocer que el tipo mostró cierta valentía personal. Independiente de toda su maldad, al menos tuvo eso.

P. En Santo Domingo hay muchos libros que cuentan los horrores del trujillato y también, aunque menos, del balaguerato, y se leen con avidez. ¿Qué quisiste decir, entonces, con que a los muertos (a esos muertos) hay que envolverlos “en algo medio cursi, en un paquete lindo”, para que la gente los abra [en una entrevista para la revista Qué leer, de España]?
R. Pero ¿qué generación está leyendo esos libros? No veo que a ninguno de esos jóvenes del Colegio Santo Domingo, del Carol Morgan, del New Horizons les importe un carajo lo que pasó durante el trujillato parte 1 ó 2 (que es como siempre he pensado de los 12 años). A pesar de la obsesión con Trujillo en ciertos sectores de la comunidad dominicana, hay una generación completa de jóvenes hartos de escuchar sobre Trujillo. Mi proyecto fue cómo retar a ese grupo que acostumbra leer libros sobre Trujillo y cómo atraer a quienes nunca leerían un libro de Trujillo aunque su vida dependiera de ello. Leerían Harry Potter, ¿pero sobre el tipo que mató a sus abuelos? ¡No way!

P. En el caso de Óscar Wao, y luego de conocer algunos de tus libros favoritos (Texaco, Akira, Ceremony, Dhalgren, Dune), tu narrativa parece en cierta medida construida a partir de la experiencia de un escritor-lector.
R. Del mismo modo que República Dominicana no puede imaginarse sin música, sin béisbol, sin su particular genio implacable, yo no puedo imaginarme sin la literatura. Todos tenemos formas de sobrevivir a nuestra niñez. Mis hermanas eran hermosas y ellas sobrevivieron esa etapa por su belleza y haciendo que todos los muchachos se enamoraran de ellas. Mi mejor amigo sobrevivió siendo sobresaliente en la escuela, siendo el mejor estudiante de todos. Mi amigo Petey (el boricua más blanco del mundo) logró salir adelante jugando béisbol. Yo sobreviví leyendo libros. Cuando leía un libro mi cara fea, la pobreza de mi familia y la promesa rota de Estados Unidos se alejaban. Finalmente ese mecanismo de escape (la lectura) llegó a ser algo más. Llegó a ser mi vida. O tuve suerte o me jodí. Depende del punto de vista.

P. Resulta que la novela sobre un nerd, perdedor, feo, negro, impopular, de futuro incierto, gusta, se lee muchísimo y gana premios literarios. ¿Qué habría dicho Óscar?
R. Es como una novela acerca de un país pequeñito del Caribe que gana el premio Pulitzer. Difícil de creer, ¿no? No estoy seguro de que Óscar hubiera dicho algo. Aunque habría pensado esto: a la gente no le molesta LEER sobre un nerd gordo, feo, de piel oscura. Lo que no quieren es invitarlo para salir a bailar.

P. Óscar Wao y Junot tienen en común un origen y una migración, una raza, una sensibilidad, unos gustos literarios. ¿Qué más hay de autobiográfico en esta novela?R. Solo para fines de record: Óscar nació en Estados Unidos. Yo no. Óscar es de una familia dominico-norteamericana de clase media con raíces de clase alta. Yo soy de los pobres de Baitoa y Estebanía. ¡Mi familia pasó toda la década de los ochenta a base de cupones de alimentos y bienestar social (¡y se preguntan por qué mis hermanos y yo trabajamos tanto!). Pero para contestar tu pregunta: no hay mucho de autobiografía en esta novela. Se desarrolla en NJ pero no en la parte de NJ donde crecí. Cuando era joven también estaba obsesionado con levantar pesas como Yunior, pero solo tomé esteroides un par de veces. Lo más autobiográfico de esta novela es que todos los personajes jóvenes pertenecen a esta clase de juventud dominicana que no se ve en la propaganda turística: listo, culto, “raro”. Los ‘freakis’, los ‘cool’, los ‘nerdos’. Óscar pertenece a este grupo, y lo mismo le pasa a Yunior, a Lola y a muchos de los niños dominicanos con los que crecí. Nosotros no éramos los típicos “dominicanyorks”, ¡y vaya que nos lo dejaban sentir nuestros pares!

P. Tus personajes femeninos convencen. La Inca, Belicia y Lola, las principales. Tal como le preguntan a las escritoras –que se fastidian– cuando crean buenos protagonistas masculinos, ¿cómo te metiste en el ser de tres mujeres de distintas épocas y mentalidades?
R. No soy como algunos de mis “brothers” dominicanos que viven fuera del país. A mí realmente me gusta la mujer dominicana y he estado con ellas toda mi vida. Si tú pasas cada día de tu vida rodeado de mujeres dominicanas, cada día (incluso cuando vivía en Amsterdam estaba saliendo con una dominicana), eventualmente eres capaz de escribir de ellas como personajes. Pero solo si trabajas muy duro y todas tus amigas dominicanas te ayudan a corregir todos tus errores. Pero fue mi niñez con mis dos hermanas, una que se escapó y otra que permaneció, lo que tuvo un impacto enorme en mí.

P. La frase final de la novela evoca otra muy parecida de una novela adaptada al cine en 1979, con mucho éxito.
R. Fue un homenaje en reversa a Joseph Conrad. Su protagonista, Marlowe, viaja al Corazón de las Tinieblas para descubrir “the horror, the horror”. Óscar viaja al Corazón de las Tinieblas de su familia, Santo Domingo, para descubrir “the beauty, the beauty”.

P. ¿No te importa desvelar el final de tu novela?
R. No.

P. En un punto de la novela, Lola, la hermana de Óscar, dice que somos “diez millones de trujillos”. ¿Comparte el autor este criterio?
R. A veces, sí. La mayor parte del tiempo solo pienso que estoy feliz de haber nacido en esta comunidad y no en otra.

P. Algunos lectores de Oscar Wao ya están ubicando a Junot Díaz como un escritor del neo-pesimista dominicano. ¿Cuál es tu visión sobre el país dominicano?
R. ¿De verdad? Esa es una opinión que no comparto. Quizá fumé mucha hierba cuando era joven, pero siempre me he considerado un optimista y creo que la novela, a pesar de todas sus diabluras, también es optimista. Pretender que el mal no existe, que nada malo te va a pasar, no es ser optimista, es ser iluso. Las mejores personas reconocen las fallas o imperfecciones que existen en un lugar, un país, en las personas, y todavía lo encuentra, las encuentra, merecedoras de amor, compasión, afecto, de gran transformación artística. Nunca he confiado en la gente que solo ve el lado bueno de las cosas. Me asustan. Tienes que verlo todo, absolutamente todo: lo bueno, lo malo, lo indiferente y a pesar de eso encontrar en ti la capacidad de tener esperanza, de amar. Eso es humano, eso es optimista. Pretender que todo es maravilloso, solo para mantener tu fantasía de positivismo, es la peor clase del engaño, de miopía. Supongo que debí haber escrito una novela donde no le sucede nada malo a nadie. Pero en esa clase de vida, de mundo, ¿qué importancia tiene el amor y/o el sacrificio?

P. ¿Puede ser el fukú una explicación para las desgracias, el atropello, la corrupción que dominan la vida dominicana? Porque si bien has dicho que no crees en el fukú, en Oscar Wao esta maldición se puede asumir como una explicación de lo que nos pasa.
R. Ni siquiera la novela es tan simplista. Todos en el libro tienen que hacer una elección. Lo mismo sucede aquí en Santo Domingo. Uno tiene que elegir ser amable o ser cruel; ser gentil o corrupto; elegir ayudar, degradar, participar, borrar. Las fuerzas históricas, ya sea en forma de fukú o capitalismo, guían nuestras elecciones, pero no las hacen por nosotros. En mi novela el fukú no toma las decisiones por nadie. Solo hace horribles las consecuencias de las malas elecciones.

P. ¿Por qué has abrazado “la causa” de la explotación de los trabajadores haitianos en República Dominicana?
R. Pensé que todos dominicanos estaban contra la explotación. Bueno, es una broma. Esto probablemente sonará aburrido para cualquiera que no tenga una vena activista en su cuerpo, pero también estoy contra la violencia doméstica, la prostitución infantil y la segregación de facto en la vida nocturna dominicana. Estoy en contra de los partidos políticos que confunden y desorganizan la vida cívica dominicana. ¿Por qué? No sé de dónde viene este impulso. Quizá sería más bonito que no me preocupara por nadie.
No es que nadie haya tratado de ponerme en un batey ni nada por el estilo. Pienso que me involucro en estas “causas” porque como dominicanos nosotros merecemos un mejor legado que el que estamos construyendo. Porque cuando los dominicanos estamos en nuestro mejor momento no tratamos de expulsar inmigrantes ni de culpar a los pobres de todos los problemas que hay en el mundo. Y seamos honestos: los que tenemos casas, carros, los que podemos salir a cenar cada vez que queramos, ¿para qué sirve nuestro privilegio si no tratamos de ayudar a la sociedad que hace posibles esos privilegios? En mi opinión, el privilegio es solo tolerable si se utiliza en mejorar nuestro mundo. (Por favor, no le envíes este artículo a mi madre. Me acusaría de comunista).

P. ¿Qué necesitas para escribir, para “inspirar las facultades” de la creación?
R. Largos periodos de tiempo en calma para trabajar. Muchos libros. Salir de noche con mis amigos. Gente nueva que comparta su vida conmigo.

P. “You don’t have anything if you don’t have the stories”, dice Leslie Marmon Silko en Ceremony. ¿Podría ser la frase definitoria de tu vida?
R. Sí. Pero debes añadir: las historias son el único modo de llenar los vacíos donde nuestras viejas historias han muerto o se han perdido.

P.Como escritor, ¿vives la dicotomía entre las ideas y las personas?
R. No siento mucho esa división. Mi dicotomía es que crecí pobre con los tígueres y me siento cómodo en ese ambiente, pero también tengo una vida intelectual y artística que me pone en un sector de la sociedad “rarificado” que no duraría cinco segundos andando con ese grupo de amigos. Mi dicotomía es ser un dominicano que habla mal el español que conoce la capital mejor que dominicanos con un español excelente que viven con papi y mami en Piantini. Mi dicotomía es ser la persona de piel más oscura en mi familia y la más clara de todos mis amigos.

P. Tal como lo hiciste en su momento con los precandidatos demócratas y el candidato republicano de Estados Unidos, ¿qué libro les recomendaría a Leonel Fernández, Hipólito Mejía y Miguel Vargas?
R. No les recomendaría ningún libro. Les daría pasaportes para que se fueran. Necesitamos algo nuevo para nuestro país. Estos partidos políticos tradicionales no están llenando las expectativas.

P. ¿Qué haces de hobby, que no sea leer?
R. Te confieso que la mayor parte de mi lectura la hago entre 7 y 9 de la mañana. Mis amigos casi nunca me ven leyendo, así que encuentran gracioso que yo casi siempre hable de lo mucho que me gusta leer. Generalmente ellos me ven saliendo. Adoro correr (aunque no lo parece: aumenté treinta libras con el estrés del tour de promoción del libro y porque mi novia estaba intentando terminar conmigo). Me encanta salir a bares y clubes, y estuve metido en el ambiente hiphop ‘underground’ de NYC por un tiempo. Soy un gran fanático del béisbol, así que veo a los Yankees, los Mets y los Medias Rojas cada vez que puedo. Aunque parezco un bruto cuando me conoces, sé mucho sobre películas extranjeras, las veo obsesivamente. (La mejor película extranjera de los últimos cinco años: Ping Pong.) Toda mi juventud trabajé en fábricas, así que todavía disfruto del trabajo físico. Nunca lo creerías al mirarme, pero soy uno de esos a quienes les gusta ayudar a sus amigos a mudarse o hacer proyectos. Seis o siete horas de trabajo físico siempre me relajan. Ni siquiera soy muy bueno jugando a intelectual de tiempo complete. Es triste.

P. ¿Qué te saca de quicio?
R. Cuando en un resort los bartenders dominicanos le sirven a los extranjeros antes de atenderte a ti. No te imaginas cuántas veces he tenido que decirles a esos tipos que dejen de ser Guacanagarix.

P. ¿Cuál sería tu lugar ideal para un hipotético retiro en República Dominicana?
R. Esa es una pregunta difícil. Todavía me quedo en la casa de mi familia en Villa Juana (Calle 21 forever!), pero a ninguno de mis amigos dominicanos de Estados Unidos le gusta visitarme allí. (Mis amigos dominicanos de la isla no le tienen miedo a Villa Juana.) Mi sueño sería vivir como el artista Tony Capellán, en la azotea de uno de los edificios frente al Parque Independencia. Eso me permitiría tener acceso a mis dos mundos: podría salir con la gente ‘cool’ a sus ‘lounges’ de la Zona y sacar tiempo con los tipos pobres que hay en el parque, que trabajan todo el día y toda la noche para ganarse un par de dólares.
Pero tú estás hablando con un hombre que no tiene hijos. Si tuviera hijos estaría en uno de esos residenciales cerrados, como el promedio de los dominicanos de clase media, aterrorizado.

P. Por último, ¿qué les llama la atención de la novela a lectores de Nueva Zelanda, por ejemplo, donde estuviste de promoción en este año?
R. Lo que más parece impresionarles a los neozelandeses es la idea de que en el corazón del mito americano existía un mito dominicano. Que no puedes entender el Nuevo Mundo sin entender un lugar como República Dominicana.

Ruth Herrera
Publicada el 3 de Septiembre del 2008