Textos integrados: borrón y cuenta nueva


Todos los sectores involucrados en el tema educativo haríamos muy bien si decimos "borrón y cuenta nueva" y reiniciamos el debate, tanto sobre los textos integrados de la educación básica, como sobre la forma en que se impartirá la docencia. Es decir, sobre eso que los y las expertos llaman modelo pedagógico. Porque nadie puede negar que los textos integrados implican un cambio sustancial y profundo del modelo pedagógico seguido hasta ahora.

El debate se ha ido por la tangente y no ha visto todas las aristas del tema en cuestión. Se va por un derrotero que no conviene a nadie: desde el Ministerio de Educación de la República Dominicana (Minerd) se descalifica a intelectuales y especialistas de diversas áreas del saber que sí tienen mucho que aportar, porque la calidad de la educación nos concierne a todos y todas. En la otra esquina algunos sectores se cierran al diálogo, acusan al Minerd de autoritario, y no observan los elementos positivos de los textos y el nuevo modelo.

Hay que iniciar un proceso de consulta para lo cual el Minerd debe regresar a los textos anteriores. La conversación debe girar sobre: 1) los textos integrados y su contenido, 2) la capacidad del profesorado para manejarlos, y 3) las virtudes y defectos del modelo pedagógico que los textos implican. Luego se debe diseñar un calendario escalonado para que las escuelas vayan implantando los textos y el nuevo modelo. De ninguna manera es posible administrar el cambio con tanto apresuramiento y sin que profesores y directores del sector público y del privado dominen los textos integrados y el nuevo modelo pedagógico.

El Minerd mismo ha reconocido lo apresurado del cambio: en una exposición entre expertos y asesoras de ese ministerio, Liliana Montenegro, luego de defender los textos y de descalificar a quienes los critican, sostuvo que "el problema está en que el proceso inició sin la guía metodológica que lo apoye, por lo tanto, un docente no sabe qué hacer con ese texto, lo que ha hecho ruido y puede opacar la columna vertebral de la propuesta". Solo lo dicho por la experta bastaría para dar un paso atrás. ¿Cómo podrían enseñar los profesores a sus alumnos y alumnas usando recursos didácticos que no conocen, que no manejan y sobre los que no tienen ninguna guía? Las cosas se agravan cuando leemos un espacio pagado, publicado por el Minerd el primero de diciembre, en el cual se revela que el proceso de formación de directores y profesores para el manejo de los textos se hizo en agosto de 2010, y las clases iniciaron el 17 de agosto.

Como si todo esto fuera poco, cabe notar que los textos integrados significan un cambio en la forma de conducirse el profesor y la profesora en el aula, constituye en términos reales y efectivos un cambio en la filosofía educativa, en la forma de enseñanza, en los contenidos, en la manera de lograr que las futuras generaciones reciban la educación que les permita integrarse a la sociedad, mejorar su relación con el mundo, y vivir dignamente.

Ramón Tejada Holguín
El Caribe
Perspectiva Ciudadana
7 de diciembre 2010

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