Objetivos de Desarrollo del Milenio: Entre la política social y la económica

Será difícil cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y una parte del liderazgo político juega ping pong con la culpa.

Hipólito (2000 al 2004) y Leonel (2004 a la fecha) han gobernado el país desde que se firmó aquella "Declaración del milenio" con la cual el Estado dominicano –y no un partido en específico– se comprometió a cumplir los ODM.

Ambos tienen "culpas", sus partidos deberían empeñarse en demostrar que están dispuestos a no repetir los errores cometidos y a definir de manera realista cuál será el programa que aplicarán a partir de ahora. Jugar al ping pong con la culpa evidencia que la preocupación principal es escurrirle el bulto al problema.

Desde otros litorales se habla de los ODM y su relación con los rezagos en política social, pero no se menciona la política económica. Para algunos estudiosos la mejor política social es una buena política económica. Sostienen que la "buena" política económica traerá bienestar porque la creación de riqueza a todos beneficia.

No es verdad. El modelo de crecimiento económico dominicano provoca la desigualdad e inequidad. Por lo tanto hablar de ODM es hablar de la política social y la económica.

Para cumplir con los ODM hay que dejar de ver la política económica como algo diferente a la social. Como si lo social fuera residual o una especie de "curita" que se coloca en el cuerpo social para aliviar los efectos –inevitablemente negativos– de la política económica.

Como dice la mayoría de los economistas de ambos partidos una buena política económica debería traducirse en el mantenimiento de la estabilidad macroeconómica, la consolidación del crecimiento económico y la superación del atraso competitivo en un mundo de mercados abiertos.

Pero unos olvidan que la política económica, además, debe propiciar la generación de empleos de calidad y estar acompañada de una política fiscal y monetaria que ayude a reducir los niveles de desigualdad e inequidad existentes en la actualidad. Ninguno debe perder de vista que una cifra que se modifica tiene consecuencias importantes para los seres humanos.

Hay que humanizar la economía. Quienes diseñan las políticas deben entender que detrás de las cifras hay seres de carne y hueso que sienten y padecen.

Si bien durante el gobierno del PRD se tocó fondo debido a errores en las políticas económicas, y el PLD puede vanagloriarse de haber mantenido la estabilidad macroeconómica, en ambos gobiernos se ha carecido de la necesaria articulación entre lo social y económico.

Para cumplir los ODM se necesita que la política económica y la social sean definidas partiendo de una misma visión, que sean vistas como hermanas siamesas inseparables, unidas por un mismo corazón y cerebro. Es necesario que los equipos económicos y los sociales trabajen de manera mancomunada, sin celos ni competencias, y bien articulados.

Ramón Tejada Holguín
El Caribe
28 de Septiembre 2010

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