Juventud y Política


La juventud es una etapa de la vida y un grupo social cuyas demandas especificas varían en función del grupo socioeconómico de pertenencia. Los y las jóvenes más activos pertenecen a las clases medias, hay quienes provienen de hogares en que el padre, la madre o ambos tienen una historia de participación. Es así porque son los que tienen sus necesidades básicas satisfechas. Porque son los que tuvieron acceso a educación de calidad. Porque son los que tienen más tiempo para dedicar a las actividades sociales y políticas y tienen más acceso a la prensa debido a sus familias de origen.

Esta juventud de clase media tiene un tipo de preocupación distinta de la juventud pobre. Sus demandas son del tipo de los nuevos movimientos sociales, y cercanas a los países de mayor nivel de desarrollo, tales como la ecología, la diversidad cultural y sexual, el acceso al poder. Aspectos que son importantes y que efectivamente deben ser atendidos. Pero, para un sector de la juventud no son prioritarios, porque su prioridad es la satisfacción de sus necesidades perentorias.

La gran mayoría de la juventud dominicana es pobre o se ubica en ese umbral entre pobre y no pobre, y sus demandas se relacionan con la educación media y universitaria de calidad, la entrada al mundo laboral y el acceso a vivienda para iniciar el ciclo de vida como adultos. El movimiento juvenil no se agota en las clases medias, hay muchos jóvenes de ambos sexos en los barrios capaces y haciendo excelente labores, pero carecen de buena prensa y de recursos.

Un sector del segmento de las clases medias se queda solo en la crítica, muchas veces válida, a la sociedad actual, pero carece de un norte, de un proyecto social hacia el cual dirigirse. Pero, la participación de calidad y a favor del cambio requiere de un horizonte, y del diseño de estrategias de intervención que permitan luchar a favor de ese horizonte. Para cambiar la sociedad hay que convencer a la mayoría, no la cambiará una elite vanguardista.

El movimiento juvenil de las clases medias es disperso, y no ha conectado con la juventud más pobre que, como vimos, tiene demandas de tipo económico y social propias de un país de capitalismo tardío en el cual la ciudadanía social y económica no se ha completado.

Es necesario que el movimiento juvenil de las clases medias y altas y con mayor capacidad intelectual se encuentre con los grupos de los más pobres y sus necesidades perentorias. Que esa elite que participa conecte con la mayoría de la juventud y sus demandas. Esto permitiría la construcción de un movimiento juvenil fuerte, que ayude a la construcción de una mejor democracia, que estimule la participación democrática de todos y todas y reduzca la gran dispersión de los grupos juveniles de las clases medias. La calidad de la juventud de hoy construye la calidad de la sociedad del mañana.



Ramón Tejada Holguín
Perspectiva Ciudadana
El Caribe
20 marzo 2012

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