La otra cara de la reelección

Texto publicado el 9 de noviembre del 2010. Hago constar que la reelección de Leonel Fernández solo es posible modificando la Constitución, y que tomando en cuenta la coyuntura política de ese momento y el nivel de rechazo que tenía Fernández el proyecto reeleccionista solo podía ser impuesto a fuerza de papeleta y desinstitucionalización. Pero, además, que estaba destinado al fracaso, porque aún intentara la respostulación le sería muy difícil a Fernández ganar las elecciones presidenciales.

El debate sobre la reelección se ha centrado en dos preguntas. La primera es: ¿La Constitución permite la respostulación del Presidente? y la segunda es: ¿está el Presidente interesado?

Sobre la primera hasta Vincho Castillo, un cercano colaborador del presidente Fernández ha sido claro: la repostulación del actual presidente de la República y del PLD sólo es posible modificando la Constitución.

Castillo propone agregar al artículo 124 (que establece la no reelección consecutiva)* un párrafo que permita la realización de un referéndum, para que los y las votantes digan si desean o no la repostulación excepcional del Presidente. Es decir, cualquier intento de ir por la reelección, sin modificar la Constitución, sería un "golpe de estado institucional".

Responder la segunda pregunta, ¿está el Presidente interesado?, es un ejercicio de psicología política, a mi entender, estéril.

La pregunta relevante es: ¿qué posibilidades tiene un proyecto continuista en la actualidad? Independientemente de la voluntad de las personas, las condiciones políticas, sociales y económicas tienen la última palabra en esta cuestión.

Y todas les son adversas al intento reeleccionista. Alguien podría recordar que Hipólito Mejía se embarcó en un loco proyecto continuista, a pesar de que no había condiciones favorables para el triunfo. Precisamente, aprendiendo del caso Mejía, Fernández, quiera o no repostularse, prestará más atención a la correlación de fuerzas existentes, antes que al deseo o a corifeos que insisten en que vaya por una reelección más; lo mismo harán las fuerzas sociales y económicas que le han apoyado. Y la correlación de fuerzas existente no le favorece.

La única manera legítima de repostularse es modificando la Constitución, pero el proceso sería traumático y el nivel de liderazgo que ha logrado el Presidente podría verse dañado. El costo económico de un referéndum es demasiado alto como para que el Estado lo financie. Además, Fernández no cuenta con la cantidad de legisladores incondicionales necesarios para la modificación (el PRD no apoyará un cambio constitucional, y en el PLD hay fuerzas importantes que saben que abrir las puertas a una repostulación va contra su futuro político).

¿Compra de legisladores?, en los momentos actuales el precio sería muy alto, y se corre el riesgo de que ocurra lo que a Hipólito: que el cambio constitucional sea la principal fuente del desgate del liderazgo presidencial. ¿Cómo modificar una Constitución que tiene menos de un año de promulgada y que el propio Presidente dijo que era la más moderna y la posible en la actual República Dominicana? La imagen internacional del Presidente, la cual ha sido construida con esmero y cuidado, se deterioraría. La opción de ir por un cuarto periodo sin cambio constitucional es impensable para un presidente que ha construido su liderazgo en base al respeto de las formalidades democráticas.

A lo interno del PLD, la respostulación sería vista como un mensaje de que ninguno de los coetáneos de Fernández podrá aspirar, ¿se quedarán estos de brazos cruzados viendo sus proyectos desvanecerse en el aire? Finalmente, los problemas económicos y sociales del país, no favorecen la repostulación, sino todo lo contrario.

Ramón Tejada Holguín
El Caribe
Perspectiva Ciudadana
9 de noviembre 2010


* Algunas personas han querido interpretar a Castillo, quien es furibundo reeleccionista pro Leonel, como lo fue reeleccionista pro Trujillo y Balaguer, e intentan decir que sostuvo que no es necesaria la Reforma Constitucional. EL texto de Vincho, sin embargo es clarisimo. Según el Diario Libre, sostiene Castillo que la reelección debe hacerse en función de tres acciones constitucionales: "la primera, el Referendo Consultivo, para saber si cabe o no la modificación; segunda, aprobación o desaprobación de la reforma a cargo de la Asamblea Nacional; y una tercera que sería el Referendo Aprobatorio, a fin de que el pueblo se pronuncie en relación a la decisión. Sostuvo que el proyecto de ley necesario para el Referendo, no debería ser iniciado, en ningún caso, por el Poder Ejecutivo, ni por obra espontánea y grupal de legisladores, refirió en una exposición escrita suministrada a DL". Ver la noticia completa en:


Las Fuerzas de la Negatividad y el Pesimismo se refutan con nuevas experiencias


Agrego este texto (Abril 2015) sobre Novela El Castillo de Franz Kafka, por entenderlo de interés de los lectores de este artículo.

Veo tanta gente que actúa como si el país fuera el mismo de hace 20 años. Son muchas las personas que creen que nada ha cambiado, como si la historia fuera una sucesión de hechos que se repiten. Cual si el eterno retorno de lo mismo fuera el sino de quienes vivimos en esta nación . Pero, no, no es así, la nación ha cambiado y mucho. Pero, no, no estamos condenados y condenadas a repetir lo peor de nuestra historia, ni a repetir como buenas y válidas crueles praxis trujillistas.
Podemos ser dueños y dueñas de nuestras propias vidas, protagonistas del relato social y político dominicano. No hemos sido condenados a padecer hasta el infinito la estulticia de una parte del liderazgo político, ni de Fuerzas Negativas Partidarias y revejías que creen poder pisotear leyes e instituciones en nombre de valores que no practican y quedar incólumes. No estamos obligados y obligadas a soportar el desencanto que en apariencia ha arrasado el ánimo de una proporción de las elites sociales. No es necesario festejar el descreimiento que parece dividir a una proporción de los medios de comunicación y sus principales representes.

Hay esperanzas de construir una mejor República Dominicana. Podemos tener una democracia de calidad. Pero, no será posible con unos cuantos. Actuamos como colectivo, o seguiremos siendo las víctimas pasivas de sabichosas Fuerzas Negativas Partidarias que solo buscan el beneficio personal sin importar si llevan la sociedad al borde del abismo y el caos.
Pensando en estas cosas, recuerdo a Kafka y su novela El Castillo. Para el común de las personas los Señores del Castillo son omniscientes y ubicuos, no se equivocan en lo más mínimo, por lo cual sostienen que: "La autoridad tiene por principio de trabajo que no se cuente con la posibilidad de una falla” (Kafka, Franz: “El Castillo”, Alianza Emecé, 1982, pág. 76).
K. , protagonista, ha sentido el poder de esa pesada autoridad en su propia alcoba; pero aún así cuestiona ese poder y trata de desentrañar la razón de su imperio sobre Dominicana, perdón sobre la aldea de la novela. La gente lo acusa de ignorante: “Sólo por esta razón le diré que es tremendamente ignorante respecto a las condiciones del lugar; le estalla a uno la cabeza al escucharle y al comparar, mentalmente, lo que usted dice y piensa, con la situación real” (pág. 66).

La gente se aferra a lo que conoce, se ata a una forma de ver el mundo que ha sido la misma desde tiempos inmemoriales. Esa manera de ver la realidad es de donde emana el poder de los Señores del Castillo. K. sostiene que el poderío del Castillo es "pura leyenda", sólo el temor y la aceptación de la opresiva realidad que vive la aldea dan vida y sentido al poder del Castillo. “No es una leyenda”, le dicen, “es, por el contrario, producto de la experiencia general”. A lo que K. riposta: “De manera que puede refutarse mediante nuevas experiencias,” (pág. 100). Y ese es el tema: no temer al cambio, refutemos lo actual con nuevas experiencias.
Vamos, vengan, refutemos con nuevas experiencias este poder maligno basado en el miedo. No podrán con lo nuevo y menos si cada vez somos más.

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