La especie ciudadanía es víctima de diversas aves de rapiña, entre las que se encuentra el "chofer padre de familia", género compuesto por Conatra, Fenatrano y otras subespecies terminadas en ano que andan como chivos sin ley atropellando a diestra y siniestra. Pido perdón a las cabras por la comparación.
La especie Amet tiende a no cumplir sus funciones reguladoras, pero cuando intenta cumplirlas, cierto género de comunicadores y politicastros la crítica. Así ocurrió cuando Amet intentó poner coto al comportamiento suicida y nocivo de la sub-especie motoconchista.
Es inevitable preguntarse: ¿abomina la heterogénea fauna dominicana de las normas? Ciudadanos y ciudadanas deben ser conscientes de la necesidad de la regulación para que la comunidad funcione correctamente y evitemos caer en una selva en la cual la ley del sálvese quien pueda rija y nos destruya.
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La relación entre las diversas especies que vemos en el tránsito, se repite en todos los ámbitos de la vida política, social y económica.
La especie ciudadanía de ambos sexos se ve sometida a diversos depredadores, ya sea haciendo una fila en el cine, intentando obtener algún servicio de una clara y jodida telefónica, o comiéndose un cable sin ver televisión.
En general nuestra especie tiende a ser paciente. Usa las herramientas del dialogo racional y la reflexión democrática para que las personas comprendan sus funciones y las desempeñen bien. Grita a voz en cuello que todos tenemos derechos y deberes. Sostiene que, aunque usted no lo crea, si se respetan las reglas del juego todos y todas saldríamos beneficiados.
En muchas ocasiones la especie ciudadanía no logra hacer que las demás especies entiendan su punto. Hay quienes llegan a creer que ciudadanía es sinónimo de cobardía. Pero no, cuando las herramientas de la razón y la democracia no surten los efectos deseados, la ciudadanía hace uso del boche infinito, dice cuatro coños que hacen temblar los cimientos de la nación y exige sus derechos con furor.
En nuestro país hemos llegado a un lamentable punto en el cual de manera cotidiana se hace necesario usar este recurso extremo. Es así como emergen el "tíguere complicao" y "la tipa complicá" como sinónimos de la especie ciudadanía. Uno oye cuando dicen "atiende a ese, que es un tíguere complicao". Así nos llaman quienes han hecho de la indolencia y la apatía su modus vivendis.
Ramón Tejada Holguín
El Caribe
Pespectiva Ciudadana
8 de febrero del 2010
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