Sentado, tomando el cafecito o leyendo artículos en la web, te pregunto ¿qué puedes hacer para mejorar la nación? Basta de quejas e indiferencia. Eso sí, hagamos un diagnóstico correcto, para saber qué medicina necesita este enfermo país.
Reconozcamos que en los últimos diez años hemos cambiado, en algunas cosas para mejor, en otras para peor.
Lo positivo ha sido la cacareada estabilidad macroeconómica, y la creación de normas, decretos y leyes que mejoran el entorno institucional. Tales como las leyes que crean las Secretarías de Estado (hoy Ministerios) de: 1) Economía, Planificación y Desarrollo, 2) de Hacienda, y 3) Administración pública. Si estas leyes se cumplieran serían como dar el primer paso en la Luna de la institucionalidad y del logro de un mayor nivel de eficacia y eficiencia del Estado . ¿Te animas a pelear porque se respeten? No sigamos diciendo que aquí no se respeta nada, comencemos a pensar cómo hacer que se cumpla la normativa
Otras tres leyes trascendentes son: 1) la de Presupuesto, 2) Compras y Contrataciones de Bienes, Servicios, Obras y Concesiones del Estado Dominicano, y 3) la que establece las funciones del Tribunal Contencioso Tributario y Administrativo. Este tribunal condenó a Diandino Peña cuando Huchi Lora lo sometió por denegación de información. Son tres piezas importantes en la construcción de la transparencia; el nivel de cumplimiento de las dos primeras es insatisfactorio, pero no nulo. La tercera ha dado sus frutos. ¿Te animas a exigir su cumplimiento?
Entre los decretos se puede señalar el que “sube” de rango al antiguo Departamento de Prevención de la Corrupción Administrativa, hoy Dirección de Prevención de la Corrupción Administrativa (DPCA). Y la división de las tareas de promoción de la ética, de las de la persecución. Se ha aumentando significativamente el número de Comités de Ética de las oficinas públicas, y se promueve la creación de las oficinas de acceso a la información en varios ministerios de importancia. Hay pequeños avances en ese sentido. ¿Cómo lograr más?
Los puntos fuertes, pues, remiten a la creación de la normativa institucional. Lo negativo se encuentran en el bajo cumplimiento de esa normativa. Por ejemplo, poco después de que se elevara el rango de la DPCA, se retiraron de la justicia casos tan escandalosos y en proceso como el que se le seguía a Ángel Lockward, por el caso del GLP, tampoco ha aumentado substancialmente el número de casos investigados.
Las leyes que crean los ministerios de Hacienda y la de Economía, Planificación y Desarrollo no son respetadas, debido a diferencias entre sus respectivos ministros. Aunque hay que reconocer que el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo hace intentos de cumplir con su deber. La Ley de Compras y Contrataciones se respeta a medias.
El marco que crea la Ley de Función Pública es un excelente instrumento para lograr la implantación de una auténtica carrera civil y administrativa. Lo cierto es que si este marco institucional se respetase, otra sería la República Dominicana. ¿Qué falta? No es mariscal, quien falta, entre otras muchas cosas, falta que cada vez más personas se integren a la lucha por una nación decente y por el respeto a las normas existentes, ya sea en partidos u organizaciones civiles hay que echar el pleito.
Erika dijo: Muy acertada su opinión, la cual corroboro en su totalidad. En la medida que se le de la importancia a estas leyes, nuestro país se estará encaminando a la verdadera transformación y modernización que necesitamos, pero nos falta voluntad política firme y decidida, solo comprometida con el pueblo dominicano.
ResponderEliminar