Foto robada a Banksy |
¿Por qué en el país no hay un movimiento de indignación de magnitud similar al del norte de África y del mundo desarrollado? Hay motivos para la indignación y sin embargo el movimiento es lento y reducido.
En el norte de África y zonas aledañas se combinaron las reivindicaciones de una juventud que percibía el futuro bloqueado, una fuerte opresión política y metas inconclusas de los procesos democratizadores de esa zona. En algunos casos la influencia religiosa es evidente y existe la posibilidad de que en esos casos el movimiento sea aprovechado por grupos fundamentalistas musulmanes. Como ocurrió con la gran revolución iraní de 1979 contra el Sha Reza Pahlevi, que se inició como revolución democrático-burguesa y terminó como pesadilla autoritaria chiita.
En los países del llamado primer mundo, los de los "pos" (posmodernos, posindustrializado, ¿poshumanidad?) la juventud indignada pertenece a la clase media que se había acostumbrado a que las nuevas generaciones superaran en lo social y económico a sus padres y madres. La movilidad social ascendente o el no descender en la escala era la norma. La crisis capitalista mundial ha tirado al tacho de la basura ese futuro y hoy las expectativas son las contrarias, la actual generación de la clase media tiene mayor probabilidad de ser más pobre que la anterior.
Como se ve en el mundo "pos" la rebelión estalla frente a un nuevo estado de cosas negativo, y a la falta de respuestas del liderazgo político, social y económico, que se encuentra controlado por el gran capital financiero mundial. No en balde la indignación estadounidense se expresa como ocupación al símbolo de ese gran capital: Wall Street.
¿En Dominicana? El partidismo político, vía el Estado como gran empleador, vía el clientelismo, y la creación de expectativas frente al próximo proceso electoral, conserva el control de gran parte de los sectores medios y pobres de la población. Basta notar que en las presidenciales vota más del 70% del padrón, y en las congresuales más del 50%. Porcentajes muy altos cuando se les compara con los de países que poseen indignados e indignadas
Las clases medias de los países más ricos, bloqueado su futuro, tienen mayor probabilidad de sostener largos plantones. Aquí, sostener las protestas tiene altos costos para la juventud en términos económicos y sociales. Además, la búsqueda de soluciones individuales ha sido la norma de la clase media. Si no hay energía, se compran un inversor. Si hay problema de seguridad, se mudan a un residencial o edificio con vigilancia privada. Mala educación se resuelve estudiando en costosos colegios privados.
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¿Movilización de los pobres? La situación de pobreza es estructural y afecta en términos reales a más de la mitad de las familias. No hay liderazgo fuerte que las motive, y su tiempo lo invierten en "buscársela" en las precarias situaciones de vida dominicanas, a las cuales se han acostumbrado. O esperan que un nuevo gobierno les ayude. O a sacarse la loto.
En cierto sentido, en República Dominicana no hay un "nuevo estado de cosas negativo" como las que han motivado la rebelión en el mundo pos, sino que persisten las deficiencias estructurales. Claro que esas deficiencias estructurales son motivos objetivos para la indignación. Pero, en lo subjetivo, es decir en el plano de la existencia de una propensión hacia la acción colectiva de impugnación del gran capital financiero, también persisten las condiciones estructurales tradicionales, es decir la ausencia de un movimiento popular fuerte, con un liderazgo inspirador e innovador.
Como he escrito en otras ocasiones, el gran déficit del sistema político dominicano es la ausencia de un liderazgo popular que represente y defienda a los grupos más pobres y vulnerables.
Ramón Tejada Holguín
Perspectiva Ciudadana
Una versión resumida se publica en
El Caribe.
18 octubre 2011