Diversas personas amigas me preguntan sobre el texto, "Resplandores en el portal de un mundo" y sus razones. La historia es como sigue: Andrés L. Mateo escribió en su columna semanal que tenía pruebas de que un asesor de la Diape –institución de la cual soy Director General – había propuesto que para que las personas olvidaran el caso de Los Tucanos se usara el caso de Carla Massiel. O sea para que no hablen de los Tucanos, que mejor hablen del robo de niños y el tráfico de órganos.
Obviamente me sentí ofendido. Por un lado, mi trayectoria política y de activismo social no se corresponden con alguien que podría aceptar que su institución participe en algo tan censurable como el uso de la muerte de una niña para sacar un tema de la prensa nacional.
Por otro lado, es una tontería que alguien quiera sacar de circulación un tema que está en la justicia, ya que cada vez que se realice alguna audiencia o investigación, el tema volverá a las primeras páginas. El tema solo sale definitivamente de la prensa, cuando pasen todas las etapas judiciales y se condene o se absuelva a quienes se encuentran acusados.
Resultaba tan obvio el dislate. Que escribí en mis redes sociales: “La verdad es que la locura y la conspiratología han quemado cerebros. Pero, la estulticia y necedad no merecen respuestas. Eso sí, no se sorprendan si un buen día escribe que tiene bien documentado que la DIAPE tiene escondido un platillo volador en las Dunas de Baní.”
Como ven, no me tomé en serio una denuncia sin pies ni cabeza y sin base. Lo tomé a broma. En su primera diatriba Mateo habló del decálogo de Chomsky para la manipulación mediática, acusándonos de seguir los pasos de dicho decálogo. Pero, Chomsky mismo ha negado la autoría del decálogo desde hace unos 5 años; y en mis redes he escrito al respecto sosteniendo que el famoso decálogo es falso y forma parte de teorías de la conspiración.
El señor L. Mateo, como carece de pruebas y mostrando su verdadero talante y estatura intelectual, escribió un segundo artículo el 8 de septiembre, en el cual no ofrece pruebas alguna de su denuncia inicial. Dedica toda su columna a denostar en mi contra, usa un articulo mío publicado en mi blog en 2008, como si fuera publicado este año, para insultarme y "demostrar" que hoy pienso diferente al 2012. ¡Señor, pero el artículo es del 2008!
En fin, sé que el señor L. Mateo, como ya ha hecho en otros casos y con otras personas, usará su columna y su participación diaria en un programa radial de la tarde, para continuar con sus diatribas, insultos y mentiras, y se presentará él como la víctima.
Reconozco, como me han dicho algunos amigos, que quizás la mejor opción habría sido no responder desde el inicio. Pero, es difícil quedarse callado cuando se trata de ataques personales y de mentiras como las dichas en ambos artículos. Pido comprensión, pues.
De todas maneras este es el último texto que escribo al respecto, y lo escribí para responder a la pregunta del porqué hablo de Job. Es sencillo, Mateo tiene “un poema” que leí cuando era adolescente. De ese texto solo recuerdo dos cosas, y no tienen que ver con su calidad literaria. La primera que recuerdo es que en dicho texto el poeta escribe: “Yo no soy Job, coño”. Adolescente al fin, me dije guao, decir coño en un poema… La segunda cosa que recuerdo es que el poema se llamaba “Portal de un Mundo”, o así creo que se llamaba.
No viene al caso, pero después leí poesía de verdad y de verdaderos transgresores de la lengua. Mas aquella frase, siendo la primera vez que leí coño en un supuesto poema, se me quedó en la mente como algo premonitorio sobre el talante del señor que no es Job.
"Entonces el Señor le dijo: ¿Te has fijado en mi servidor Job? No hay nadie como él sobre la tierra: es un hombre íntegro y recto, temeroso de Dios y alejado del mal (Libro de Job 1:8).
"Entonces el Señor le dijo: ¿Te has fijado en mi servidor Job? No hay nadie como él sobre la tierra: es un hombre íntegro y recto, temeroso de Dios y alejado del mal (Libro de Job 1:8).
Ramón Tejada Holguín
9 de septiembre 2016