Los nudos de la pobreza

El padre Cela cuando era director del Centro Montalvo me ofreció la coordinación de una investigación en tres barrios: Simón Bolívar, Los Guandules y La Zurza. Se trataba de buscar los factores que permitían a unas familias salir de la pobreza y a otras no. Bautice el estudio con un nombre hasta cierto punto pretencioso: “Los nudos de la pobreza y cómo desatarlos”. El PNUD proveyó los fondos y el informe final lo escribí en colaboración con Jefrey Lizardo. Los resultados de esta investigación pueden ser útiles para quienes definen las políticas sociales del gobierno actual. En especial cuando se está observando un excesivo énfasis en medidas cortoplacistas y asistencialistas que según la investigación resultan insuficientes.

La metodología utilizada combina instrumentos de análisis cuantitativos y cualitativos. En el primer momento se elaboraron los diagnósticos de los tres barrios (Los Guandules, Simón Bolívar, La Zurza) en función de la literatura existente (trabajo documental) y entrevistas a actores claves relacionados con los diversos aspectos que hacen diferente a los tres barrios (la educación, cercanía a una fuente de empleo como el mercado, y la participación). Se hizo una descripción del papel de la escuela en Simón Bolívar, de las comunidades eclesiales en Los Guandules y de la cercanía a una fuente de trabajo informal en la Zurza. En el segundo momento se procedió a diseñar y ejecutar una encuesta por muestreo probabilístico a partir de los diagnósticos elaborados de cada uno de los barrios. En el tercer momento se organizaron grupos focales con líderes comunitarios en los tres barrios y se ejecutaron entrevistas a profundidad en una muestra seleccionada de hogares pobres y no pobres seleccionadas a partir de la encuesta aplicada en los barrios. También se hicieron entrevistas a profundidad en una muestra de jóvenes de los tres barrios.

Se encontraron dos tipos de factores que posibilitan a una familia salir de la pobreza y a otras no: los factores internos, es decir aquellos que se relacionan con las capacidades, actitudes y prácticas de las familias, y los externos, es decir aquellos que las familias no controlan. . El primer tipo son los factores internos: 1) La inversión que hace la familia en la educación de sus miembros, 2) La buena administración de los recursos escasos, 3) La unión familiar y la actitud frente a las adversidades, 4) el trabajo, y 5) la participación tanto social como política.

El segundo tipo son los factores externos, pero el principal fue uno sólo: las políticas públicas. El deterioro de la economía nacional explica el crecimiento de la pobreza en los tres barrios, y fue el obstáculo principal que enfrentaron aquellas familias que poseían las cualidades individuales que les hacían candidatas para la salida de la pobreza. En ese sentido, la investigación sugiere que una de las formas más eficiente para salir de la pobreza es actuando sobre el contexto socioeconómico a través de las políticas económicas, y estimulando las capacidades de las familias pobres, a través de las políticas sociales (educación de calidad, salud eficiente y universal, lucha contra la inequidad en el mercado de trabajo).

Las acciones individuales de las familias y las actividades de las organizaciones de interés social juegan un rol importante en el alivio de la pobreza. Pero, la efectividad de dichas actividades se ven muy limitada por el contexto socioeconómico y la extrema vulnerabilidad tanto de las familias pobres como de las que se ubican en la tenue línea que separa las pobres de las no-pobres en los tres barrios estudiados.

Definitivamente, el principal enemigo de las familias lo constituye la inestabilidad económica y la ausencia de políticas estatales de protección social. Es necesario crear las condiciones económicas y sociales para el desarrollo de las capacidades individuales de las familias para que estas logren desatar los nudos de la pobreza. Una buena política económica no debe apostar sólo al mantenimiento de la estabilidad macroeconómica, la consolidación del crecimiento y la superación del atraso competitivo de cara a la apertura de los mercados en los próximos años, además debe propiciar la generación de empleo de calidad y estar acompañada de una buena política fiscal y monetaria, así como de otros mecanismos que ayuden a reducir los niveles de desigualdad e inequidad existentes en la actualidad. Hay que humanizar la economía.

Ramón Tejada Holguín
El Caribe
14/octubre/2004