La aceleración y crecimiento de la desigualdad en la República Dominicana: qué se ha hecho y qué se puede hacer para reducirla

Respuestas a las preguntas del Ranier Maldonado, de la sección Economía y Negocios del periódico Listín Diario.

Ranier Maldonado: Concepto de la brecha económica.

Ramón Tejada Holguín: La “brecha económica” se refiere a la distancia que existe entre los muy ricos y los pobres. Mientras más grande es la brecha económica mayor es el nivel de desigualdad América Latina es una de las regiones más desiguales del planeta. Según datos de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), el 10% de las personas más ricas recibe alrededor del 40 de los ingresos totales generados por la región, mientras que el 20% más pobre recibe entre 2 y 4%.

Esto datos demuestran que hay un sector pequeño de la población con gran capacidad de consumo de bienes y servicios, y un sector muy grande que sufre niveles de desnutrición, no tiene acceso a los servicios básicos, ni siquiera a educación y salud de calidad.

Ranier: ¿Cuál es su visión del estado de la brecha económica en el país?

Ramón: Somos uno de los países más desiguales de América Latina. En el informe de desarrollo humano del 2005, la República Dominicana se ubicó entre los primeros 13 países (de un grupo de 177) que menos han aprovechado el ingreso por habitante para mejorar el nivel de desarrollo humano.

Eso significa que si bien el Producto Interno Bruto (PIB) ha ido creciendo en los últimos años, esto no se ha traducido en beneficio para la mayoría de las personas del país, sino que los muy ricos han salido beneficiados. Y el beneficio para los más pobres ha sido muy poco o casi nulo.

Según la CEPAL en su informe del 2006, en el país el 10% más rico recibía alrededor de la mitad de los ingresos, mientras que el 40% más pobres recibía apenas el 10.4%. Esto significa que nuestro país tiene un modelo económico que estimula la desigualdad. No se trata de una situación coyuntural. El combate a la desigualdad y la reducción de la pobreza han sido relegados a la última fila en las prioridades de los sucesivos gobiernos y partidos.

Según las últimos cálculos realizados por la Secretaría de Economía Planificación y Desarrollo (SEPYD), usando las encuestas del Banco Central (BC) se ha evidenciando una muy leve reducción de la desigualdad entre el 2006 y el 2007. Lo cual se asocia a la puesta en ejecución de Ley de Seguridad Social y a los programas de transferencia monetarias como Solidaridad. Pero, los datos para el 2008 parecen que están revirtiendo esa tendencia, lo que significa que la misma no es sostenible en el tiempo. Además, los programas asistenciales a menos que no creen la capacidades para que los pobres se valgan por sí mismos, terminan creando pobres profesionales y siendo mínimo su impacto en la reducción de la desigualdad.

Imagínate lo que pasaría si se cumpliera cabalmente con la Ley de la Seguridad Social, si con todas las limitaciones que ha tenido la puesta en marcha del sistema, con las cortapisas que le han puesto y aun así ha logrado un mínimo nivel de reducción.

Ranier: ¿Cuáles factores sociales han influido en esta, quizá desde un punto de vista histórico?

Ramón: Los factores son diversos, y van desde el poco énfasis en políticas sociales universales (o sea la inversión en salud y educación de calidad para todas las personas), el poco énfasis en la creación de empleo y su protección, por el lado del gasto que hace el gobierno. Por el lado de los ingresos tenemos la existencia de impuestos indirectos generalizados que afectan a los “artículos de primera necesidad”, además la base de los impuestos del país descansa en el impuesto sobre la renta que pagan principalmente los asalariados, hay pocos impuestos a los altos niveles de ganancias, y existen niveles importantes de evasión.

Es decir, el presupuesto nacional no ha sido usado como una herramienta de desarrollo, que estimule el acceso a la salud, la educación y la vivienda de los más pobres, de manera que estos sean capaces de participar en el mercado de trabajo, de producir riquezas y obtener ingresos propios.

Una mención especial ha de tener el llamado Consenso de Washington. Sí, desde finales de los ochentas creció la visión de que si se desarrollaba el sector privado, se desregulaba la economía y se dejaba el desarrollo a las fuerzas del mercado, las riquezas gotearían, o caerían como cataratas hacia los pobres. La actual crisis mundial y el crecimiento de los niveles de desigualdad han evidenciado que no es así, ya que la escasa intervención estatal para reducir las inequidades provocadas por el mercado han provocado mayores niveles de desigualdad. Si bien el tema de la desigualdad viene de lejos, no cabe duda que las políticas del consenso de Washington lograron profundizarla.

Ranier: ¿Qué porcentaje del país se encuentra sumido en la pobreza? ¿Crece esta?

Ramón: Aquí los pobres se cuentan mal. Porque a veces se define la pobreza como el que carece de recursos económico, solamente. Pero, además se cambian las formas de medición y cambiando las formas de medición se nos dice que se reduce la pobreza.

De todas maneras las cifras oficiales sugieren que la pobreza tuvo un pico de crecimiento significativo durante la crisis bancaria del 2002-2003, para comenzar a reducirse a partir del 2004. En la actualidad el número de pobre se calcula en 3 millones 219 mil 194 personas, es decir un 35% de la población dominicana. De estos un millón 64 mil 12 personas son pobres extremos, es decir indigentes, personas que no tienen para comer diariamente, y 2 millones 155 mil 183 personas son pobres.

Estos datos son según las cifras oficiales, provienen de la SEPYD usando las encuestas del BC. Pero hay una proporción de personas no contabilizada que si bien no es pobre según ingreso y necesidades insatisfechas, se encuentra en el borde, o sea es casi pobre. Estamos hablando que posiblemente casi el 50% de la población dominicana o es pobre o se encuentra en ese borde que lo hace vulnerable y proclive de caer en la pobreza.

Ranier: En este marco. ¿En qué pie estamos parados y qué futuro nos espera?

Ramón: Tomando en cuenta que no se han “blindado a los pobres y a los que son vulnerables a la pobreza” contra los efectos de la crisis económica podemos decir que existe la probabilidad de que este año crezca la pobreza en el país. Sobre todo porque los programas sociales dirigidos a los pobres no están logrando crear la capacidades para que estos se valgan por sí mismos, sino que dependen de los ingresos del gobierno, y como sabemos el gobierno ha reducido sus ingresos en este año.

No estamos bien parados, y se demanda más acción y consciencia del problema de parte de las élites políticas y económicas del país. En cuanto al futuro, y sin querer ser alarmista te digo que o redefinimos el modelo de desarrollo, colocando el énfasis en estimular la capacidad de las personas para trabajar, insertarse en el mercado de trabajo, y ser un ente productivo a la sociedad, o no sólo nos veremos afectados por la crisis económica, sino que la crisis podría provocar un quiebre en lo social, un sentido de frustración en las personas más pobres y de los sectores medios, creando descontento y estallidos sociales que afectan más la productividad del país.

Ranier: ¿Cómo logramos mejorar? ¿Con cuáles medios contamos?

Ramón: La nación necesita una reorientación de los gastos, y una reorientación de la estructura impositiva. Aquí para muchos es una mala palabra hablar de reforma fiscal, pero es necesaria. No hablamos de una reforma mediatizada, sino una reforma real que no siga penalizando a los sectores medios y siendo una base para el crecimiento de la desigualdad. Se necesita mayor participación y comprensión del empresariado en este aspecto.

Al mismo tiempo el gobierno debe reorientar sus prioridades, invertir mejor el dinero en los ingresos, fortalecer los programas anticorrupción, hacer rendición de cuenta, ser más transparente y castigar el dispendio, además se debe elaborar y respetar un autentico plan de austeridad.

El país tiene recursos para poder hacer frente a la adversidad que representa la crisis mundial, si todos los sectores son capaces de cumplir con su deber. Y el principal recursos somos los dominicanos y las dominicanas, nuestras capacidades, nuestras responsabilidades, nuestra honestidad, nuestro esfuerzo. Lo malo es que unos pocos quieren aprovecharse de esas capacidades colectivas, y es ahí donde el estado debería jugar un papel de primer orden.


19 de Marzo 2009

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