Te entiendo, sé que en ocasiones te asalta el complejo del esfuerzo desperdiciado.
Sientes que hablas, escribes y participas y las cosas siguen inamovibles. Pero, no.
Mira bien en derredor y no lo compares con el ayer, piensa en 10 o 20 años atrás. No te pido que recuerdes, te digo que indagues el pasado.
Trata de conocer un poco mejor la historia y mírala como el río aquel del que habló Heráclito.
Los cambios no se presentan de repente y fruto del inmediatismo, o del "lo quiero todo y lo quiero ahora" de los jipis.
Es labor de años, de muchas personas que han escrito, hablado y participado buscando posicionar una visión, unas ideas, unas acciones, las que de alguna manera quedan en el imaginario ciudadano, en la mente del colectivo y van enraizándose poco a poco.
Personas que al principio se observaron como extrañas, excéntricas, que hablaban como locos. Luego se suman unos y unas.
Puede haber reveses. El mundo va en zigzag. Es la práctica humana colectiva que da sentido, el hacia donde, la que construye lo actual. Sí, el hoy es fruto de la práctica pretérita de la humanidad.
Pero, si hay perseverancia reverbera en la juventud la visión del cambio y a veces con nuevos bríos y mejores.
A veces y de repente en un ámbito inesperado un destello abre las compuertas por las que se cuela una mayor democracia.
Pero, el "de repente" no es tal, es fruto de la sedimentación de las prácticas de quienes nos precedieron.
El destello se mueve a otros ámbitos y se acentúa la lucha contra la desigualdad.
Se agranda y aparentemente y supuestamente de súbito hay una ciudadanía activa provocando grandes cambios.
Sí, los resultados de nuestras luchas necesariamente no se verán en lo inmediato, como no los vieron quienes nos precedieron.
Pero, si insistimos, un buen día seremos mayoría y muchos dirán que fue espontáneo. Pero, no.
Y nuestras aspiraciones actuales serán los hechos de la futura actualidad.
Los cambios son fruto de un sabroso proceso de maduración y consistente.
Pero, también de una correlación de fuerzas. Y de humanos perseverantes.
Se empuja para todos lados, y si quienes empujamos para el lado de la tolerancia y democracia desfallecemos, los del lado contrario ganan terreno.
No se lucha por la vida buena para todos y todas desde un solo espacio y lugar. Somos muchos y en disímiles lugares.
No te desanimes, que la energía que hoy invertimos en esto de lograr un mundo mejor, mañana germinará en muchos más.
Ramón Tejada Holguín
10 abril 2014
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