El sistema político dominicano se encuentra en un proceso de mutación del cual puede surgir un engendro, o un patito que eventualmente se transformará en cisne. El actual proceso electoral se realiza en el marco de un insoportable sistema político caudillista y clientelar, que cada vez más se evidencia como agotado. Agotado, porque la crisis fiscal del Estado y el proceso de endeudamiento no pueden ser eternos, y la única forma de detenerlos es haciendo un uso eficiente y honesto de los recursos con los que contamos. Agotado porque el proceso de modernización del Estado, promovido por organismos internacionales y apoyados por organizaciones civiles, reducen la capacidad de uso clientelar de los recursos públicos.
Hay un ambiente propicio para iniciar el proceso de adecentamiento de la política, pero debemos basar nuestras decisiones electorales en aspectos racionales y no en las ocurrencias divertidas y salerosas de candidatos que estimulan el amiguismo y enllavismo con palabras y hechos.
Se está en un momento de transición, o, mejor dicho, de reestructuración del sistema político. Si bien no se puede hablar, todavía, del surgimiento de un nuevo estilo de hacer política ni de una nueva forma de liderazgo, sí de la crisis del tipo de liderazgo caudillista y clientelar, y de su visión de la política. El cambio dependerá de la participación de grupos y personas democráticos que acerquen la agonía del viejo sistema caudillista y clientelar. Estamos ante una muy buena oportunidad de cambio, pero las posibilidades de retroceso son reales.
Lo nuevo no es, clama por ser. Lo nuevo y lo viejo ora se juntan, ora se separan, ora se igualan, ora se diferencian, y no hay garantías de que lo uno o lo otro sea mejor o peor. Caudillismo, autoritarismo y clientelismo se acomodan en el marco del proceso de consolidación de la democracia dominicana.
Lo nuevo y lo viejo están en todas partes, tanto en la sociedad civil como en el sistema político. La sociedad civil no es un ente homogéneo, no se puede hablar de las demandas de la sociedad civil, sino de demandas desde la sociedad civil. Como dijo Juan Bolívar Díaz en uno de los eventos realizados en el marco de aquellos multitudinarios encuentros del Foro Ciudadano de hace 10 años: “la sociedad civil no busca gobernar, sino ser bien gobernada”. Pero, ojo, los diversos sectores de la sociedad civil poseen “issues” diferentes; los intereses de las asociaciones de exportadores no son los mismos que los de los grupos comunitarios, ni que los de los comerciantes.
Si bien cada día crecen los sectores políticos y sociales que piensan que toda la sociedad dominicana necesita un proceso de reingeniería, no debemos olvidar que el cambio ni llega del cielo, ni se produce como el rayo, de un día para otro. Debemos aportar nuestros granitos de arena, porque sólo la participación del mayor número de ciudadanas y ciudadanas permitirá lograr que de las cenizas del agotamiento del sistema clientelar, remonte vuelo la paloma de la democracia.
Ramón Tejada Holguín
Perspectiva Ciudadana
El Caribe
17 de mayo de 2011.
Ilustración robada a Banksy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario