Balance y desafíos de la participación de “la sociedad civil”, o la genealogía de un actor diverso, múltiple, plural

Ramón Tejada Holguín (1)

A modo de introducción: sobre mi arrepentimiento de haber aceptado y mi temor a decir lo que no se quiere escuchar.

Cuando Argentina me pidió que participara en este seminario, haciendo un Balance de la participación de la sociedad civil dominicana e identificando algunos de sus desafíos, le respondí que sí, entusiasmado. Pero, cuando me senté a pensar seriamente el asunto para escribir, y miré la tarea que tenía delante de mí, lo admito, me arrepentí de ese sí.

Tres fueron las fuentes de mi arrepentimiento:

I.1. La primera fuente de arrepentimiento me sobrevino, cuando inicié el intento de balance histórico de la participación de la sociedad civil.

El balance histórico, en este caso como en muchos otros, debe echar mano de la genealogía (2), para rastrear, no el origen, sino esos diversos puntos convergentes, que cada uno de ellos por sí mismo puede ser visto como “el comienzo histórico” de lo que luego llamaríamos sociedad civil dominicana.

¿Genealogía? Historia no lineal, que renuncia encontrar el origen, y apuesta por la observación de las diversas líneas que convergen, se unen, se separan y de nuevo se acercan. Se renuncia, de esta manera a ese protagonismo de tantos y tantas dirigentes y líderes de la sociedad civil dominicana que quieren y desean ser llamados y llamadas padre o madre del movimiento.

Sí, historias paralelas y a veces no tan paralelas, ¿perpendiculares?, que vienen a confluir a finales de los 80 y principios de los 90 para configurar ese ente amorfo y diverso que llamamos hoy sociedad civil dominicana. O que otros llaman. O que la prensa llama…

Ya veremos una línea que conecta a la Asociación Nacional de Hombres de Empresas (CNHE), otra que viene de las bases, de los clubes deportivos y culturales de los 70, que fueron centro de resistencia frente al autoritarismo balaguerista, frente a esa caricatura caribeña del Gran Hermano, una tercera línea gravita sobre los llamados frentes de masas de las izquierdas, una cuarta nos recordará a las organizaciones no gubernamentales o sin fines de lucros amparadas en la ley 520, que con financiamiento de organizaciones de izquierda nórdicas y de los países escandinavos trataron de ayudar a la autorganización y concientización de las personas más pobres y excluidas, y finalmente nos tropezaremos con los movimientos sociales de los 80, o lo nuevos sujetos: feminismo, ecologismo. ¿Se puede en 25 minutos? Haré el intento y espero no alargarme innecesariamente. ¿Me alargaré necesariamente?

2. La segunda fuente de arrepentimiento me llegó cuando intenté armar una definición de participación, de sus modalidades y tipos. Más preguntas asaltan cuando relacionamos participación con la diversidad de organizaciones y grupos que interactúan y se enfrentan en el contexto amplio de la sociedad civil dominicana: ¿Qué es participación y qué es “injerencia” en los asuntos propios de un estado o gobierno? ¿Cuáles son los límites de la participación y cuáles los de la conformación y definición de las políticas públicas del Estado, o incluso de un gobierno en concreto?

(Hablar aquí de la competencia por políticas públicas que favorezcan a uno u otro grupo de la sociedad civil, los impuestos, la seguridad social. ¿El que más participa come más hojaldre?)

Obviamente, no es lo mismo participar desde las esferas de las organizaciones empresariales con sus recursos y claridad de metas, que desde las organizaciones comunitarias sin financiamiento, con escasa relación entre ellas y más dependientes de los vaivenes de las políticas públicas y de la situación económica. Y aunque parezca una obviedad, nuestros líderes sociales no lo ven así.

3. La tercera fuente de arrepentimiento es la unión de las dos anteriores y se resume en una pregunta: ¿Cómo hacer un balance y hablar de los desafíos de un sujeto que es heterogéneo, diversos y cuyos intereses no siempre coinciden, sino que en más de una ocasión se ven enfrentados? O, ¿me equivoco y sí es posible hacer un balance de la participación de las organizaciones de la sociedad civil dominicana como un todo? O, ¿no me equivoco y hay que segmentar la sociedad civil en grupos diversos para hacer el balance de cada uno de ellos y ver los desafíos desde cada uno de ellos?

Pero, ¿se puede ver la sociedad civil como un todo? ¿No es tiempo de diferenciarnos? Y todo eso por medio peso, perdón y todo eso debo hacerlo en 25 minutos, y creo que voy por la mitad… no de la exposición, sino del tiempo.

La genealogía de la sociedad civil dominicana.

Hablemos a modo de telegrama y pensando en la genealogía pendiente.

La emergencia, que no el origen, de la sociedad civil dominicana está por hacerse, viendo todas las fuentes que coinciden en ella y observando el contexto que las lleva a coincidir. ¿Y es bueno que coincidan? (Ah, es que las personas que organizan esta actividad me pidieron que hiciera muchas preguntas provocadoras, que provoquen el pensamiento.)

Como dije antes, lo que hoy conocemos como sociedad civil, viene de tradiciones diversas y en ocasiones enfrentadas. Hagamos el camino al revés, y observemos lo que hoy llaman sociedad civil, y cual Benjamín Button marchemos hacia la infancia de esa sociedad civil que hoy se ve conformada por una diversidad de grupos y sectores.

Las organizaciones que hoy se reclaman y se perciben como de la sociedad civil son: por un lado las organizaciones empresariales CONEP, ANJE, los industriales de Herrera(3); por el otro las organizaciones tipo ONG del sector salud (Profamilia, Colectiva mujer y salud, Insalud), las relacionada con la educación e investigación (Centro Bonó, Poveda), las hibridas como Participación Ciudadana (que se reclama como movimiento cívico y tiene estructura de ONG), las comunitarias (Acopro, Uva), en el sector derecho y justicia Finjus (proto-empresarial) y Cedail (popular). Hay más organizaciones. Pero, la mayoría de las veces estas son las que invitan para que representen a la “sociedad civil” en conclaves, consejos, mecanismos de articulación con el estado y una gama de etcéteras.

Todas confluyeron a mediados y finales de los noventas, momento de esplendor de la sociedad civil dominicana, en el Foro Ciudadano. Podríamos pasar horas hablando de las reuniones de coyunturas del Foro, y de cómo jugó un papel importante durante los últimos dos años del primer gobierno del PLD, y se fue reduciendo durante el gobierno del PRD, y se va del Foro el mundo empresarial cuando se hizo necesario debatir una reforma fiscal, y se va del Foro el mundo sindical cuando fue necesario debatir la reforma del sector salud, en especial el tema de la seguridad social.

Una hipótesis para explicar el tema del foro: la imposibilidad de que estas organizaciones se mantengan juntas tiene que ver con las historias diversas de las organizaciones que la conformaron y los intereses disimiles, y con la ausencia de un sujeto popular constituido.

¿De dónde vinieron todas esas organizaciones que hoy se llaman de la sociedad civil?

Punto de emergencia uno: Empecemos por el sector empresarial, que en nuestro país forma parte integral de la sociedad civil, pero que muchos autores lo ven de otra manera, como ya dijimos. El Consejo Nacional de Hombres de Empresa (CNHE), junto con los empresarios agrupados en la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD) y la mayoría de los grupos empresariales de la época según Moya Pons en el texto “empresarios en conflictos”, fueron de las instituciones que prohijaron grupos derechistas en los 60(4), se opusieron a los procesos de reformas que se venían dando desde los 80 y principios de los 90. Eran grupos esencialmente de presión, enfrentando el tipo de políticas públicas llevada a cabo por el PRD, que se definía como socialdemócrata. Pensemos, ¿por qué sintieron los hombres de empresa más necesidad de enfrentar el populismo perredeísta, que el autoritarismo balaguerista? El CNHE fue lo que se convirtió luego en CONEP, una de las instituciones propiciadora de organismo como la CTI, y que participaron activamente en el Foro y otros mecanismos de articulación de la sociedad civil.

Mientras este sector del empresariado dominicano recibía el PRD reorganizándose, para defender sus legítimos intereses, ante el temor del tipo de política de podría llevar a cabo, los grupos populares, los clubes deportivos y culturales, que constituyen nuestro segundo punto de emergencia de lo que hoy llamamos sociedad civil, recibían jubilosos al PRD. Habían sido forjados en la resistencia frente a Balaguer. Fuente de movilización y preservación de la cultura popular, ni la temible banda colorá, pudo con ellos.

Pero, con la llegada del PRD al poder su beligerancia se redujo. Se habló de cooptación de una parte del liderazgo juvenil, y por el otro lado de cómo centraron su acción en la lucha contra el balaguerismo y una vez este salió del poder se quedaron perplejos y les fue difícil reciclarse. Retomaron los clubes sus funciones deportivas, pero no así los y las jóvenes que en ellos participaban

El tercer punto de emergencia remite a las Organizaciones sin fines de lucro (como se llamaban en aquel entonces, los 70, lo que luego se llamaron ONG). Las había de todo tipo, pero la que contribuyeron a configurar y forjar parte del liderazgo que luego se convertiría en parte substancial de la “sociedad civil” fueron aquellas que laboraron en el tema de la educación popular, inspiradas por Paulo Freire y por la teología de la liberación, con raíces importantes en el movimiento campesino, étnicos y pobladores urbanos.

El advenimiento de la década perdida, esos aciagos años 80, la llegada del pensamiento único y la caída del muro de Berlín impactaron en estas organizaciones. Se movieron sus fuentes de financiamientos escandinavas y de izquierda, y su forma de participar e intervenir en la sociedad, también.

(Explicar el paso de los países nórdicos y las izquierdas al BID, Banco Mundial y la USAID)

El cuarto punto de emergencia nos lleva casi volando hacia las izquierdas, o mejor dichos sectores de las izquierdas, intelectuales de izquierda, grupos comunitarios (CLP y CUP), que también forjaron parte del liderazgo que hoy se encuentra en las organizaciones de la sociedad civil dominicana, y existen organizaciones que todavía sobreviven.

La participación de estos grupos

Cada uno de estos grupos venía con visiones distintas sobre la sociedad dominicana, la sociedad política y las formas de participación.

Para unos participar significaba acción política antiestado capitalista y tenía como norte la lucha revolucionaria. Sus herramientas: El paro, la huelga, la manifestación, construir la hegemonía popular, como diría algún gransciano de la época.

Aporta esta izquierda que intenta reinventarse en sociedad civil, el contacto con las masas, el discurso aglutinador, la capacidad de movilización de algunos sectores.

Para otros, ligados al mundo empresarial, defender el tipo de políticas públicas y la gobernabilidad conservadora propiciado por Balaguer, se constituía en la forma idónea de participar. Este sector disponía y dispone de mayor cobertura en los medios, e influencia vía la financiación de las campañas en el mundo político.

Para otros participar era ayudar a la autorganización de las personas. La búsqueda de que se reconocieran como grupos y se convirtieran en sujetos de sus propias historia. Para lograrlo la educación popular y la organización como sector social o incluso de clase era la vía de participación.

¿Cómo confluyen estas diversas organizaciones y sectores?

Hay que tomar en cuenta el contexto en que se da esta confluencia.

En lo nacional tenemos:

1) la ausencia de organizaciones de izquierda, fuertes, con diagnostico de la sociedad dominicana que trascendiera el antibalaguerismo, dotadas de una visión teleológica de la sociedad que tarde o tempranos, nos decían, tomará el camino hacia el reino milenario socialista, faltó una “imaginación positiva” que construyera nuevas herramientas de intervención.. No quiero decir fracaso, pero…. estrechez de mira, una gerontocracia que se perpetúa, y la inexistencia de una opción de izquierda democrática, se relacionan.

2. Explicar que la población votante se concentra en dos partidos del sistema, primero, luego en tres y de nuevo en dos, y observar esto en el contexto de la desaparición de los tres líderes que dirigieron el sistema político post Trujillo hasta mediados casi finales de los 90.

3. La concupiscencia organizacional en la sociedad civil se explica, también, por el contexto del déficit democrático dominicano: debilidad institucional, debilidad de la justicia, corrupción gubernamental, autismo del liderazgo partidario y el clientelismo como forma de relación entre la política y las masas.

No estoy seguro, a quién, fue, quizás al Negro Veras, pero a alguien le escuché decir: “yo quería el socialismo y ahora me conformo con que se arregle el tránsito”.

En lo internacional tenemos la caída del muro de Berlín que deja en la orfandad a unos, el advenimiento del neoliberalismo (que promociona la sociedad civil y algunas organizaciones sin fines de lucro se reciclan pasando a llamarse tercer sector, u organizaciones intermediarias u oenegés).

Así confluyen dos polos: la izquierda y la derecha en la idea de que debe estimularse la sociedad civil. Pero, para unos sociedad civil significa una forma de achicar el estado y promover el mercado, identificando así sociedad civil con mercado, siendo lógico en este contexto considerar al empresariado como parte de la sociedad civil, estos piensan que el mercado nos asignará a cada quien nuestro merecido lugar, para otros sociedad civil significa lo que es contrario al sistema, su proyecto es convertir a las sociedad civil en movimiento social.

Pero, las estrategias y la forma de participación resultan distintas, están juntos, pero no reburujados, aunque algunos están más claros que otros. En este caso el sector empresarial, más claro que el sector popular.

Otro elemento que ayudó a la concupiscencia fue la promoción de la democracia de parte de la USAID, con recursos y una política más democrática. Lo que sumado al debilitamiento de los fondos nórdicos y provenientes de las izquierdas, que se movieron a los países del este… (Participación Ciudadana encuentra su nicho).

Veamos dos ejemplos, dignos de que se elabore estudios de casos sobre ellos, y que en cierto sentido ejemplifican o simbolizan la confluencia de diversos sectores en lo que se llama sociedad civil, y al mismo tiempo son paradigma de las dificultades actuales por la que discurre la sociedad civil dominicana hoy. Porque debemos admitir que existe cierto estancamiento… bueno es harina de otro costal. Y el tiempo, el implacable se me acaba…

Uno es Participación Ciudadana: izquierda reciclada, confluye con juventud, sectores medios y “empresarios democráticos”. La transparencia electoral. El financiamiento USAID. Y en la actualidad…

Finjus como estudio de caso: la promoción neoliberal. La justicia y la garantía de los contratos. Organización protoempresarial…

Y las organizaciones comunitarias, ¿el movimiento social de los pobres? Bien Gracias.

¿Desafíos?

Como diría mi madre: ahí es que la puerca retuerce el rabo. Previo a comentar sobre los desafíos, creo que es importante insistir que los mismos se deben observar desde la óptica del colectivo, en base al dialogo interno y construidos en función de un acuerdo de las diversas fuerzas que influyen en el movimiento social. Tomando en cuenta que la sociedad civil es múltiple, plural y con diversos intereses, debemos sostener que los desafíos, por lo tanto, difieren según el sector dentro de las organizaciones de la sociedad civil desde el cual se hable.

Hablaré pues de los desafíos desde una visión que apuesta a la constitución de un movimiento social de los excluidos, vulnerables, popular diríamos. Diré como me vinieron a la mente, no en un orden lógico o en función de alguna jerarquización.

Desafío 1: Redefinir el concepto de participación: “el proyectismo”, las dificultades del financiamiento, ¿movimiento social?. ¿Cómo influir en las políticas públicas?

Desafío 2: Participación pública y a través de los medios masivos de comunicación: ¿Cómo enfrentar el corporativismo y medios de comunicación en manos de sectores empresariales que no se dedica exclusivamente a la prensa, y por lo tanto los medios de comunicación masivos constituyen una de las herramientas para sus actividades principales como empresarios de otras ramas?

Desafío 3: Desde el ámbito de los excluidos y vulnerables: la constitución propia como actor. Abandono de esa manía concupiscente del consenso y el “tó debemos estar juntos”. Hay áreas de coordinación como la anticorrupción, pero no en todo se debe estar juntos. Necesidad de articulación de “tanques de pensamiento” de los sectores más excluidos y que ayuden al diseño de estrategias. ¿Qué organización política les representa, y cuáles tienen más oído para el mundo empresarial y de los sectores medios?

Desafío 4: Complementar la apuesta por hacer sinergia con el Estado Dominicano (no con gobiernos específicos), con la crítica desde fuera del ámbito estatal. Conversar sobre el caso de la Comisión Nacional de Ética y Combate a la Corrupción. Peligro de caer en el “consultorismo”, es decir evitar que la participación en los mecanismos de sinergia con el Estado Dominicano (consejos, comisiones, articulaciones) sea una forma de conseguir consultoría de parte de Organizaciones No Gubernamentales y de Consultores.

Desafío 5: Resignificar lo político. Tendencia peligrosa, dentro de las organizaciones de la sociedad civil, a desprestigiar la actividad política y creer que la buena participación se hace desde las esferas civiles, mientras que lo malo se encuentra en el mundo político. Craso error, el mundo de las organizaciones políticas y el de las organizaciones civiles se alimenta de seres socializados en la sociedad dominicana.

Desafío 6: Trascender la visión de que necesitamos profundizar las reformas institucionales: como si necesitáramos más y más leyes que engrosen las filas de los papeles que no se cumplen, ni se cumplirán. Usemos lo que hay: Ley de acceso a la información, Ley de presupuesto, Ley de compra y contrataciones del estado, decreto que crea las comisiones de auditorias sociales, Ley que establece el sistema nacional de planificación, Ley de función pública. En todas hemos, las organizaciones civiles y sus representantes, participados de una u otra forma, todas aprobadas, todas violándose sistemáticamente, y a pocas le hemos dado un seguimiento constantes, o “gardeo a presión”, como se dice en el argot del Basketball.

Desafío 7: Necesidad de un diagnostico claro, sin temor, no complaciente de nuestra sociedad, del tejido social, del sistema político clientelar, y de las organizaciones civiles. ¿Creían que no lo iba a mencionar? Acá no se puede hablar de participación sin decir aunque sea alguito del clientelismo.

Desafío 8: Finalmente tenemos el desafío de concentrar nuestras fuerzas, no seguir dispersos y quejándonos de que el otro no quiere aceptar que nuestra idea es la mejor, sin darnos cuenta que somos el otro, de ese otro. Hay que dialogar entre nosotros, pero, tomando en cuenta lo diverso y plural de la sociedad civil. Muchas veces en el seno de los debates dentro de las organizaciones civiles decimos, “nosotros esto”, “nosotros aquello”, pero no nos interrogamos seriamente ¿de qué nosotros hablamos?

Yo, en este caso, admito el nosotros desde el cual he hablado este día. “Mí” nosotros, forma parte de ese sector de la sociedad civil que viene de la tradición de la izquierda democrática, que cree que debemos revisar nuestras formas, herramientas y métodos de participación, porque las condiciones han cambiado, y nuevas condiciones requieren de nuevas formas de intervención, así como se requiere que redefinamos las políticas de alianzas, y se hace más necesaria la acción política. ¿Qué es acción política? Buena pregunta para dejarles reflexionar en este día.

1. Ponencia presentada en el “Seminario: balance y desafíos de la participación en República Dominicana”, organizado por El Consejo Nacional de Reforma del Estado (Conare), Participación Ciudadana, Insalud, Foro Ciudadano, CEPAE, CEGES-INTEC, Ciudad Alternativa, entre otras organizaciones, celebrado el 19 de agosto.

2. “... La genealogía [...] se opone [...] al despliegue metahistórico de las significaciones ideales y de los indefinidos teleológicos. Se opone a la búsqueda del “origen”… “El origen está siempre antes de la caída, antes del cuerpo, antes del mundo y del tiempo: está del lado de los dioses, y al narrarlo se canta siempre una teogonía. Pero el comienzo histórico es bajo, no en el sentido de modesto o discreto como el paso de la paloma, sino irrisorio, irónico, propicio a deshacer todas las fatuidades.” M., Foucault, F. Nietzsche, la genealogía, la historia, Microfísica del poder, Ediciones La Piqueta, Madrid, 1980. pp. 9-10.

3. Dicho sea de paso estas organizaciones, para algunos autores, no forman parte de la sociedad en sentido estricto. Dicen estos autores que la sociedad tiene tres esferas: Estado-Mercado (Economía) y Sociedad Civil. En ese sentido el mundo empresarial pertenece al mundo del mercado y la economía, siendo por tanto su lógica distinta a la lógica de la sociedad civil.

4. Moya Pons, Frank, Empresarios en conflicto: política de Industrialización y Sustitución de Importaciones en la República Dominicana. Fondo Para el Avance de las Ciencias Sociales, Santo Domingo, 1992. Una cita: “Al perder las elecciones, muchos industriales dieron su apoyo a un grupo político aún más radical y derechista llamado acción dominicana independiente que formó un frente común con el recién creado Consejo Nacional de Hombres de Empresas. Obsesionados con la idea de que Bosch estaba llevando al país hacia un régimen comunista, todos comenzaron a agitar y conspirar contra el gobierno” (página 98)