Rosa de los Parques

Rosa Parks, nieta de esclavos, murió. Tenía 92 años. Era una simple costurera que un día dijo: “Freedom is not free”, la libertad no es gratis, y pagó el precio de su autonomía. Pero, no es por eso que hoy les escribo sobre esa mujer, negra de Montgomery, Alabama, costurera, muerta en olor a rebelión el lunes 24 de octubre del año del señor 2005.

Rosa Parks era de una humildad sincera y elemental: a pesar de ser llamada “la madre de los derechos civiles”, se veía a sí misma como una admiradora de Martin Luther King y hablaba de lo bien que se sentía marchando con él y los más de 300 mil activistas que llegaron a Washington exigiendo que a las gentes negras se les consideraran personas con iguales títulos y derechos que a las gentes blancas. Pero, no es por eso que hoy les escribo sobre esa rosa de los parques multicolores.

En 1987 fundó el Instituto Rosa y Raymond Parks para el Auto-Desarrollo, una institución educativa que, según sus propias palabras, desea “ayudar a los jóvenes a buscar su propio potencial. Uno de los principales puntos que enfatizamos es el trabajo comunitario y mi filosofía de Serenidad y Fortaleza”. Pero, tampoco escribo de ella por eso.

La verdad, siempre me han fascinado los héroes y las heroínas que se forjan en la cotidianidad. Quienes con actos sencillos, realizados de la forma más normal y sin pretensiones, dan un nuevo giro al orden de cosas y eso hizo Rosa Parks la tarde del primero de diciembre del año 1955.

Regresaba de su trabajo, tenía 42 años, y estaba cansada de ceder. Subió a un autobús, quizás el mismo al que subía todas las tardes, se sentó, posiblemente con una espléndida sonrisa de satisfacción y sintiéndose dichosa de haber encontrado un cómodo asiento. Ubiquémosnos, estamos en Montgomery, Alabama, una tarde de diciembre y Rosa Parks, costurera negra, va sentada en un autobús segregado, con una parte para negros y otras para blancos, va en un banco con otras tres personas negras, quizás Rosa va pensando en qué va a cocinarle a su esposo, Raymond.

Sube al bus un joven blanco casi rosado, que imagino fornido, mira en derredor y no ve asiento libre, decide ir de pie. Pero, el conductor, un blanco que me figuro con cara de buey, no soporta ver negros y negras sentados y a este joven blanco y fuerte de pie. Servil hacia uno y agresivo hacia otros, pide a Rosa Parks y las otras tres personas que se levanten y cedan el asiento al joven blanco que no ha pedido sentarse. La costurera de 42 años dice no. Piensa que ella tiene derecho a viajar cómodamente por la vida. El conductor con cara de buey llama a la policía y es arrestada Rosa Parks.

No sabía el conductor que estaba desatando los ángeles de la rebelión, no sabía que esa mujer, negra y pobre, se convertiría en el símbolo de una lucha que no pararía hasta lograr eliminar la segregación racial de los Estados Unidos. Rosa Parks pagó 14 dólares de multa, pero la compañía de autobuses fue boicoteada por los negros de Alabama durante 381 días y perdió mucho dinero.

Un joven pastor fue elegido vocero del boicot, un pastor casi desconocido que más tarde nos hablaría del sueño que tenía. Sí, el movimiento por los derechos civiles de los afroamericanos y el liderazgo de Martin Luther King tienen como raíz la negativa de una costurera negra de Montgomery, Alabama, a darle su asiento a un joven blanco, porque ella estaba cansada de ceder. Sólo por eso escribo de Rosa Parks y pido que jamás sean olvidados ni su nombre ni su ejemplo.

Ramón Tejada Holguín

Boomerang contra el sistema político dominicano

Ramón Tejada Holguín consideró que el tipo de campaña que se lleva a cabo en el país, basada en el “dime y direte”, y en acusaciones y contraacusaciones desprestigia la propia actividad política.

Asegura que todas esas acusaciones y contraacusaciones se pueden volver contra todo el sistema político en su conjunto, ya que contribuye a fomentar y fortalecer la idea de que todos los partidos y las personas que se dedican a la actividad política son iguales, por lo tanto, no importa mucho por quien tu votes y porque tomes decisión.

Sostuvo que el estilo de hacer política se ha convertido en una forma de alejar a un sector de la sociedad que no está interesado en verse mezclado en ese tipo de escándalos, que no quiere ver su prestigio y trayectoria familiar en entredicho. Lo que provoca que personas que podrían hacer un excelente papel en la política prefieran mantenerse al margen, lo que puede provocar en el mediano o largo plazo que haya una selección natural hacia lo peor.

Además, planteó que este estilo aleja a un porcentaje de votantes, que si bien son pocos, son importantes, este porcentaje de votantes que no son fanáticos, y votan de manera razonada y basado en cierto nivel de identidad partidaria o política, este alejamiento de esas personas deja el campo libre al clientelismo, el oportunismo y la corrupción, lo que afecta el proceso de ciudadanización, y reduce la democracia.

Asimismo, Tejada Holguín dijo que el problema de exhortar a los candidatos de las distintas fuerzas políticas a que abandonen la práctica de la denuncia es que se pondría en riesgo el hecho de sacar del debate público el tema de la corrupción. "Y ese tema, si es cierto, es un elemento positivo, el hecho de que por lo menos hay una forma en que se manifieste el tema del uso de los recursos públicos para provecho privado", indicó.

La cosa es un poco más compleja, según Tejada Holguín. Dijo que un elemento positivo del debate es que coloca en la palestra el tema de la corrupción, de la corrupción en todos los gobiernos, en todos los partidos, pero un elemento negativo es que lo hace como espectáculo, y sin que tenga consecuencias en donde debe tener consecuencias, en la justicia. He ahí que no basta, sostuvo, que se le pida a lo políticos que abandonen el tema, sino que lo que se le debe pedir es que sus denuncias no sean hechas a la ligera, y sin que luego tuviera consecuencias legales.

El sociólogo dijo que los políticos simple y llanamente no van a la Justicia a llevar sus denuncias, que es donde, dijo, deben dilucidarse, y no asumirlo como un recurso político porque lo desprestigia, además de correr riesgo, de que, después de la campaña electoral entre todos ellos se digan "bien, sabe que, eso fueron cosas de campaña, dejémoslo así".

Abundando sobre el tema, sostuvo que los partidos deberían ir a la justicia si sus denuncias fueran serias, y dieran indicios de que cuando ellos lleguen al poder no van a hacer lo mismo, pero no las llevan a la justicia porque el precedente podría ser usado contra ellos mismos luego.

Entrevistado en el programa "Enterados", que se transmite por CDN la Radio, el sociólogo entiende que una forma de ayuda a frenar este tipo de campaña sería que los medios de comunicación informaran mejor, investigando las denuncias que hacen los distintos partidos, y no servir la información como la ofrece el candidato.

Agregó que parte de la responsabilidad la tienen los medios de comunicación que no se preocupan por investigar las denuncias de los políticos, y por jugársela diciendo los resultados de sus investigaciones.

"Sino que debe ir más allá y dar la información en todo el sentido, y si en un momento dado beneficia o no a un candidato, no le debe importar, porque debe buscar por encima de todo la verdad", señaló.

Ramón Tejada Holguín consideró, además, que las organizaciones de la sociedad civil que trabajan el tema de la institucionalidad deben asumir esas denuncias y llevarlas a la Justicia, para que se debatan hasta las últimas consecuencias. Se le observó que Hatuey De Camps del PRSD dijo que “las acusaciones y contraacusaciones de entre los tres partidos tradicionales evidencian que todos son iguales”, a lo que Tejada Holguín respondió que que los partidos minoritarios, como el PRSD, si quieren demostrar que son diferentes deberían estimular el llevar a los tribunales las acusaciones de corrupción y al mismo tiempo deben cuidarse de reproducir el comportamiento que ellos mismos dicen combatir.