La JCE denunció “los peligros que se ciernen sobre la organización de las próximas elecciones presidenciales” debido a la reducción de su presupuesto. La disminución del monto está consignada en la ley de presupuesto y gasto público. El organismo había solicitado $7,800 millones y el Poder Ejecutivo redujo la cifra a 3,547 millones. La rebaja afectará, conforme a lo escrito en un comunicado firmado por, Julio César Castaños Guzmán, Aura Celeste Fernández, Roberto Rosario Márquez, José Angel Aquino, Leyda Piña, Mariano Rodríguez Rijo, César Francisco Feliz, John Guilliani, Edy Olivares:
El voto en el exterior, la propaganda a través de los medios audiovisuales y escritos, la apertura de centros de cedulación, la reparación de los locales de las juntas municipales electorales, la creación de la Unidad de Fiscalización del Uso de Recursos de los Partidos Políticos, la adquisición de Datacard para cedulación, el plan de reparación de oficialías civiles, la instalación de nuevas oficialías, la creación del Cuerpo de Seguridad Electoral.
Las autoridades electorales descartan un nuevo sistema de transmisión de datos, el cambio en la Cédula de Identidad. No podrán realizar el convenio pactado con el PNUD y UNICEF para dotar de actas de nacimientos a escolares ni con SENASA, para dotar de identidad a 100,000 usuarios. Del mismo modo se afecta la expedición de actas de nacimiento y cédula en el exterior.
El contenido del Comunicado produjo declaraciones inmediatas de dirigentes y candidatos de los diferentes partidos políticos. El nuevo embajador de los EUA, también opinó. El presidente de la JCE conversaba sonriente con el Presidente de la República y los agoreros recordaban pasadas reyertas entre el Poder Ejecutivo y la JCE.
Continuaba el lamento por la escasez peligrosa y comenzaba el reparto de las canastas navideñas y se divulgaba el monto de viáticos, dietas, gastos de representación de la JCE, durante el período junio-octubre del 2007 ascendente a 40.3 millones de pesos. La inversión en publicidad, 58.2 millones, en prendas de vestir, 3 millones 307 mil 251 pesos. Y como los funcionarios electorales deben transitar cómodos se dispuso la renovación de la flotilla de vehículos. Los requisitos: año 2008, motor de 6 a 8 cilindros turbo diesel, doble tanque, asiento en piel, bolsas de aire, doble aire acondicionado, nevera, sun roof, automáticas y doble tracción.
Ramón Tejada Holguín, sociólogo, analista político, nada contra corriente y demuestra, lejos de la emoción y aferrado a los números, que las demandas de la JCE están más cerca de la codicia que de la necesidad
Gaceta Judicial: Después del dramático comunicado de la JCE, denunciando los peligros que enfrenta el proceso electoral debido a la reducción de su presupuesto, la opinión pública ha conocido acciones del organismo que contradicen la necesidad de tener más dinero. Usted ha demostrado que el dinero es suficiente. ¿Considera el impasse similar a situaciones que se creían superadas y que, en efecto, afectaban el desarrollo y credibilidad de las elecciones?
RTH. No creo que sea similar a las que se creían superadas. Hay cosas inéditas muy importantes. 1) A la JCE se le ha asignado el mayor nivel de presupuesto de su historia, basta ver el cuadro donde se observa la ejecución presupuestaria de la JCE de los últimos años. 2) La JCE recibe dinero por las acciones del estado civil, y no ha dicho qué hace con él. 3) La JCE tiene autonomía presupuestaria. 4) los miembros de la JCE gastan enormes cantidades de dinero en viáticos, compra de artículos de vestir, adquisición de vehículos de lujo, y ni el poder ejecutivo, ni el legislativo, ni el judicial, le supervisa. 5) Entre las personas que componen la JCE actual hay mucha capacidad y habilidad política, e independencia, no responden a un líder partidario como antaño se respondía a Balaguer o a Hipólito.
La Cámara Administrativa ha sabido neutralizar a instituciones que tradicionalmente eran vistas como críticas del quehacer político clientelar y de esa tendencia a la repartición de beneficios y áreas de poder dentro de las instituciones gubernamentales. Sabe manejar los recursos de la propaganda, y tiene prensa que le defiende. Han tomado medidas correctas, como por ejemplo, la asignación de salarios a los oficiales del estado civil, y establecimiento de precios a las acciones del estado civil.
Una evidencia de que los jueces de la JCE son muy hábiles es que no responden a las pruebas de que a la JCE le han dado más dinero que nunca. No se atreven a decir por qué, todas las JCE anteriores cumplieron con su deber con menos dinero que lo que tienen, e insisten en que se les ha recortado el presupuesto, lo cual es una falacia porque tienen más recursos que nunca, pero sostienen que cierran programas porque el dinero que se les asigna no les da. No se les dio lo que pedían, porque lo que pedía es casi cuatro veces más que lo que han ejecutado antes.
Mira si es distinta la cosa que, a pesar de que la presencia del PLD, el partido en el poder, es mayoritaria en la JCE, (recordemos que el presidente de la Cámara Administrativa es un ex miembro del Comité Central del PLD y llegó a la JCE como representante de ese partido), ha sabido agenciarse el apoyo de los partidos en esta cruzada por conseguir más dinero, usando argumentos catastróficos, pero carentes de validez y legitimidad. Y los partidos de oposición le hacen el juego, unos por desconocimiento y otros porque creen que acusar al gobierno de querer boicotear las elecciones les gana simpatía entre la gente. Pero la única que gana con esto es la JCE.
GJ: Con “la finalidad de lograr mayor eficiencia, funcionalidad y racionalización” fue modificada la Ley 275-97 y la composición de la JCE varió creándose las Cámaras Administrativa y Contenciosa. ¿Fue acertado el cambio o considera que afecta la unidad que debe tener la JCE?
RTH. La intención de dividir la JCE en dos instancias fue correcta, la forma en que se hizo provocó un desastre. Recordemos que la división se hizo en un momento de crisis, cuando el Senado, gobernado por el PRD, nombró una JCE sin tomar en cuenta a los demás partidos. Las organizaciones civiles reclamaron, los partidos también. Había quienes no querían a Morel Cerda, que era el presidente de la JCE. Entonces se decide elevar el número de jueces de 7 a 9, y se nombra a Roberto Rosario, en ese momento miembro del Comité Central del PLD, para que represente al PLD. El presidente del PRD nombra a otra persona relacionada a dicho partido, José Luis Tavares. Entonces la JCE se divide en tres: el Pleno con funciones reglamentarias, la Cámara Contenciosa y la Administrativa.
Fue un sinsentido esa división en tres instancias. Se justificaba una separación real de las dos funciones principales de la JCE , la contenciosa y reglamentaria, que debieron ser funciones de la Cámara Contenciosa. De hecho, las personas que pertenecen a la Cámara Contenciosa son las únicas que se les debe llamar jueces electorales. Esta Cámara no debería tener nada que ver con la administración y organización del proceso electoral. Incluso no debería estar en el mismo edificio, como está ahora. La Cámara Administrativa, por su lado, sería la encargada de administrar y organizar los procesos electorales. El pleno no debería existir.
La división de la JCE en tres partes es ficticia y todos se involucran en todo, lo que reduce la independencia interna del tribunal electoral. El nuevo poder constituido en la JCE , desde la Cámara Administrativa , ha intentado relegar a las demás instancias, y controlan en los hechos la cotidianidad de la JCE , lo que ha creado una tensión mayor.
GJ. Con simpatías conocidas, militancias pasadas y presentes, es innegable que la elección de los miembros de la JCE satisfizo las expectativas ciudadanas, sin embargo, desde aquella renuncia de Aura Celeste Fernández, jueza titular de la Cámara Contenciosa, al incentivo especial que restituía a los jueces el porcentaje descontado, correspondiente al Impuesto sobre la Renta y al Plan de Pensiones y Jubilaciones, la controversia ha estado presente. Algunos imputan a los miembros de la JCE afán protagónico, otros, desconocimiento de sus funciones. ¿Coincide con esa valoración?
RTH. En primer lugar, es bueno aclarar que la elección de la actual JCE fue una buena jugada política del Senado peledeísta. Cambiaron personas, garantizaron una JCE favorable al PLD y constituyeron una estructura de poder que se gestó desde la JCE anterior. No satisfizo totalmente todos los sectores, lo que hicieron fue neutralizar a los actores más importante del sistema electoral, incluyendo a las organizaciones civiles. Algunas organizaciones de la sociedad civil pensaron que la elección de personas ligadas a ellas podría hacer la diferencia, y obviamente no ha sido así.
En segundo lugar, observemos que ese nuevo poder interno tuvo su primer reto enfrentando los intentos de investigar el contrato con la empresa SOMO, el cual fue denunciado por sectores internos de la Junta Central Electoral. Todo el que criticó el contrato fue cancelado o castigado. La investigación del contrato duerme plácidamente en un limbo, de vez en cuando se habla de contratar una firma que lo investigue. La DPCA dice que lo investiga, pero no da resultados. La Cámara de Cuentas no cumple con su función en este caso, y en muchos otros.
Creo que la situación de la JCE se debe a la constitución de ese nuevo poder. No creo que se deba a desconocimiento de sus funciones. Los presidentes de las tres instancias de la JCE, así como la doctora Aura Celeste Fernández, y el licenciado José Ángel Aquino, tienen grandes experiencias en materia electoral, conocen perfectamente bien sus funciones.
Sí, hay algo de protagonismo de la dirigencia de la JCE , pero también se debe colocar como elemento importante la búsqueda de beneficios personales, tanto en términos económicos, como de relaciones de poder, de parte del grupo que dirige la JCE. El ex-presidente de la JCE, Ramón Morel Cerda, dijo que con la división de la JCE en tres instancias, la presidencia del Pleno se convirtió en una presidencia “gomígrafa”, o sea simbólica, y luego renunció. Morel Cerda tiene razón.
La Cámara Administrativa de la JCE es, en los hechos y el papel, quien dirige la JCE , en el día a día, en el manejo del dinero. La mayoría de las luces y sombras, en el manejo administrativo y de los recursos, es responsabilidad de la Cámara Administrativa. Ese es el poder constituido en la JCE. Por eso, no creo que sea casual que los escándalos relacionados con la JCE tienen que ver con las decisiones que se toman en la Cámara Administrativa , decisiones sobre salarios, viáticos, uniformes (la JCE gastó en los primeros 6 meses del año 2007 más de 3 millones de pesos en prendas de vestir, según datos publicados en un periódico nacional).
GJ. ¿Impedirá la JCE la intromisión de “los honorables” en el proceso electoral o permitirá que desconozcan sus atribuciones?
RTH. Es posible que lo evite. En la actual JCE, hay mucha habilidad política y mucho protagonismo, en especial en la Cámara Administrativa, por lo que no creo que deseen que honorables les hagan competencia. No creo que el problema de la JCE esté en su capacidad para organizar el proceso. El problema está en la falta de transparencia y la ausencia de controles de parte de las instituciones que deben supervisar a la JCE , incluyendo a las organizaciones de la sociedad civil, que han sido muy condescendientes con esta JCE. Además, las encuestas sugieren que habrá mucha diferencia entre el primero y el segundo lugar, lo cual reduce el nivel de problemas dentro de la JCE.
GJ. En un país con precaria institucionalidad, la existencia de un Presidente candidato incide en el desempeño de la JCE?
RTH. En teoría la respuesta es sí. Pero, siendo sincero, en los hechos creo que esta JCE, quizás por las contradicciones internas, y las fuertes personalidades de algún miembro y alguna miembra de la Cámara Contenciosa , se ha manejado con un poquito de independencia de la presidencia. Pero me gustaría que fuera aun más independiente. ¿Recuerdas que una vez hizo que Amable pagara un anuncio que colocó en la prensa, porque vendía su figura como candidato y el anuncio era pagado por la Liga Municipal Dominicana? Aunque veo cantidad de anuncios de instituciones públicas promoviendo al presidente, y la JCE no ha tomado una acción similar.
Fragnento del texto
¿TIEMPO DE CAMBIOS O CAMBIO DE ÉPOCA?
de Carmen Imbert Brugal
Publicado en la Revista Gaceta Judicial.
El voto en el exterior, la propaganda a través de los medios audiovisuales y escritos, la apertura de centros de cedulación, la reparación de los locales de las juntas municipales electorales, la creación de la Unidad de Fiscalización del Uso de Recursos de los Partidos Políticos, la adquisición de Datacard para cedulación, el plan de reparación de oficialías civiles, la instalación de nuevas oficialías, la creación del Cuerpo de Seguridad Electoral.
Las autoridades electorales descartan un nuevo sistema de transmisión de datos, el cambio en la Cédula de Identidad. No podrán realizar el convenio pactado con el PNUD y UNICEF para dotar de actas de nacimientos a escolares ni con SENASA, para dotar de identidad a 100,000 usuarios. Del mismo modo se afecta la expedición de actas de nacimiento y cédula en el exterior.
El contenido del Comunicado produjo declaraciones inmediatas de dirigentes y candidatos de los diferentes partidos políticos. El nuevo embajador de los EUA, también opinó. El presidente de la JCE conversaba sonriente con el Presidente de la República y los agoreros recordaban pasadas reyertas entre el Poder Ejecutivo y la JCE.
Continuaba el lamento por la escasez peligrosa y comenzaba el reparto de las canastas navideñas y se divulgaba el monto de viáticos, dietas, gastos de representación de la JCE, durante el período junio-octubre del 2007 ascendente a 40.3 millones de pesos. La inversión en publicidad, 58.2 millones, en prendas de vestir, 3 millones 307 mil 251 pesos. Y como los funcionarios electorales deben transitar cómodos se dispuso la renovación de la flotilla de vehículos. Los requisitos: año 2008, motor de 6 a 8 cilindros turbo diesel, doble tanque, asiento en piel, bolsas de aire, doble aire acondicionado, nevera, sun roof, automáticas y doble tracción.
Ramón Tejada Holguín, sociólogo, analista político, nada contra corriente y demuestra, lejos de la emoción y aferrado a los números, que las demandas de la JCE están más cerca de la codicia que de la necesidad
Gaceta Judicial: Después del dramático comunicado de la JCE, denunciando los peligros que enfrenta el proceso electoral debido a la reducción de su presupuesto, la opinión pública ha conocido acciones del organismo que contradicen la necesidad de tener más dinero. Usted ha demostrado que el dinero es suficiente. ¿Considera el impasse similar a situaciones que se creían superadas y que, en efecto, afectaban el desarrollo y credibilidad de las elecciones?
RTH. No creo que sea similar a las que se creían superadas. Hay cosas inéditas muy importantes. 1) A la JCE se le ha asignado el mayor nivel de presupuesto de su historia, basta ver el cuadro donde se observa la ejecución presupuestaria de la JCE de los últimos años. 2) La JCE recibe dinero por las acciones del estado civil, y no ha dicho qué hace con él. 3) La JCE tiene autonomía presupuestaria. 4) los miembros de la JCE gastan enormes cantidades de dinero en viáticos, compra de artículos de vestir, adquisición de vehículos de lujo, y ni el poder ejecutivo, ni el legislativo, ni el judicial, le supervisa. 5) Entre las personas que componen la JCE actual hay mucha capacidad y habilidad política, e independencia, no responden a un líder partidario como antaño se respondía a Balaguer o a Hipólito.
La Cámara Administrativa ha sabido neutralizar a instituciones que tradicionalmente eran vistas como críticas del quehacer político clientelar y de esa tendencia a la repartición de beneficios y áreas de poder dentro de las instituciones gubernamentales. Sabe manejar los recursos de la propaganda, y tiene prensa que le defiende. Han tomado medidas correctas, como por ejemplo, la asignación de salarios a los oficiales del estado civil, y establecimiento de precios a las acciones del estado civil.
Una evidencia de que los jueces de la JCE son muy hábiles es que no responden a las pruebas de que a la JCE le han dado más dinero que nunca. No se atreven a decir por qué, todas las JCE anteriores cumplieron con su deber con menos dinero que lo que tienen, e insisten en que se les ha recortado el presupuesto, lo cual es una falacia porque tienen más recursos que nunca, pero sostienen que cierran programas porque el dinero que se les asigna no les da. No se les dio lo que pedían, porque lo que pedía es casi cuatro veces más que lo que han ejecutado antes.
Mira si es distinta la cosa que, a pesar de que la presencia del PLD, el partido en el poder, es mayoritaria en la JCE, (recordemos que el presidente de la Cámara Administrativa es un ex miembro del Comité Central del PLD y llegó a la JCE como representante de ese partido), ha sabido agenciarse el apoyo de los partidos en esta cruzada por conseguir más dinero, usando argumentos catastróficos, pero carentes de validez y legitimidad. Y los partidos de oposición le hacen el juego, unos por desconocimiento y otros porque creen que acusar al gobierno de querer boicotear las elecciones les gana simpatía entre la gente. Pero la única que gana con esto es la JCE.
GJ: Con “la finalidad de lograr mayor eficiencia, funcionalidad y racionalización” fue modificada la Ley 275-97 y la composición de la JCE varió creándose las Cámaras Administrativa y Contenciosa. ¿Fue acertado el cambio o considera que afecta la unidad que debe tener la JCE?
RTH. La intención de dividir la JCE en dos instancias fue correcta, la forma en que se hizo provocó un desastre. Recordemos que la división se hizo en un momento de crisis, cuando el Senado, gobernado por el PRD, nombró una JCE sin tomar en cuenta a los demás partidos. Las organizaciones civiles reclamaron, los partidos también. Había quienes no querían a Morel Cerda, que era el presidente de la JCE. Entonces se decide elevar el número de jueces de 7 a 9, y se nombra a Roberto Rosario, en ese momento miembro del Comité Central del PLD, para que represente al PLD. El presidente del PRD nombra a otra persona relacionada a dicho partido, José Luis Tavares. Entonces la JCE se divide en tres: el Pleno con funciones reglamentarias, la Cámara Contenciosa y la Administrativa.
Fue un sinsentido esa división en tres instancias. Se justificaba una separación real de las dos funciones principales de la JCE , la contenciosa y reglamentaria, que debieron ser funciones de la Cámara Contenciosa. De hecho, las personas que pertenecen a la Cámara Contenciosa son las únicas que se les debe llamar jueces electorales. Esta Cámara no debería tener nada que ver con la administración y organización del proceso electoral. Incluso no debería estar en el mismo edificio, como está ahora. La Cámara Administrativa, por su lado, sería la encargada de administrar y organizar los procesos electorales. El pleno no debería existir.
La división de la JCE en tres partes es ficticia y todos se involucran en todo, lo que reduce la independencia interna del tribunal electoral. El nuevo poder constituido en la JCE , desde la Cámara Administrativa , ha intentado relegar a las demás instancias, y controlan en los hechos la cotidianidad de la JCE , lo que ha creado una tensión mayor.
GJ. Con simpatías conocidas, militancias pasadas y presentes, es innegable que la elección de los miembros de la JCE satisfizo las expectativas ciudadanas, sin embargo, desde aquella renuncia de Aura Celeste Fernández, jueza titular de la Cámara Contenciosa, al incentivo especial que restituía a los jueces el porcentaje descontado, correspondiente al Impuesto sobre la Renta y al Plan de Pensiones y Jubilaciones, la controversia ha estado presente. Algunos imputan a los miembros de la JCE afán protagónico, otros, desconocimiento de sus funciones. ¿Coincide con esa valoración?
RTH. En primer lugar, es bueno aclarar que la elección de la actual JCE fue una buena jugada política del Senado peledeísta. Cambiaron personas, garantizaron una JCE favorable al PLD y constituyeron una estructura de poder que se gestó desde la JCE anterior. No satisfizo totalmente todos los sectores, lo que hicieron fue neutralizar a los actores más importante del sistema electoral, incluyendo a las organizaciones civiles. Algunas organizaciones de la sociedad civil pensaron que la elección de personas ligadas a ellas podría hacer la diferencia, y obviamente no ha sido así.
En segundo lugar, observemos que ese nuevo poder interno tuvo su primer reto enfrentando los intentos de investigar el contrato con la empresa SOMO, el cual fue denunciado por sectores internos de la Junta Central Electoral. Todo el que criticó el contrato fue cancelado o castigado. La investigación del contrato duerme plácidamente en un limbo, de vez en cuando se habla de contratar una firma que lo investigue. La DPCA dice que lo investiga, pero no da resultados. La Cámara de Cuentas no cumple con su función en este caso, y en muchos otros.
Creo que la situación de la JCE se debe a la constitución de ese nuevo poder. No creo que se deba a desconocimiento de sus funciones. Los presidentes de las tres instancias de la JCE, así como la doctora Aura Celeste Fernández, y el licenciado José Ángel Aquino, tienen grandes experiencias en materia electoral, conocen perfectamente bien sus funciones.
Sí, hay algo de protagonismo de la dirigencia de la JCE , pero también se debe colocar como elemento importante la búsqueda de beneficios personales, tanto en términos económicos, como de relaciones de poder, de parte del grupo que dirige la JCE. El ex-presidente de la JCE, Ramón Morel Cerda, dijo que con la división de la JCE en tres instancias, la presidencia del Pleno se convirtió en una presidencia “gomígrafa”, o sea simbólica, y luego renunció. Morel Cerda tiene razón.
La Cámara Administrativa de la JCE es, en los hechos y el papel, quien dirige la JCE , en el día a día, en el manejo del dinero. La mayoría de las luces y sombras, en el manejo administrativo y de los recursos, es responsabilidad de la Cámara Administrativa. Ese es el poder constituido en la JCE. Por eso, no creo que sea casual que los escándalos relacionados con la JCE tienen que ver con las decisiones que se toman en la Cámara Administrativa , decisiones sobre salarios, viáticos, uniformes (la JCE gastó en los primeros 6 meses del año 2007 más de 3 millones de pesos en prendas de vestir, según datos publicados en un periódico nacional).
GJ. ¿Impedirá la JCE la intromisión de “los honorables” en el proceso electoral o permitirá que desconozcan sus atribuciones?
RTH. Es posible que lo evite. En la actual JCE, hay mucha habilidad política y mucho protagonismo, en especial en la Cámara Administrativa, por lo que no creo que deseen que honorables les hagan competencia. No creo que el problema de la JCE esté en su capacidad para organizar el proceso. El problema está en la falta de transparencia y la ausencia de controles de parte de las instituciones que deben supervisar a la JCE , incluyendo a las organizaciones de la sociedad civil, que han sido muy condescendientes con esta JCE. Además, las encuestas sugieren que habrá mucha diferencia entre el primero y el segundo lugar, lo cual reduce el nivel de problemas dentro de la JCE.
GJ. En un país con precaria institucionalidad, la existencia de un Presidente candidato incide en el desempeño de la JCE?
RTH. En teoría la respuesta es sí. Pero, siendo sincero, en los hechos creo que esta JCE, quizás por las contradicciones internas, y las fuertes personalidades de algún miembro y alguna miembra de la Cámara Contenciosa , se ha manejado con un poquito de independencia de la presidencia. Pero me gustaría que fuera aun más independiente. ¿Recuerdas que una vez hizo que Amable pagara un anuncio que colocó en la prensa, porque vendía su figura como candidato y el anuncio era pagado por la Liga Municipal Dominicana? Aunque veo cantidad de anuncios de instituciones públicas promoviendo al presidente, y la JCE no ha tomado una acción similar.
Fragnento del texto
¿TIEMPO DE CAMBIOS O CAMBIO DE ÉPOCA?
de Carmen Imbert Brugal
Publicado en la Revista Gaceta Judicial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario