Nombre merecido


Si la grande bellezza es arte, será mar en techo y ragazza en playa esperando un abrazo que ya pasó.

Será muchas muertes: la fastuosa del hijo de la puerilidad oligárquica y la intuida que deja a Jep guardando su luto de jolgorio y cinismo.

Será El aparato humano llevando el placer hasta el círculo definitivo del ocio infinito.

Si La grande bellezza es arte, será una ciudad en la que sus verdaderos y más honestos residentes son los turistas.

Será el Aleph de las fiestas que son partes de una única fiesta que a nadie satisface y a la cual todos mueren por ir.

Será turista que muere, cámara en ristre, apropiándose de la ciudad-coliseo en la que cristianos y leones son indistinguibles.

Si La grande bellezza es arte, será un cardenal de la Curia Romana que va por la vida declamando sus exquisitas recetas.

Será monja centenaria que sube de rodillas una gran escalera que vaya usted a saber adónde llevará: ¿al dios cristiano o a la belleza?

Será una novia de juventud que nunca dejó de amarnos en secreto  y jamás supo que nos hizo morir el amor.

Si La grande bellezza es arte, no podrá serlo esa cosa llamada arte conceptual que tiene más de estafa que de hermosura.

Será Ramona a sus 45 años bailando en el antro de su padre, quien solo desea saber en qué gasta Ramona su fortuna.

Será bocatto di cardinale, de ese que confiesa y ofrece la dispensa mientras cierra la cortina de la ventanilla de su limosina.

Si La grande bellezza es arte, será una mujer que corre desnuda a estrellarse contra un muro de la antigua Roma.

Será la novelista del partido defendiendo el arte comprometido.

Será una manada de flamencos, hermosura rosada, descansando en el balcón del novelista de una sola novela de juventud.

Ya lo dije, será el fraude del performance, la hermosura perdida, una niña que gana millones bañándose en pintura de colores  diversos.

Será el líder del partido amando a la novelista del partido

La grande bellezza, inutilidad de cierto arte, banalidad de ciertas vidas, superficialidad de ciertas clases.

Será vida que de súbito sabe que no ha vivido, pero ha vivido con necia e insulsa intensidad.
 Será editora enana que se sabe enana y por eso bebe sopa y hace el amor por las noches.

La grande bellezza bebe de La dolce vita, de Visconti y su fastuosa decadencia, y por alguna razón me recuerda a Blow up de Antonioni.

Sí, La grande bellezza es una película de la cual es muy difícil hablar, conversar, escribir.

No sé si los “será” serán, pero sé que La grande bellezza es arte auténtico, la mejor película que he visto en mucho tiempo.
 
La grande bellezza: nombre merecido.

La grande bellezza.

Dirigida por Paolo Sorrentino.
Escrita por Paolo Sorrentino y
Umberto Contarello.

Ramón Tejada Holguín,
26 de enero de 2014


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